Cataluña tiene el doble de impuestos propios que la media autonómica
Las comunidades españolas han creado 66 tributos de los que el 70% son medioambientales pero los hay que gravan el turismo o el bingo
España sigue pareciendo un reino de taifas en algunos aspectos, como en el ámbito fiscal. A la existencia de 15 comunidades autónomas con impuestos parcial o totalmente cedidos, y a los regímenes forales del País Vasco y Navarra, hay que sumarle la capacidad de los Parlamentos regionales para crear impuestos propios. Bajo esta potestad, las comunidades aplican ya en conjunto un total de 66 impuestos regionales, eso sin tener en cuenta los tributos homologables a otros ya existentes de ámbito estatal o aquellos que han acabado siendo anulados por la justicia.
El grueso de estos tributos autonómicos, aproximadamente siete de cada 10, tienen un carácter marcadamente medioambiental. Los más comunes son los que gravan la contaminación de las aguas, la emisión de gases tóxicos a la atmósfera, el almacenamiento de residuos, su eliminación en vertederos o cualquier actividad que “incida en el medio ambiente”. Los impuestos se especializan luego por regiones, poniendo el foco en los vertidos al mar, en las comunidades costeras, o en la protección de los aprovechamientos cinegéticos, allá donde se practica la caza. Más allá, Andalucía, por ejemplo creo un impuesto sobre las bolsas de plástico de un solo uso, mientras que Cataluña cobra diversos canon sobre residuos en función de si son municipales, industriales o derivados de la construcción.
Otra práctica habitual es aplicar un recargo sobre las cuotas mínimas del Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE), que establecen Asturias, Cantabria, La Rioja, Madrid o Murcia.
A su vez, tres comunidades (Asturias, Baleares y Murcia) coinciden en gravar los premios del bingo mientras que otras mantienen tributos sobre las estancias en establecimientos turísticos (Baleares y Cataluña) o la instalación de máquinas en ellos (Madrid).
De todas las regiones, Cataluña es la que más ha innovado la rama fiscal de los impuestos propios con 13 tributos diferentes en vigor y dos pendientes de su entrada en vigor, “el doble” que la media, destaca el informe sobre competitividad fiscal autonómica elaborado por la economista Cristina Berechet para la Fundación para el Avance de la Libertad y la Unión de Contribuyentes.
Por contra, el documento destaca que solo el País Vasco no aplica ningún “impuesto propio aparte de los que se corresponden con los tributos estatales”. Un paso por encima están Navarra, que solo añade a la lista un canon de saneamiento, y Canarias, que tan solo aplica por su cuenta un canon de vertido.
Berechet destaca que los impuestos autonómicos (que no pueden solaparse con otros estatales o municipales similares) se caracterizan por lograr una baja recaudación y generar problemas legales. En los últimos años, recuerda en su informe, varios han acabado siendo anulados por el Tribunal Constitucional.