La aceituna negra denuncia pérdidas de 150 millones por los aranceles de EE UU
Están impuestos desde finales de 2017 y tienen un gravamen del 35%
Los productores de aceituna negra de mesa llevan desde finales de 2017, con Donald Trump en la presidencia de EE UU, sufriendo un gravamen del 35% a sus ventas a EE UU. El arancel tuvo su origen en una denuncia del sector olivarero de California, que acusaba a los productores españoles de vender por debajo de precio de coste gracias a las ayudas recibidas a través d ela Política Agraria Común (PAC). El ministro de Agricultura, Luis Planas, se mostró esperanzado ayer por la mañana que podría haber en los próximos meses una significativa reducción de esos aranceles, algo que fue rápidamente desmentida por la patronal Asemesa. “Todos los años se revisan por vía administrativa los aranceles. Los resultados provisionales de esta revisión apuntan a que se podría producir esa rebaja, pero no será inmediata, ya que habrá que esperar al primer trimestre de 2022 y no beneficiará a todas las empresas afectadas”, asegura Antonio de Mora, secretario general de Asemesa. De hecho recalca que aunque se produzca esa rebaja, no es definitiva ya que en la siguiente revisión podría anularse e incluso revertirse. “Y de producirse esa rebaja temporal, tan solo afectaría a cinco compañías (dos investigadas por EE UU más otras tres que solicitaron ser investigadas), mientras que las restantes 25 seguirían soportando esos aranceles”.
Asemesa calculó que la imposición de un gravamen del 35% a las ventas a EE UU desde finales de 2017 le ha costado al sector 150 millones de euros y que ese importe podría elevarse aún más en los próximos años. “La imposición de estos aranceles está fijada hasta 2023, aunque la administración estadounidense permite la posibilidad de una prórroga adicional de otros cinco años hasta 2028”, asegura De Mora.
El secretario general de Asemesa insiste en que siguen abiertas todas las vías para tratar de anular los recargos (las citadas revisiones administrativas anuales, un recurso ante la justicia estadounidense o un procedimiento ante la Organización Mundial de Comercio) y que la solución tiene que venir por una negociación. “Instamos nuevamente al Gobierno de España y a la UE a que intensifiquen los contactos con EE UU a fi de lograr un acuerdo similar al conseguido en el conflicto de la industria aeronáutica, que se resolvió con buena voluntad y con la suspensión por cinco años de todos los aranceles a los productos agroalimentarios”
Este pacto se cerró el pasado 15 de junio y abría una tregua de cuatro años en los aranceles cruzados que gravaban las exportaciones europeas y estadounidenses, que empezó hace 17 años por el conflicto entre Airbus y Boeing, los dos grandes fabricantes aeronaúticos, y que se enconó en octubre de 2019, cuando Trump utilizó la guerra entre ambos fabricantes para imponer recargos del 10% a los productos de la industria aeronáutica europea y del 25% para determinados productos agroalimentarios, como aceite de oliva, vino, queso o aceitunas verdes de mesa.