La inversión regresa con tiento a la deuda soberana tras las fuertes caídas
Los gestores creen que los bonos han descontado ya las alzas de tipos Su interés incluye a la deuda de España e Italia pese al alza del riesgo país
El balance de 2022 para la inversión en deuda soberana está siendo nefasto. Ya se esperaba un mal año, ante la perspectiva de que este ejercicio sería el de la normalización de la política monetaria tras los gigantescos estímulos por la pandemia. El momento de empezar a cerrar el grifo de la liquidez a espuertas y de ir subiendo los tipos. Pero la guerra de Ucrania y el desbordamiento de la inflación ha acelerado el calendario y provocado un ajuste tan severo en los precios de los bonos soberanos que muchos gestores se están planteado que es el momento de comprar.
El mercado ha puesto inmediatamente en precio las alzas de tipos que se esperan en la Fed –que ya ha avanzado que los irá subiendo a pasos agigantados, de 50 puntos básicos por reunión hasta el verano– y también del Banco Central Europeo. El BCE está renunciando a sus reservas a una subida de tipos y la misma presidenta Christine Lagarde ha apuntado a un incremento en la reunión de julio, el primero en más de una década. El resultado es una oleada vendedora en la deuda soberana que ha disparado sus rentabilidades y que podría haber comenzado a estabilizarse, según apuntan diversas gestoras de fondos.
En BlackRock, acaban de mejorar su visión de la deuda soberana europea de infraponderar a neutral. “El gran sell-off de este año ha devuelto algo de valor a algunos sectores del mercado, lo que ha hecho que en primer lugar mejoremos nuestro sentimiento hacia la deuda pública europea, core y periféricos, porque creemos que las expectativas del mercado de subidas de tipos por parte del BCE son demasiado agresivas”, explica Javier García-Díaz, responsable de ventas para Iberia de la mayor gestora del mundo.
En JP Morgan Asset Management creen que lo peor de la oleada de ventas en la deuda soberana de EE UU ya habría quedado atrás después de la fuerte corrección registrada con el agresivo mensaje de alzas de tipos de la Fed. Y en el grupo suizo Lombard Odier también consideran que tales alzas del precio del dinero están ya descontadas en gran medida en el mercado. La entidad, que suscribía la posición generalizada de infraponderar los bonos soberanos en un contexto de elevada inflación, ha empezado a comprarlos recientemente.
BlackRock ha mejorado su visión de la deuda pública, incluida la periferia europea
Las grandes gestoras de activos están viendo atractivo en la deuda soberana tras las contundentes caídas. También la mayor gestora del mundo de renta fija, Pimco. “Empezamos a ver oportunidades atractivas en los bonos en medio de la subida de los tipos de interés, la ampliación de los diferenciales y el aumento de la volatilidad”, señalan Dan Ivascyn, director de inversiones y cogestor del fondo PIMCO Income Strategy, y Esteban Burbano, estratega de renta fija de la gestora. En Pimco confían de hecho en que la inflación, aunque seguirá siendo elevada, tenderá a reducirse a medida que se acerque el final de año. Será el momento en que los bancos centrales, y en especial la Fed –el banco central más influyente del mundo– podrían plantearse un discurso menos agresivo en su política monetaria.
La deuda soberana apenas ha actuado en esta ocasión como refugio en los momentos de mayores ventas en Bolsa y el incipiente interés de los gestores tiene más que ver con la búsqueda de activos de calidad a precios muy baratos. “Es momento de empezar a mirar deuda soberana para comprar. Una gran parte del movimiento de respuesta al alza de tipos, si no todo, ya está hecho”, señala Ascensión Gómez, gestora de renta fija de Trea Asset Management. Gómez reconoce mayor interés por la parte media de la curva –”en los tipos largos hay mucha volatilidad”– y preferencia por la deuda soberana española frente a la italiana.
También la deuda de la periferia europea despierta el interés de los gestores, a pesar de que el repunte de las primas de riesgo ha vuelto a rescatar el temor por la fragmentación financiera. “Los mercados todavía descuentan la suposición de que el BCE intervendrá para limitar los diferenciales de la deuda de los países económicamente más débiles de la eurozona si fuera necesario”, explica Frederick Ducrozet, economista de Pictet WM. En su opinión, “es muy poco probable el regreso de una crisis de deuda de la eurozona”.
La alarma del pánico para la periferia, a un nivel más alto
Umbral del dolor. Las primas de riesgo de Italia y España se han elevado en las últimas semanas a máximos de mayo de 2020 ante la expectativa de alzas de tipos del BCE y la dureza del discurso de la Fed. Los rendimientos de sus bonos a 10 años se han relajado ligeramente en los últimos días, hasta estabilizarse, pero se ha retomado el temor a una escalada que llegue a comprometer la sostenibilidad de la deuda. Para Frederick Ducrozet, economista de Pictet WM, “la regla general durante la crisis de deuda de la eurozona hace una década era que el territorio de peligro estaba en un diferencial de rentabilidades a vencimiento entre los bonos a diez años de Italia y Alemania por encima de 2,5%. Pero este umbral de dolor puede ser más alto hoy día, dado que las perspectivas de crecimiento del PIB nominal son mayores”.
Evolución. En la firma suiza prevén que la prima de riesgo italiana pueda bajar a 160 puntos básicos para finales de este año –desde los 203 actuales– y la de España a 100, desde los 110 puntos básicos de ahora.