Cuando el jefe es mujer crece la percepción de igualdad
La diversidad de género en la alta dirección impulsa la equidad de salario Estas empresas, además, son más rentables y retienen mejor el talento
El último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) volvía a confirmar lo que ya se conoce. En España, de media, las mujeres y los hombres no cobran el mismo salario por el mismo trabajo. Ellos reciben un 24% más. Quizá por esta razón, como uno no percibe una realidad hasta que la padece, el 78% de los hombres piensa que existe igualdad salarial entre ambos géneros, frente al 56% de las mujeres, que no tiene la misma percepción que sus compañeros.
Son datos del último informe a nivel global, en materia de igualdad de género, de la firma de empleo y selección de personal Hays. Únicamente hay dos sectores en los que esta percepción de desigualdad disminuye en relación al resto: los servicios profesionales y el sector público, en un 72% y 68%, respectivamente.
Por eso, en la batalla por lograr esta equidad salarial, junto a las políticas que la fomentan, hay otras medidas que las compañías pueden ir adoptando para impulsarla dentro de sus filas: aumentar el número de ejecutivas. El 66% de las mujeres, cuyo jefe inmediato es también una mujer, piensa que su salario es similar al de sus compañeros, señala el citado informe. Un porcentaje que desciende al 49% cuando se invierten las tornas. Y este acercamiento a la igualdad se produce cuando hay más mujeres en los puestos de alta dirección. Los hombres también lo creen así cuando quien se sienta en el despacho es una fémina. El 80% de los varones, cuyo superior es una mujer, opina que hay igualdad salarial, frente al 77% de los que tienen un jefe varón, dice el informe de Hays.
Por esta razón, la entrada de mujeres en los altos cargos dentro de la empresa, crea optimismo, sobre todo entre el personal femenino ante la posibilidad de igualar su salario al del resto de sus compañeros. Sin embargo, esta situación no atañe únicamente a la retribución de los profesionales. También repercute en las aspiraciones de tener las mismas oportunidades.
El 78% de los hombres cree que hay igualdad salarial, frente al 56% de las mujeres, que no tiene la misma percepción que sus compañeros
En este sentido, la catedrática de Economía de la Universidad del País Vasco, Sara de la Rica, señala en un informe difundido por la Fundación Ramón Areces, que “las brechas salariales de género aumentan con la edad y, en consecuencia, a lo largo de la vida laboral”. Esta investigadora añade que esta diferencia se manifiesta sobre todo en los complementos salariales en todas las edades. “Al mismo tiempo que las mujeres a lo largo de su vida promocionan menos que los varones hacia ocupaciones mejor pagadas, lo que explica parcial pero no totalmente ese patrón creciente de la brecha salarial con la edad”, señala De la Rica.
Sin embargo y volviendo al estudio de Hays, el 77% de los varones cree que existen las mismas oportunidades laborales para ambos géneros, frente al 55% de lo que opinan ellas, que ven mucho más complicado su ascenso y posibilidad de ocupar los mismos cargos o desempeñar las mismas tareas. “Las mujeres no están dispuestas a competir como ellos para llegar a la cúpula directiva”, resalta Ernesto Reuben, profesor de Columbia Business School, que mostró los resultados de sus investigaciones en la IX Reunión Científica de Cosme, organizada por la Fundación Ramón Areces.
“Los hombres están demasiado dispuestos a competir mientras que las mujeres se apartan de la competición”, señala este experto, que ha utilizado datos sobre graduados de un MBA de la escuela de negocios Booth School of Business de la Universidad de Chicago. Entre los resultados más significativos destacan, en primer lugar, que el gusto por competir explica al menos el 10% de las diferencias en salarios por género, lo que supone más de la mitad que otras características. “Los profesionales más competitivos tienen más probabilidad de comenzar a trabajar tras la graduación y mantenerse en sectores con salario altos, sobre todo consultoría y finanzas, lo que produce que las diferencias salariales persistan en el tiempo”, señala Reuben.
La tendencia vuelve a repetirse en este sentido. Cuando la persona responsable es mujer, el 66% de ellas opina que tiene las mismas posibilidades que el sector masculino de la plantilla, porcentaje que, también, cae en picado cuando el responsable es un varón, a un 48%. Por eso, la presencia de mujeres en puestos de responsabilidad no solo ayuda a incrementar la percepción de igualdad salarial, sino que impulsa a su vez la sensación de igual posibilidad de promoción interna.
Dado que a igual presencia femenina y masculina en la alta dirección, la sensación de la plantilla en materia de igualdad cambia, es posible extraer conclusiones obvias. Las empresas con una mayor diversidad de género son más rentables, y además captan y retienen con mucho más éxito a los mejores profesionales.
Potenciar la ambición femenina
En el caso español, los hombres aspiran, en un 89%, a alcanzar un puesto de liderazgo en la empresa. Pero muy de cerca, en un 82%, les siguen las mujeres. Por esa razón, las compañías necesitan, tal y como señala el estudio de Hays, potenciar la ambición femenina en la plantilla. “Las empresas deben impulsar planes de desarrollo profesional para alcanzar puestos de responsabilidad para que las mujeres se sientan apoyadas y animadas a desarrollar sus carreras”, señala el estudio. De esta forma, las organizaciones contarán con empleadas que, además de talento, tendrán ambición para alcanzar puestos directivos.
Las organizaciones también pueden implementar otros métodos. Las mejores iniciativas para favorecer la igualdad plena son la flexibilidad laboral, tanto para los hombres como para las mujeres, en un 53%, según los datos de Hays. A esta medida le siguen un cambio de cultura en el trabajo, en un 35% y una actitud positiva hacia la promoción de la mujer en el trabajo, en un 27%.
Y además de llevar a cabo estas medidas, es vital que las empresas las comuniquen a toda la plantilla. Un 72% de los profesionales afirma que sus empresas no llevan a cabo políticas de igualdad, o que, en caso contrario, no son conscientes de ellas. “Y los hombres y mujeres cuyas empresas cuentan con estas prácticas, se muestran más optimistas con su salario, aspiraciones y oportunidades profesionales”.