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Londres ha legalizado la edición genética de embriones humanos

¿Investigarán con embriones las ‘biotech’ españolas en Reino Unido?

Nueve compañías biotecnológicas españolas tienen oficina en Reino Unido Sus intenciones respecto a la nueva normativa británica varían

Manuel G. Pascual

Reino Unido se convirtió el mes pasado en el primer país occidental en permitir la edición o manipulación de genes de embriones humanos. Solo China se había atrevido hasta la fecha a autorizar una investigación de estas características. La decisión ha causado gran controversia por sus implicaciones éticas, si bien la doctora Kathy Niakan, del Francis Crick Institute de Londres, la investigadora responsable del que será el primer experimento de esta naturaleza realizado en Europa, aseguró a las autoridades que su finalidad es “comprender mejor los genes que necesita un embrión humano para convertirse en un bebé saludable”.

China, pionera en la materia

El gigante asiático sorprendió al mundo la primavera pasada al publicar los resultados de la primera investigación de la que se tiene registro en la que se ha manipulado genética de embriones humanos. El experimento, calificado por los científicos responsables como un fracaso, implicó la utilización de 86 embriones para comprobar si podían modificar un determinado gen, cuya mutación es responsable de la beta-talasemia, una enfermedad hereditaria que deriva en varios tipos de anemia. Solo 71 de los embriones sobrevivieron.

Lo mismo sucedió el 1 de enero, el día después de que la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología (HFEA, según sus siglas inglesas) diera permiso a la investigadora Kathy Niakan para manipular los genes de los embriones descartados por las clínicas de reproducción solo durante los siete primeros días tras la fecundación. Su objetivo, asegura, será intentar comprender por qué la mitad de las fecundaciones in vitro no prosperan tras la primera semana de gestación.

Desde el punto de vista clínico, también abre muchas posibilidades para las empresas biotecnológicas con filial en el país británico. CincoDías ha contactado con las nueve firmas españolas presentes en territorio inglés y, por el momento, ninguna tiene en marcha o prevé activar líneas de investigación que impliquen la manipulación de embriones humanos.

Algunas, como la multinacional de los hemoderivados Grifols o la desarrolladora de software Noray, concentran su negocio en áreas muy alejadas de la investigación con embriones. Sucede algo parecido con Pivotal, una consultora científica especializada en el desarrollo de fármacos, o con BTI, centrada en medicina regenerativa. Insight in Life Science (ILS) también ofrece a sus clientes servicios de apoyo a la investigación, mientras que Intelligent Pharma se dedica a la producción de software específico para el sector biotecnológico.

Otras, como los laboratorios Almirall, alegan que “toda la I+D de la compañía se lleva a cabo en Sant Feliu de Llobregat (Barcelona) y en Reinbeck (Hamburgo)” y, por lo tanto, la posibilidad de trabajar con embriones humanos “de momento no es un tema que se les aplique”.

Desarrollo de medicamentos

“No nos planteamos abrir ninguna línea de investigación en el campo de la edición genética”, apunta Isabel Amat, responsable de proyectos de I+D en codesarrollo de Reig Jofre, compañía que constituyó una filial en Reino Unido en abril del año pasado para comercializar las ventas al país que ya representa el 7% de su facturación. “Nuestras líneas de desarrollo van alineadas al desarrollo de nuevos medicamentos y productos de nuestras áreas terapéuticas estratégicas”, abunda.

Sermes CRO, por su parte, considera que, habiendo pasado apenas un mes desde que Londres abrió la puerta a la investigación con embriones, es demasiado pronto para poder decir si van a trabajar en ello o no. “No nos lo hemos planteado”, confiesa Astrid Pañeda, directora de investigación clínica de esta compañía especializada en el desarrollo de ensayos clínicos para la industria farmacéutica.

Las empresas ven con buenos ojos la decisión de Reino Unido de permitir trabajar con embriones humanos. “Es importante seguir avanzando científicamente y aportar conocimiento sobre los genes que necesita un embrión para convertirse en un bebé saludable”, indica Amat, de Reig Jofre. “Pero estamos de acuerdo en que es una cuestión que requiere regulación para asegurar que la manipulación sea exclusivamente con fines de investigación y que los embriones no se implanten a mujeres en tratamientos de fertilización”, añade.

Empleado en ratones

Los centros de investigación españoles desarrollan proyectos que emplean la técnica CRISPR/Cas9, la que se utiliza para editar genéticamente los embriones. Aunque, en este caso, de animales.

En el laboratorio de Sagrario Ortega, jefa de la Unidad de Ratones Transgénicos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), emplean esta técnica para crear modelos animales y celulares de cáncer, así como para identificar nuevas dianas terapéuticas. Modifican uno o varios genes simultáneamente en embriones de ratón para reproducir combinaciones de mutaciones que se encuentran en tumores humanos o para responder preguntas relacionadas con función génica in vivo. Otras instituciones, como el Centro Nacional de Biotecnología (CNB), llevan a cabo experimentos similares con ratones.

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Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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