Los gigantes de la gestión luchan por revertir el cambio climático
Aumenta la presión sobre las gestoras de fondos para que desarrollen estrategias que aborden el problema y obtengan rentabilidad
Nadie discute ya que es necesario reducir los niveles de CO2 a escala mundial si queremos mantener el planeta, y esa obligación la sienten cada vez más claramente los inversores y las gestoras que les ofrecen estrategias adaptadas a sus necesidades y a las del medio ambiente.
“A medida que la atmósfera de la tierra se calienta y los efectos secundarios del cambio climático se vuelven más frecuentes, está aumentando la presión sobre todos, incluidos los profesionales financieros, para que tomen medidas que aborden el cambio climático”, admite Matt Orsagh, director de política de mercados de capital de CFA Institute, asociación global de profesionales de la inversión, y autor de un reciente estudio que indica que alrededor del 40% de los miembros del instituto encuestados incorporan información sobre el cambio climático en el proceso de inversión.
No obstante, Orsagh lamenta que “un producto de inversión puede llamarse a sí mismo verde, pero en realidad, no tenemos todavía la mejor manera de poder analizar si eso es así. Esta situación puede hacer que el diálogo entre el cliente y el asesor sea ciertamente complicado de gestionar”, añade.
Por ello, son más las gestoras que crean sus propios mecanismos para separar el grano de la paja cuando se trata de ver qué es verde y qué solo lo aparenta. Por ejemplo, en DPAM, gestora que en 2019 lanzó su estrategia de renta fija centrada en el clima, con el DPAM L Bonds Climate Trends Sustainable, detalla que en este fondo “todos los emisores, ya sea que se consideren ellos mismos verdes o no, son examinados para determinar si cumplen con las normas internacionales de sostenibilidad, si están involucrados en controversias o respetan los criterios ambientales, sociales y de gobernabilidad (ASG)”.
Se reconoce el profundo impacto del calentamiento en los mercados
Además, desde su Centro de Competencia de Inversión Responsable (RICC), en DPAM interactúan continuamente con los analistas de crédito para asegurar una integración efectiva de los factores materiales de ASG en el análisis fundamental.
En el caso de Amundi, para poder identificar a las compañías más avanzadas en términos de cambio climático, en su filial de gestión temática CPR AM “han establecido una colaboración exclusiva con CDP, una ONG internacional, referente y pionera en la publicación de datos medioambientales oficiales de compañías y el único distribuidor de este tipo de datos, que promueven un equilibrio entre cuestiones climáticas, los recursos financieros y los resultados económicos”, resalta Raúl Fernández, director de distribución de Amundi Iberia.
Rara es la gran gestora que no incluya este tipo de reflexión. Pimco, por ejemplo, reconoce que el cambio climático probablemente tendrá un profundo impacto en la economía mundial, los mercados financieros y los emisores de bonos, y apoyan un mercado más amplio para las inversiones en desarrollo sostenible.
“Para aquellos que buscan específicamente invertir en soluciones climáticas, es importante entender que el creciente mercado de bonos de esta naturaleza incluye no solo los bonos verdes etiquetados, sino también los bonos verdes no etiquetados y los bonos de los líderes climáticos”, según los responsables de estrategias sostenibles de la gestora.
Los inversores ayudan a alinear la economía con el objetivo de bajar la temperatura
En cuanto a Luc Olivier, gestor del fondo Echiquier Positive Impact Europe, cree firmemente que el sector financiero desempeña un papel fundamental “al dirigir el capital a las empresas más virtuosas, cuya participación proactiva de los accionistas puede ayudar a alinear la economía con el objetivo máximo de calentamiento global establecido en el Acuerdo de París. Por lo tanto, la ISR tiene una función que desempeñar en general, y más concretamente su dimensión de impacto para el clima”.
En Allianz Global Investors han podido comprobar claramente cómo fondos con el Allianz Green Bond, que invierte en bonos verdes, o el Allianz Climate Transition, que invierte en las empresas europeas que lideran la lucha contra el cambio climático, entre ellas la española Iberdrola, han despertado el interés de inversores particulares en muchos países del continente.
