Guerra en Ucrania
¿Qué daño están haciendo las sanciones a la economía de Rusia?
Moscú ha quedado excluida del sistema financiero; caída del rublo, colas en los cajeros y posible impago, entre los efectos
La respuesta occidental a la invasión rusa de Ucrania ha tenido varios frentes, desde el envío de armas a las sanciones personales. Pero los mayores daños a Moscú están llegando por medidas adoptadas en rincones poco visitados de la arquitectura financiera mundial, que han desconectado una capital financiera como Moscú. Rusia, por su lado, está adoptando otro abanico de medidas para contener la fuga de capitales y evitar algunos de los efectos más gravosos para la población, que sin estar sujeta a un corralito, no puede sacar dinero del país. El rublo ha entrado en caída libre, la Bolsa está cerrada y la deuda rusa puede entrar en impago técnico.
- R. ¿Qué sanciones han castigado más a Rusia?
- R. La prohibición de la UE, Reino Unido y EE UU de operar con el banco central es, por ahora, el principal foco de castigo. Moscú se ha preparado para la guerra y también para las sanciones económica, diversificando y atesorando reservas. Pero sin acceso a los fondos del Banco Central depositados en otros bancos centrales, sus reservas han caído de golpe a la mitad, lo que ha hundido el rublo porque el banco central tiene menos munición para defenderlo. La moneda estaba hace un mes en 75 rublos por dólar. El jueves se cambiaba en el mercado internacional a 122. Un teléfono importado de 200 dólares pasa de valer 15.000 a 24.500 rublos. Y, en un efecto bola de nieve, la perspectiva de más caídas de la moneda invita a inversores y ahorradores a convertir su dinero a divisa fuerte, lo que agudiza la caída del rublo.
- R. ¿Qué medidas ha adoptado Moscú?
- R. Para evitar la fuga de dinero ha implantado varias medidas, empezando por duplicar los tipos de interés hasta el 20%. Además, se han implantado controles de capitales, cerrando las vías de salida de divisas. Los residentes en Rusia no pueden transferir dinero al exterior, tampoco devolver préstamos o prestar dinero. Las empresas exportadoras tienen que convertir a rublos el 80% de sus divisas, una vía de intervenir el mercado. Los extranjeros no pueden vender activos rusos. Y la Bolsa de Moscú lleva tres días cerrada.
- R. ¿Qué implica la salida de varios bancos de Switf?
- R. Swift es el sistema de mensajería para la banca mundial, la vía para comunicar operaciones. No evita que un banco realice transacciones con otros, pero hace que sea mucho más costoso en tiempo y dinero, pues fuerza a usar sistemas obsoletos, como el fax. El 70% de las operaciones bancarias de Rusia se realizan a través de este mecanismo, considerado el Whatsapp de la banca.
- R. ¿Qué más sanciones se han aplicado?
- R. EE UU ha prohibido todo tipo de operaciones con varias entidades financieras, y las cámaras de compensación en la UE (Euroclear y Clearstream) y Reino Unido han cerrado el acceso a los operadores rusos.
- R. ¿Qué efectos tiene el desacople financiero?
- R. El más patente es la discrepancia de precio entre el rublo que cotiza en 105 unidades por dólar en Moscú (impulsado por las compras forzadas de las empresas exportadoras) y los 122 en el mercado internacional. Aunque cierre la Bolsa, los activos rusos han perdido casi todo su valor: el ETF ligado al índice MSCI de Bolsa rusa pierde el 88% de su valor en el año. La filial europea de Sberbank, el mayor banco ruso, ha colapsado, y la acción de la matriz, que cotiza en Londres, baja el 99,9%. Los bancos rusos no pueden pedir dinero y, sin acceso a las cámaras de compensación, tampoco operar con activos. El desacople provoca también problemas en la exportación. Y los invesores en Rusia no pueden, por los controles de capitales, vender activos o recibir rendimientos.
- R. ¿Qué sí puede hacer Rusia?
- R. Vender materias primas, que además son hoy por hoy la única fuente de divisas. EE UU ha excluido de la prohibición de operar con bancos rusos a las transacciones ligadas a operaciones con energía. El veto a Swift excluye dos bancos clave para las compras europeas de gas: Sberbank y Gazprombank. Con todo, los problemas para ejecutar operaciones bancarias están provocando que los operadores ofrezcan crudo ruso con fuertes descuentos, del orden del 20% sobre el precio de mercado, ante la reticencia de los compradores. La consultora Energy Aspects, citada por Bloomberg, asegura que el 70% del comercio de crudo ruso está congelado por las sanciones.
- R. ¿Incurrirá Rusia en impago de la deuda?
- R. El veto a sacar divisas del país incluye los intereses, si bien Moscú no ha prohibido el pago en sí, solo el envío del dinero. Queda así la duda, sobre todo técnica, de si habrá un impago oficial, algo que prevén algunos operadores. Las tres agencias de rating han bajado a Rusia a bono basura. Y el IIF, asociación bancaria mundial, cree que el impago es muy probable. De hecho, el miércoles Rusia pagó (en teoría) 98 millones de dólares en un cupón en rublos, pero el dinero no ha llegado a los inversores. En total los extranjeros tienen 26.000 millones en deuda rusa denominada en rublos. Queda por ver si los emisores privados, como Gazprom, abonan o no su deuda en dólares.
- R. ¿Qué efecto tendrá en la economía real?
- R. Ya se registran colas en los cajeros de ciudadanos que quieren recuperar su efectivo. El banco central ruso ha avisado de tensiones de liquidez en la banca ante la demanda de efectivo, y otros países sujetos a situaciones similares han experimentado la dificultad de parar una fuga de capitales . Aunque Moscú conjure el riesgo de corralito, solo la caída del rublo disparará el coste de los productos importados, en su mayoría de valor añadido y difícilmente sustituibles: maquinaria electrónica, plásticos, farmacia o vehículos. La desconexión financiera ya está complicando la exportación, incluso de productos energéticos. El IIF prevé una recesión de dos dígitos y una inflación también de más de dos dígitos.
Sobre la firma
(Barcelona, 1975) es subdirector de Cinco Días. Licenciado en Economía por la UAM, inició su carrera en CincoDías en 1998, especializándose en información financiera. Ha sido responsable de Mercados, de la edición Fin de semana y de la sección Cinco Sentidos. Redactor jefe a partir de 2007, de 2011 a 2021 se ocupó de la edición digital.