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Cumplidos los 30... llega la hora de pensar en la jubilación

El interés compueso jugará más a nuestro favor cuanto antes empecemos a invertir La constancia importa más que la cuantía

Gettyimages

El gasto de los Gobiernos en los sistemas públicos de pensiones ha pasado de representar una media del 4% del PIB en 1970 al 9% en 2015. Desde 1980 cada jubilado ha recibido de media en torno al 35% del gasto público en pensiones, tasa que caerá por debajo del 20% a partir de 2050, según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Para mantener unas prestaciones similares a las actuales, el FMI recomienda a los mileniales, la primera generación que, según el organismo, notará el impacto del envejecimiento demográfico en sus pensiones, alargar su vida laboral y ahorrar desde el inicio una cuantía alternativa. En concreto, el FMI aconseja a los jóvenes retrasar su retiro hasta cinco años (la media de la OCDE actualmente está en los 63 años) y dedicar hasta el 6% de las ganancias al ahorro destinado a la jubilación.

“El modelo de Seguridad Social español, de reparto intergeneracional, nos garantiza que habrá pensiones para todos. Pero unas cuantías como las actuales serán muy difíciles de mantener. Por este motivo, nadie pone en duda que planificar el ahorro con el objetivo de complementar la pensión pública de jubilación es una necesidad”, afirma Alberto Vizcaya, responsable de planes de pensiones del sistema individual de Santander Asset Management España.

Pero, por el momento, en España, en general, no estamos cubriendo esa necesidad. Solo 7,8 millones de personas lo hacen, según la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco). Además, lejos de aumentar el número de ciudadanos que optan por abrir un plan de pensiones, desciende, ya que en 2012 eran más de 8,1 millones las personas que tenían en sus carteras este instrumento de ahorro orientado a la jubilación.

Este descenso es comprensible, ya que la aguda crisis financiera ha dañado el bolsillo de los españoles. “Es cierto que con 1.000 euros de ingresos es muy complicado pensar a largo plazo, pero debemos ser capaces de ahorrar una pequeña cantidad. Yo siempre hago una pregunta: ¿es necesario tener el último modelo de iPhone y gastarnos 700 euros? Quizá podamos llamar y navegar en internet también con uno de 200 euros”, cuestiona Jacobo Zarco, socio y director de Atl Capital.

“Es importante concienciar a la sociedad en general, y a los jóvenes en particular, de un problema que es ya una realidad en nuestro país: nos encontramos con un déficit del sistema público de varios miles de millones de euros. Si continúa así, que es lo previsible, seremos testigos en los próximos años de una reducción paulatina de la tasa de reposición que representa la pensión pública sobre el último salario de la persona que se jubila”, argumenta Jorge García, director de la división de vida y seguros personales de Generali España.

“Concienciados ya estamos, y así lo demuestran las diferentes encuestas al estimar que el 80% de la población está preocupada por la jubilación. Pero a la hora de la verdad muy pocos nos ocupamos”, reconoce Belén Alarcón, directora de asesoramiento patrimonial de Abante Asesores. Alarcón recomienda plantearnos la edad de retiro. “Tenemos que ser conscientes de que ahora vivimos más años, posiblemente los mileniales cumplirán los 100 años. Hace tiempo, muchos no llegaban a la edad de jubilación y los que lo conseguían, como mucho, vivían ocho años más. Ya no es solo porque el sistema público sea insostenible, ¿verdaderamente vamos a querer estar 30 años inactivos?”, medita Alarcón.

Lo cierto es que cuanto antes empecemos más nos podremos beneficiar de nuestro plan de ahorro. “El largo plazo hace que las fluctuaciones del mercado sean neutrales. Por otra parte, dosificar nuestros esfuerzos es la mejor opción, y no solo cuando pensamos en empezar a ahorrar a los 30 años o a los 40, sino a lo largo del año. Realizar una pequeña aportación todos los meses nos va a ser más sencillo que hacer una de golpe a final de año”, razona Gloria Siso, directora de productos de inversión de ING. El interés compuesto también jugará a nuestro favor si decidimos empezar nuestra hucha cuanto antes, ya que los beneficios se añaden al principal generando intereses.

El riesgo que escojamos es una variable muy importante a tener en cuenta. Debemos poder dormir tranquilos, pero si podemos hacerlo tomando algo de riesgo en nuestras carteras, los resultados pueden merecernos la pena.

En el escenario actual, el ahorro a largo plazo no puede quedar invertido en tipos de interés tan bajos. “Para reforzar la filosofía previsión, nuestra cartera se debe orientar hacia activos de mayor nivel de riesgo (como la Bolsa), que son los que ofrecen un mayor potencial de revalorización. Invertir de manera escalonada y sistemática en acciones es la forma más eficiente para generar retornos positivos, con independencia de la evolución de los mercados”, explica Alberto Vizcaya.

Pero si a los 50 años no hemos empezado nuestra hucha, la directora de ING utiliza el refrán de “más vale tarde que nunca” para no desanimar a los inversores. “Está claro que van a conseguir menos capital para el objetivo final, pero también tienen más capacidad de ahorro y podrán beneficiarse de las ventajas fiscales. No hay que darlo todo por perdido”, anima Siso. De todos modos, como apunta Jacobo Zarco, no hay que olvidar que “es más realista ahorrar poco joven que mucho cuando seamos más mayores”.

Riesgo y disciplina

 

Riesgo

 

La Asociación Europea de Asesoría y Planificación Financiera (EFPA) aconseja tomar posiciones de más del 80% en renta variable si comenzamos a invertir antes de los 25 años, del 60% entre los 30 y los 40 años, dejando un 40% a la renta fija, para que, una vez pasada la década de los 40 años, esta vaya aumentado hasta superar el 60% de nuestras carteras.

 

Disciplina

 

Más que el dinero importa la constancia y la edad a la que empecemos. Si comenzamos ingresando 100 euros al mes cumplidos los 30 y optamos a un plan de pensiones que nos rente un 8,35% anual (Plan Ibex 35), lograremos alcanzar una cifra de 105.472 euros a los 67 años. Esto nos permitiría disfrutar de unos 500 euros al mes durante 16 años, una cantidad destinada a complementar nuestra pensión pública.

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