“El sector energético o el transporte son claramente áreas en las que nos debemos enfocar. Pero las mejores soluciones al problema del cambio climático aparecen en todo tipo de empresas de sectores muy diversos, como el químico o el alimentario. Por ejemplo, hemos invertido en una compañía que ha desarrollado una enzima que permite reducir en más de un 30% las emisiones del metano del ganado, algo muy importante si se tiene en cuenta lo que representan estas emisiones a nivel mundial”, detallan.
Martina Álvarez, directora de ventas para Iberia de Janus Henderson, también cree que “los consumidores han modificado sus hábitos, como refleja el crecimiento de las ventas de vehículos eléctricos o la mayor presencia de edificios sostenibles, entre otros. Los fondos de inversión no se muestran indiferentes a estas preferencias de los consumidores y, por ejemplo, la estrategia Janus Henderson Global Sustainable registró un incremento en su volumen de activos de cerca del 70% durante los últimos 12 meses, lo que refleja el interés de los inversores”.
Oferta española
Impacto. Bankia lanzó en 2017 el primer fondo de impacto de la banca española, Bankia Futuro Sostenible, “eligiendo de entre los activos invertibles aquellos que los promueven de una manera real, medible y comprobable”, explica Pablo Hernández, director de marketing de Bankia AM. Según su análisis, dentro de la ISR es en cambio climático donde más oferta de producto existe a la hora de invertir. “Los factores relacionados con lo social y la gobernanza quizás, y sin restarles importancia, necesitan de mayor explicación y concienciación”, añade.
Océanos. Mediterranean Fund, así se llama el fondo de impacto medioambiental de March AM centrado en empresas y sectores relacionados directamente con los océanos y mares, así como con el suministro y tratamiento del agua. Además, destina parte del beneficio a la preservación del Mediterráneo.
El papel del plan para la recuperación de la UE
“Los paquetes de estímulo económico pos-Covid que se están debatiendo a nivel mundial y de los que España será beneficiario a través de la Unión Europea, se van a destinar en gran medida a la transición hacia economías más verdes, digitalización e infraestructuras, por lo que pensamos que serán estas empresas verdes las que reciban contratos que mejoren sus ingresos en los próximos años”, asegura Mariano Arenillas, responsable de DWS para España y Portugal.
Efectivamente, el plan de recuperación de la UE tiene como objetivo impulsar un esfuerzo acelerado de descarbonización en Europa, que atraerá unas inversiones de 1,8 billones de euros en los próximos siete años. Todo esto estará alineado con los objetivos de neutralidad climática, mientras que el 30% de la financiación total, en torno a 550.000 millones de euros, se dedicará a proyectos relacionados con el clima.
“Los principales beneficiarios de esta inversión serán sectores como las energías renovables, el transporte limpio, la renovación de los edificios (en busca de una mejora de la eficiencia energética) y el hidrógeno, ya que estas áreas están ayudando a combatir las emisiones de carbono”, sostienen Pauline Grange y Jess Williams, gestora de carteras y analista de inversión responsable, respectivamente, de Columbia Threadneedle.
En cuanto a Estados Unidos, una victoria del candidato demócrata Joe Biden posibilitaría que el país siguiera los pasos de Europa. “Biden ha prometido una reconstrucción mejor en EE UU, con un presupuesto de 1,7 billones de euros para energías limpias e infraestructuras durante cuatro años. No cabe duda de que tendremos que esperar hasta noviembre para saber si la recuperación económica verde en EE UU se convierte en una realidad”, advierten las expertas de esta gestora.
Según Marouane Bouchriha, gestor del Edmond de Rothschild Sicav Green New Deal, en el plano internacional, la conciencia sobre el cambio climático va en aumento, pero sus efectos se subestiman en gran medida. “El fenómeno puede compararse con un maremoto que redefinirá la mayoría de los sectores económicos. Sin embargo, los modelos económicos actuales subestiman tanto los riesgos financieros como las oportunidades económicas derivadas de la transición ecológica. Se necesitan inversiones masivas y creemos que las empresas que se anticipan a esta tendencia fundamental podrían representar oportunidades reales de crecimiento en un contexto deslucido”, argumenta. El tema del cambio climático, continúa, también añade un lado de impacto tangible a la inversión que es una demanda creciente de los clientes.