La venta de Flex encalla por la incertidumbre económica
Los Beteré y Aurica contrataron a Bank of America para pilotar la operación
La amenaza de recesión hace temblar la venta de Flex. Los planes de la familia Beteré y del fondo Aurica Capital eran lanzar el proceso de venta tras el verano. Pero el temor de que un empeoramiento en la economía lastre al consumo ha hecho que la subasta por el fabricante de colchones siga en boxes, según han indicado varias fuentes financieras a este periódico.
Aurica Capital entró en el capital de Flex en 2017, cuando adquirió la participación de Artá y es dueña del 20%. Cinco años después, se cumple el periodo habitual de inversión para este tipo de fondos. Una circunstancia que también ha sido valorada por la familia fundadora, que estudiaban sumarse a Aurica y vender parte de sus acciones. Para ello los accionistas contrataron a Bank of America.
La compañía esperaba exhibir al mercado las buenas cifras de 2021. El ebitda registrado por la compañía en 2021 fue de 50 millones. Los ingresos ascendieron a los 372 millones. Con estas cifras en la mano, los accionistas aguardaban una valoración que rondase los 500 millones. Cuando Aurica compró las acciones de Artá la firma se valoró en 300 millones.
Sin embargo, algo ha cambiado en este tiempo. Los tambores de recesión hacen que los inversores se piensen dos veces entrar en un sector tan ligado al consumo. Temen que en una época de zozobra económica una de las primeras decisiones que tomen los consumidores sea retrasar el cambio del colchón unos años, hasta que la situación económica vuelva a enderezarse.
También penaliza a la venta de Flex la dislocación en el mercado de financiaciones. Los inversores de deuda se han retraído ante las subidas de tipos. Y han elevado el precio exigido para adquirir préstamos, lo que ha obligado a los bancos a buscar fondos de deuda o asumir pérdidas a la hora de colocar la deuda. Todo ello está provocando ya una reducción en las valoraciones de las empresas.
Estas son las dificultades que se han encontrado Aurica, el fondo de private equity de Sabadell, los Beteré y Bank of America al empezar a tantear el mercado. Por ello, no han llegado a lanzar oficialmente el proceso de venta, incumpliendo el calendario previsto. Fuentes consultadas apuntan a que la venta de la compañía no está descartada. El proceso está actualmente en el dique seco.
La venta de Flex estaba orientada en un principio hacia los grandes fondos de capital riesgo. Pero el escaso apetito de estos la han hecho reorientarse hacia industriales o firmas asiáticas, dado el objetivo de crecer en el mercado chino que se ha marcado la compañía.
En los últimos años la compañía, cuyos orígenes están a principios del siglo XX y actualmente tiene una plantilla de cerca de 2.000 trabajadores, ha reforzado su presencia digital en pleno auge del comercio electrónico. También ha crecido con compras en el ámbito internacional. El año pasado también se hizo con el 51% de la compañía chilena ByL, especializada en la venta online en el país, y cuenta con una opción de compra por el otro 49% en 2024. Y en 2019 adquirió la canadiense Marshall Mattress, especializada en colchones de alta gama.