El mensaje de Wall Street es, por ahora, básicamente matemático
Puede que la recuperación refleje poco más que el aplastamiento de los tipos
Un mercado de valores fuerte no es igual a una economía fuerte. Hay una explicación diferente para el récord del S&P 500 del miércoles. Puede que la recuperación refleje poco más que el aplastamiento de los tipos.
En teoría simplificada, el valor de una empresa debe ser el valor actual de una corriente interminable de flujos de efectivo a los inversores. A largo plazo, eso equivale a las ganancias futuras. Normalmente se valoran utilizando una tasa de descuento, que reduce los beneficios en los años futuros para tener en cuenta el retraso y la incertidumbre.
Un par de años malos, pues, no son graves para las valoraciones de las empresas, aunque sean horribles para la gente en el mundo real. Un cambio significativo en la tasa de descuento, que afecta el valor actual de las ganancias en todos los años por venir, importa.
Ahí es donde entra en juego la Fed. Por el Covid, se ha comprometido a comprar deuda soberana, corporativa y de otros tipos para mantener los mercados funcionando sin problemas. Ello ha hecho que el rendimiento de los bonos a 10 años, que se suelen utilizar para derivar las tasas de descuento, bajen al 0,5% desde el 2% anterior.
La fórmula para el valor actual es: las ganancias de este año divididas por la tasa de descuento menos la tasa de crecimiento de las ganancias. Tomemos una empresa ficticia que gana 100 millones al año, una tasa de descuento del 10% y un crecimiento de las ganancias esperadas del 5%: su valor actual es de 2.000 millones. Con una tasa de descuento 1,5 puntos más baja, su valor sube a más de 2.800 millones. Eso es suficiente para explicar la mayor parte de la ganancia del S&P desde su mínimo de finales de marzo. Además, incluso si las ganancias caen un 30% para siempre, el valor de la hipotética compañía seguiría siendo de 2.000 millones.
Es una explicación demasiado simple, claro. La confianza también impulsa los precios. El Covid podría conducir a cambios permanentes en el comportamiento, mientras que el alto paro podría causar daños a la larga. Por ahora, empero, puede que las acciones no estén enviando un mensaje económico, solo uno matemático.