Martirizar a Ghosn no ayudará al reequilibrio entre Renault y Nissan
El destituido directivo aún no ha sido acusado formalmente, y la prensa nipona sugiere que podría estar detenido aún más tiempo
La prolongada estadía de Carlos Ghosn entre rejas corre el riesgo de envenenar el futuro de Nissan y Renault. El destituido directivo aún no ha sido acusado formalmente, y la prensa nipona sugiere que podría estar detenido aún más tiempo. Esa severidad amplía la brecha entre París y Tokio, cuyas negociaciones serán aún más duras.
Culpable o no, la antigua superestrella corporativa está atrapada en un sistema que confía en que no se arresta a inocentes. Las tasas de condenas en Japón superan el 99%. Los fiscales suelen preferir las confesiones, pero Ghosn, según los medios de allí, no lo ha hecho. Su estancia en las instalaciones carcelarias, con sus habitaciones sin calefacción, se amplió en diez días el viernes; el periódico Sankei informó ayer de que los fiscales podrían volver a arrestarlo la próxima semana por una variación de las acusaciones actuales. Esto podría mantenerlo en prisión hasta finales de diciembre.
Cuanto más tiempo esté detenido Ghosn, más podrán impulsar los críticos las teorías de un golpe en el consejo con el apoyo tácito del Gobierno japonés. El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, ha dicho que su Ejecutivo aún no ha visto pruebas de los presuntos delitos. No ayuda que solo se haya detenido a extranjeros; ninguno de los pagos en cuestión parecería posible sin el conocimiento o la connivencia de los ejecutivos locales.
La frustración de Tokio con Renault, y París, es comprensible. El grupo francés tiene una gran influencia sobre Nissan a través de su participación del 43%, y el Gobierno de Macron también, por extensión. La empresa nipona,en cambio, no tiene derecho de voto en su socio. Además, Ghosn, que salvó a Nissan de la quiebra en 1999, no ha tenido tanto impacto desde entonces. Durante su mandato, las acciones tuvieron un rendimiento en torno al 100% inferior al del índice Topix.
Aún así, su trato ha sido extremo comparado con el reservado a los ejecutivos que presidieron los escándalos de Toshiba u Olympus. Si Japón quiere reequilibrar la relación de Nissan con Renault, como es su obligación, martirizar a Ghosn no ayudará.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías