España vuelve a crecer más del 3% por el tirón del consumo
Los nubarrones que atenazan los mercados y las previsiones pesimistas que manejan las grandes empresas o servicios de análisis sobre la economía española no han oscurecido las cifras del PIB del cuarto trimestre del año pasado. La economía española cerró el cuarto trimestre con un crecimiento del 0,8% anual, el mismo que se registró en el trimestre anterior, lo que le sirvió para alcanzar un avance del 3,2% en el conjunto del año. Supone el aumento más importante desde 2007, gracias en gran medida al tirón del consumo de los hogares y de la inversión empresarial. Entre las grandes economías de la UE, es la que más creció en el último trimestre y en todo el año, incluso por encima de Reino Unido, que era el único país que amenazaba esa posición. La economía británica, tal y como informó el jueves la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS), cerró el pasado año con un crecimiento del PIB del 0,5% en el cuarto trimestre y del 2,2% en el conjunto del año.
Los datos de Contabilidad Nacional hechos públicos por el INE corroboran las dos tendencias que se habían observado en los trimestres anteriores: la demanda interna coge el testigo de la externa como motor de crecimiento y que la correlación entre el avance del PIB y el empleo (tradicionalmente se consideraba que era necesario un alza del PIB del 2% para crear empleo) ha cambiado y ya se generan puestos de trabajo con incrementos más tímidos.
Demanda externa e interna
Desde 2010 a 2014, la demanda externa fue la que aportó crecimiento a la economía española y sirvió para compensar el desplome de la demanda interna, lastrada por la sequía de crédito y una tasa de paro inasumible que rozó el 27% de la población activa en el primer trimestre de 2013. Las exportaciones crecían a tasas muy elevadas y el desplome del consumo llevó a las importaciones a mínimos históricos. El déficit comercial llegó a bajar a 16.600 millones en 2013 frente a los 95.000 de 2018. No fue hasta el primer trimestre de 2014 cuando el consumo y la inversión volvieron a tasas positivas e impulsaron el despegue del PIB. Las cifras del pasado ejercicio así lo avalan. El PIB cerró con un valor de 1,081 billones de euros, de los que consumo e inversión supusieron el 77% del total. Si a esos conceptos se añade el gasto público, la demanda interna escaló al 97,5% del total del PIB. La demanda nacional aportó 3,7 puntos de crecimiento al PIB el pasado ejercicio, mientras que la exterior detrajo 0,5 puntos, en gran medida por el impulso de las importaciones, que crecieron (7,5% anual) incluso por encima de las exportaciones (4,6%).
Economía defiende la reforma laboral y cree que ha sido vital para la creación de empleo con menos crecimiento
La otra gran conclusión que se desprende de los datos de Contabilidad Nacional es que la correlación entre crecimiento y empleo ha cambiado. Si tradicionalmente eran necesarios crecimientos del PIB superiores al 2%, esa regla ha cambiado desde la introducción de la reforma laboral. No fue hasta el primer trimestre de 2014 cuando el PIB recuperó tasas positivas de crecimiento y transcurrieron otros tres primeros trimestres hasta que avanzó un 2%. En esos nueve meses se crearon 400.000 empleos. En el conjunto del año se generaron 430.000 puestos de trabajo con un avance del 1,4%. Un ejercicio después la cifra creció hasta 495.000 empleos, pero ya con un alza del 3,5%. Fue en este último punto en el que quiso hacer hincapié el secretario de Estado de Economía en funciones, Íñigo Fernández de Mesa, en su valoración sobre los datos de contabilidad nacional, tras el acuerdo previo a la investidura firmado por PSOE y Ciudadanos en el que abogan por derogar la reforma laboral. “No es una buena noticia, ya que una las características fundamentales del crecimiento del PIB es que se crea mucho más empleo con menos crecimiento económico, de acuerdo con el consenso de los analistas o el FMI, por la reforma laboral. Solo de esa manera se explica que con las actuales tasas de crecimiento, España ha logrado crear casi medio millón de empleos equivalentes a tiempo completo”, puntualizó.
CEOE resalta que los costes laborales unitarios crecen por primera vez desde 2009
¿Está encarrilado el futuro? Las previsiones incluidas en los Presupuestos Generales del Estado para 2016 y las estimaciones de la Comisión Europea y del Fondo Monetario Internacional así lo consideran. Las horquillas de avance van desde el 2,7% y el 2,3% del FMI para 2016 y 2017, al 2,8% y al 2,5% de las autoridades comunitarias. Sin embargo, Fernández de Mesa alertó ayer sobre la posibilidad de que se trunquen esos vaticinios optimistas. “Los datos de enero apuntan a que esta dinámica va a continuar este año si se mantienen las políticas económicas y la confianza de los consumidores y de los empresarios. No hay ninguna razón que haga pensar que se pueda truncar (la senda de crecimiento) si se continua en la misma senda reformista”, puntualizó. Un planteamiento que parece poco probable, ya que los vetos cruzados entre las distintas formaciones políticas para la constitución de un Gobierno presagian que la posibilidad de unas nuevas elecciones son más que evidentes, con lo que podría pasar un período de hasta nueve meses con un Ejecutivo en funciones, sin capacidad para legislar. Fue el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, quién advirtió el miércoles que España tendrá que presentar en abril, “haya o no haya gobierno”su plan de reformas. Es una obligación que se mantiene, con independencia de los acontecimientos políticos”, subrayó.
Fernández de Mesa reconoció que “2016 no tiene por qué ser peor”, incluso llegó a decir que las previsiones de crecimiento de la economía española elaboradas por el Gobierno para los próximos años, que prevén una “velocidad de crucero” del 3% hasta 2018, son “perfectamente alcanzables y podrían ser mejores”, pero siempre y cuando se continúe con la senda reformista. En esa misma línea, el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, avanzó que España ha entrado con una velocidad de crucero del 3,5% y que en el crecimiento del primer trimestre de este año “no va a ser muy diferente al último trimestre del año pasado”, que se situó en el 0,8%. “Si España aplica las recetas adecuadas de política económica a lo largo de este ejercicio podemos tener un año 2016 que no tiene porqué ser peor de lo que ha sido el 2015, incluso podría ser mejor”, apuntó desde Tokio tras reunirse con inversores antes de su viaje a Shangai para acudir a un encuentro del G20.
Factores prestados
Las reacciones desde la oposición y desde los sindicatos fueron mucho menos optimistas. El secretario de Economía del PSOE, Manuel de la Rocha Vázquez, remarcó que el crecimiento del PIB del 3,2% en 2015 es “positivo”, pero lo justificó “por factores externos y coyunturales”, como el precio del petróleo, la política monetaria y “las rebajas fiscales electoralistas que alejan los objetivos de déficit”. Desde UGT consideraron que el dato pone de manifiesto que España crece, pero sólo en términos de PIB, y que ese crecimiento sigue sin consolidarse y sin trasladarse al bienestar de los ciudadanos y trabajadores. Por su parte, CEOE recalcó el nuevo patrón de crecimiento “más equilibrado” sin tensiones inflacionistas y con reducción del déficit público. En un comunicado, la patronal observó también una “clara” recuperación de la remuneración de los asalariados a lo largo de 2015, al tiempo que resaltó el primer repunte de los costes laborales unitarios desde 2009. Cinco años seguidos de caída que han servido para recuperar gran parte de la competitividad perdida en los quince años consecutivos de crecimiento económicos (1993-2008).