Credit Suisse: reestructuración de la banca de inversión y dos ampliaciones de capital para frenar la crisis
Prevé captar 4.000 millones de francos suizos con las ampliaciones El banco suizo acumula 5.900 millones de pérdidas entre enero y septiembre
Credit Suisse ha anunciado su esperado plan para frenar la crisis financiera y de reputación que atraviesa. El banco suizo ha presentado hoy las palancas con las que prevé recuperarse del castigo en Bolsa (acumula una caída de más del 46% en 2022) y que incluyen una reestructuración "radical" de su banca de inversión y dos ampliaciones de capital con las que prevé captar 4.000 millones de francos suizos (unos 4.027 millones de euros), además de una reducción de la plantilla de 2.700 trabajadores. Todo ello tras anunciar unas pérdidas históricas de 6.000 millones y con un nuevo castigo en Bolsa. Sus acciones caen más de un 11%.
El objetivo de Credit Suisse es avanzar hacia un banco más pequeño, pero más centrado en los negocios más rentables. Y liberar capital con ventas y reestructuraciones. Así, espera centrarse en las áreas de gestión de patrimonios, el negocio bancario suizo, mercados de capitales y asset management.
Con la transformación de su banca de inversión, a cumplir en tres años, el objetivo de Credit Suisse es crear una división más fuerte, estable, que consuma menos capital y esté más centrada en la asesoría. El objetivo es que este movimiento permita reducir en un 60% los activos ponderados por riesgo del banco y un 40% la exposición al apalancamiento, permitiendo al banco utilizar más capital para los negocios en los que quiere centrar su actividad, a los que espera dedicar un 80% del capital.
En este sentido, el banco ha decidido segregar por completo su franquicia estadounidense, CS First Boston. Esta agrupará toda la actividad de advisory del banco, con quien tendrá un acuerdo de a largo plazo Credit Suisse. El banco suizo abre la puerta a dar entrada en el capital a terceros inversores. El consejero delegado del banco ha afirmado que cuentan con un compromiso relevante de inversión en esta rama y sondean una salida a Bolsa.
Credit Suisse también ha decidido desprenderse de su negocio de titulizaciones. El banco ha alcanzado un acuerdo con los fondos Pimco y Apollo para vender “una parte significativa” de este negocio, así como otros relacionados. Estos fondos tienen previsto crear una plataforma, con la que rubricarán un acuerdo de gestión de activos con Credit Suisse y contratarán a los profesionales del banco en esta rama. Está previsto que las partes negocien los detalles de esta transacción hasta finales de año y que esta se cierre durante el primer semestre de 2023.
Este negocio de titulizaciones estará integrado en una nueva división que crea el banco, una unidad con los negocios no estratégicos. Integrará además los servicios prime de la entidad, la presencia en mercados emergentes que no afecta a la banca privada y las actividades de préstamo y mercados de capitales de algunos países europeos.
De la actual estructura de su banca de inversión, Credit Suisse se centrará en el área de mercados, que retendrá en su totalidad, con el foco en el negocio de productos para inversores. Y abre la puerta a prestar sus servicios en este rama, clave para reforzar su potente negocio de banca privada, a terceros. Uno de sus principales clientes será CS First Boston. Mike J. Ebert y Ken Pang liderarán esta área. Louise Kitchen será quien pilotará esta nueva división.
La reestructuración del banco de inversión trae consigo un relevo entre los directivos. Michael Klein será el consejero delegado de CS First Boston a partir de 2023, para lo que ha decidido abandonar ya el consejo de administración y asesorar a Ulrich Körner, consejero delegado de todo el banco, en la escisión. Christian Meissner, actual consejero delegado de la división de banca de inversión, ha decidido abandonar el banco y será sustituido de manera interina, hasta que se complete la reestructuración, por David Miller.
Ampliación de capital
En lo que respecta a las ampliaciones de capital, la primera de ellas se llevará a cabo mediante la emisión de nuevas acciones, por 1.850 millones de francos suizos, que se ofrecerán inversores cualificados. Credit Suisse ha anunciado que varios inversores ya han firmado acuerdos de compra y suscripción. La segunda ampliación se realizará a través de la emisión de nuevas acciones para los accionistas ya existentes por un total de 2.150 millones de francos suizos.
