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Las científicas reclaman visibilidad y conciliación

A pesar de los avances, el número de investigadoras continúa siendo ínfimo La pandemia y las restricciones que la acompañan han ampliado la brecha de género

Getty Images
Ixone Arana

Solo el 33% de los investigadores de todo el mundo son mujeres, según el último informe de la UNESCO sobre ciencia. Esta infrarrepresentación es aún más acusada en ámbitos específicos como el de la Inteligencia Artificial (IA), donde las mujeres solo representan al 22% de los profesionales. Tampoco parece que encuentren grandes referentes, como evidencia el hecho de que desde la creación del Premio Nobel científico, en 1901, la presencia femenina haya sido de menos del 4%.

La realidad, sin embargo, es que cada vez son más las grandes mujeres científicas en todo el mundo y darles visibilidad es uno de los objetivos del I Festival Women in Science, organizado este martes por la Fundación L’Oréal y la UNESCO. Un total de 40 investigadoras pusieron de relieve la excelencia científica femenina a través de sus ponencias, como la investigadora principal del Centro Atómico CONICET, en Argentina, y ganadora del Premio Internacional Mujeres en la Ciencia 2019, Karen Hallberg, que se muestra optimista a largo plazo. “Los números están aumentando muy gradualmente y, aunque la pendiente todavía es bastante llana, es positiva”, aseguró durante el debate Promoviendo a las mujeres en STEM en todo el mundo.

Aun así, la científica reconoce que hace falta “un cambio cultural profundo” para que las mujeres apuesten por dedicarse a la ciencia. En ese sentido, según indicaron las ponentes, la pandemia y las restricciones que la acompañan han puesto de manifiesto las diferencias que existen en el sistema científico y han ampliado la brecha de género.

Para la líder de ecosistemas y cambio de uso de la Tierra y cobertura terrestre de la iniciativa Servir de la NASA, África Flores, queda mucho por hacer en el terreno de la conciliación. “Tuve a mi segundo hijo durante la pandemia y puedo afirmar lo difícil que fue compatibilizarlo con el trabajo. No deberíamos sentir que tenemos que elegir entre la familia y nuestra carrera y esa es la posición en la que estamos ahora”, lamentó. La científica, que a pesar de ser guatemalteca trabaja actualmente en Estados Unidos, criticó la ausencia de licencias de maternidad y paternidad remuneradas en este país. “Cuando hablamos de igualdad de género en el sector no se trata de pedir una trato favorable solo para las mujeres ni de demandar unas condiciones especiales para nuestro género, la igualdad en el trato es una cuestión de derechos humanos”, continuó.

De hecho, el abandono de las científicas por problemas de conciliación, discriminación y sexismo es un problema mayor que el propio acceso a las carreras STEM. En España, por ejemplo, las jóvenes de menos de 25 años son el 57% en los organismos públicos de investigación. 10 años después, son menos de la mitad (48%) y solo llegan a ser el 29% con más de 65 años, según el Estudio sobre la situación de las mujeres en carreras científicas en España, elaborado por el Ministerio de Ciencia.

La profesora de la Cátedra de Galaxias y Cosmología del Collège de France y galardonada con el Premio Internacional L’Oréal-UNESCO For Women in Science 2021, Françoise Combes, aseguró que su centro es consciente de estas dificultades y han puesto en marcha iniciativas para evitarlas. Así, mencionó que, en el caso de las mujeres jóvenes con hijos, la institución concede un año o más de tiempo adicional para terminar sus doctorados. “Si tenemos en cuenta los estudios, son más mujeres (55%) que hombres (45%) las que acaban los la Universidad. En secundaria también sacan mejores notas en Matemáticas y Físisca, pero luego optan por otro camino porque creen que son cosas de chicos”, explicó.

Las investigadoras, además, aludieron a la revolución digital que se ha visto acelerada por la crisis sanitaria y que, en muchos casos, ha facilitado el acceso a más mujeres al ámbito científico. En un continente como África, en cambio, ese avance ha sido mucho más limitado, según criticó la jefa de compromiso bilateral en SouthSouthNorth y fundadora de Black Women in Science, Ndoni Mcunu. “Muchas africanas no tienen acceso a los datos y eso se vuelve una limitación más. Algo tan simple como tener acceso a un portátil y poder asistir a una reunión de Zoom como científica africana se vuelve un privilegio en su caso”, explicó. Por eso, insistió en la necesidades de crear redes de apoyo. “Lo más importante es que se están dando cuenta de que realmente pueden influir en las mujeres más jóvenes”, concluyó.

Sobre la firma

Ixone Arana
Es redactora de Estilo de Vida. Antes de incorporarse a EL PAÍS, donde también ha escrito para la sección de Madrid, trabajó en 'Cinco Días', principalmente en la sección de Fortuna. Graduada en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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