El banco ha detallado que en ambas operaciones participará el Saudi National Bank, que se ha comprometido a invertir hasta 1.500 millones de francos suizos para alcanzar una participación del 9,9% en el capital. "A través de estos aumentos de capital, Credit Suisse tiene la intención de recaudar 4.000 millones para fortalecer la base de capital y respaldar su transformación estratégica", detalló la entidad.
Dentro de esta profunda reestructuración, el banco también ha anunciado otras medidas, como la reducción de un 15% de los costes (unos 2.500 millones) hasta 2025, que incluirá la reducción de la plantilla en 2.700 personas (el 5%). Igualmente, prevé la desinversión en activos no estratégicos. Para ello, creará una unidad de negocio non core que se encargará de vender los negocios y mercados de bajo rendimiento, para liberar capital.
"Se espera que estas medidas se traduzcan en una diversificación de la base de accionistas del banco y aumenten el índice CET1 del grupo del 12,6% en el tercer trimestre de 2022 a un entorno del 14%", indicó Credit Suisse en un comunicado. Con estas palancas, el banco también prevé repartir "dividendos atractivos" para 2025.
Para sufragar toda esta reesutricturación, el banco también se plantea la venta de activos no estratégicos. La semana pasada, de hecho, colocó en Bolsa su 8% en la fibtech española Allfunds y obtuvo 334 millones. Otra de las transacciones que estudia es desprenderse de sus títulos en Six, el dueño de la Bolsa suiza y de la española. El banco estima un coste de la reestructuración de 2.900 millones de francos suizos entre el cuarto trimestre de 2022 y 2024.
Todo ello después de que el banco reconociese unas pérdidas históricas de 6.000 millones, frente a los 434 millones de beneficio del año anterior. El resultado refleja un impacto de 3.700 millones de francos por impuestos diferidos relacionado con la revisión estratégica del banco.
Una crisis que viene de lejos
En lo que respecta a los resultados, entre enero y septiembre el banco anunció unas pérdidas de 5.900 millones de francos suizos. Se trata del cuarto trimestre consecutivo que la entidad reporta números rojos. Destaca especialmente la caída del 35% en los ingresos, que ascendieron a 11.861 millones de francos.
Más allá de los últimos resultados, la caída viene de lejos, provocada por una política empresarial de baja aversión al riesgo y una sucesión de escándalos en la cúpula directiva que han erosionado tanto su liquidez como su reputación.
Esa cultura del riesgo desembocó en dos grandes agujeros milmillonarios, las quiebras de Archegos (un fondo estadounidense de inversión de alto riesgo) y de Greenshill (una firma de factoring) a principios de 2021. Ambas eran dos grandes clientes que generaban cientos de millones en comisiones para la entidad, pero que tras su colapso provocaron pérdidas de unos 4.500 millones.
Pero más allá de los negocios ruinosos, Credit Suisse también ha vivido una gran crisis de gobernanza en los últimos años. Tidjane Thiam, que fue consejero delegado de Credit Suisse entre 2015 y 2020, tuvo que dimitir tras verse envuelto en un caso de espionaje a un antiguo trabajador del banco. Thomas Gottstein le relevó en el cargo.
Ese mismo año, para completar la renovación de la cúpula, Credit Suisse contrató a Antonio Horta-Ossorio como presidente. Un fichaje estrella anunciado a bombo y platillo que llegaba al grupo para reparar el daño y poner fin a la cultura del riesgo. El banquero portugués apenas duró nueve meses en el cargo. Dimitió tras una investigación interna en la que se demostró que se había desplazado durante la pandemia del Covid-19 incumpliendo la normativa de cuarentena en Suiza y el Reino Unido.
En medio del incendio financiero y tras lidiar con una fuga masiva de banqueros, los resultados del banco no tardaron en caer en picado y el pasado mes de julio Thomas Gottstein dimitió como consejero delegado. Para sustituirle, Credit Suisse nombró máximo ejecutivo a Ulrich Körner, un experto en reestructuraciones, que asumió el cargo el pasado 1 de agosto y que se ha encargado de pilotar la reestructuración del negocio.