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Sin embargo, todavía subsisten algunos problemas estructurales

Hacia otro año récord de turistas e ingresos

El turismo ha sido el sostén de la economía española durante los seis años de crisis y también va a jugar un papel determinante en la salida de la misma. En 2014 llegaron a nuestro territorio 64,9 millones de turistas, lo que supone un nuevo máximo histórico para España y la consolidación dentro del podio que alberga a los tres destinos más visitados del mundo. Los ingresos también han alcanzado un nuevo récord, al superar los 45.000 millones de euros. Si se restan los ingresos de los viajeros extranjeros y los pagos de los españoles fuera, el resultado es un saldo de 33.000 millones de euros, el mayor en toda la zona euro. Todo ello ha servido para que las cuentas de beneficios de las empresas cojan fuelle y para que estas recuperen el optimismo de cara al futuro, en especial por el buen comportamiento del turismo nacional, que vuelve a emerger tras más de siete años en caída libre.

Sin embargo, todavía subsisten algunos problemas estructurales, detectados antes incluso antes de la crisis financiera de 2008, que aun no han sido solucionados gracias a factores exógenos, como la primavera árabe, iniciada en 2011, que ha restado viajeros a dos competidores directos de España (Túnez y Egipto); la depreciación del euro, que ha impulsado la llegada de viajeros de fuera de la zona euro (en especial el británico) y el abaratamiento del petróleo, que ha reducido el coste de la factura energética a empresas y particulares. A ello se puede unir en breve el impacto que la subida del IVAal 21%, que forma parte de la negociación con la Troika, para desblindar la última línea de ayuda, aplicará Grecia sobre su sector turísticoLlegadas

La entrada de viajeros extranjeros a España tocó suelo en 2009, con 52,1 millones de visitantes. En dos ejercicios (de 2007 a 2009) se perdieron 6,5 millones de turistas como consecuencia del brutal impacto que la crisis tuvo en los viajeros extranjeros. Desde esa fecha inició un crecimiento sin parangón en ningún otro país de similar tamaño. En enero de 2011, la primavera árabe arrancó con revueltas en Túnez, que posteriormente se extendieron a Egipto. La cancelación de reservas fue automática y ello provocó un trasvase de viajeros desde esos dos países hacia España que se ha prolongado hasta la actualidad. De los 52,1 millones de 2009 se ha pasado a los 64,9 millones en 2014.

En ese incremento también ha jugado un papel determinante el abaratamiento del euro en el último año (un 17%) frente al dólar. La depreciación del euro reduce el coste de viajar para los turistas que no utilizan el euro y ha sido uno de los principales factores que ha impulsado la llegada de viajeros británicos. En 2014 superaron los 15 millones de llegadas, con un crecimiento del 4,7% y en los cuatro primeros meses de este ejercicio han llegado 3,27 millones, con un avance anual del 5,5%. En cualquiera de las dos estadísticas representan más del 20% de las entradas. Las perspectivas que maneja Turespaña para la temporada alta son buenas y ese es un dato importante, toda vez que las llegadas de británicos (fundamentalmente familias con hijos en edad escolar) se concentra en temporada alta. El pasado ejercicio, el 70% de las entradas se concentraron en seis meses (de mayo a octubre) y el 50% en cuatro meses (julio a septiembre).

El otro factor que ha determinado el buen estado de salud de la industria turística, al menos en el último ejercicio, ha sido la recuperación de algunos mercados europeos que habían dado signos de agotamiento en la crisis. Es el caso de Francia, Alemania e Italia, segundo, tercero y quinto mayor mercados emisores. En estos países, el cambio más barato o más caro del euro no tiene ningún impacto, con lo que la mayor o menor llegada de turistas está ligada a la promoción del destino y a la evolución económica de los países. El PIB de Francia volvió a crecer un 0,6% en el primer trimestre y Alemania siguió en tasas positivas. Una tendencia que con toda seguridad se mantendrá en el segundo trimestre y que tendrá como consecuencia una buena afluencia de viajeros de ambos mercados. En el caso de Francia, el gran beneficiado será Cataluña, que recibe a la gran mayoría de turistas que realizan sus desplazamientos en vehículos particulares. En el de Alemania, Baleares, Andalucía y Canarias pueden ser las grandes beneficiadas. Los expertos auguran que la combinación de todos esos efectos pueden llevar a una entrada de viajeros cercana a los 68 millones.

Mercados: La asignatura pendiente es la diversificación de mercados emisores y la captación de viajeros de países con un alto poder adquisitivo. La estrategia en los últimos cuatro años se había centrado en el mercado ruso (se había pasado de 862.000 a 1,5 millones entre 2011 y 2013), pero este se ha desplomado como consecuencia de las sanciones impuestas por la UE y el desplome del precio del petróleo, del que se nutren gran parte de los presupuestos públicos.

El objetivo a corto plazo, tal y como queda reflejado en el Plan Nacional de Turismo de Compras para 2015, pasa por impulsar las llegadas de los países del Golfo y de aquellos mercados con gran potencial de consumo. La clasificación internacional que realiza la consultora Global Blue sitúa a China como el mayor mercado del mundo, con un 30% del gasto mundial, seguida por Rusia (12,9%), EE UU (3,9%), Indonesia (3,4%) y Arabia Saudí (2,5%). La cuota de mercado de España en esos países es marginal. Los que mayor porcentaje tienen en el primer cuatrimestre de 2015 son EEUU (1,9%) y Rusia (1%), mientras que los otros tres ya se sitúan por debajo del 1%.

Gasto medio: Otro dato que invita a la diversificación geográfica de mercados emisores de turistas es el escaso gasto que realizan en sus estancias los destinos tradicionales (Reino Unido, Francia o Alemania, todos ellos en el entorno de 100 euros por día) frente al elevado desembolso que realizan los turistas de mercados marginales para España en términos absolutos, como Venezuela (398,5 euros), Arabia Saudí (396,9 euros), México (358), Colombia (356) o Nueva Zelanda (333).

Turismo nacional: Sigue siendo la gran asignatura pendiente para un gran número de autonomías y empresas que necesitan del turista nacional, como casi todas las regiones del norte de España y las del interior. El pasado ejercicio se cerró con 139 millones de desplazamientos, la cifra más baja de la serie histórica que se mide desde 2005. La elevada tasa de paro, la devaluación salarial y lo desequilibrado de la recuperación en cuanto al reparto de la riqueza están pesando todavía mucho en las decisiones de los visitantes españoles. Una tendencia que no se produce en el caso de los viajes al extranjero, que han repuntado hasta los 11,7 millones, medio millón más que en 2013, pero todavía están muy lejos de las cifras registradas antes de la crisis.

Pernoctaciones: Si los viajes de los turistas nacionales, no han crecido mucho, lo que sí lo ha hecho han sido las pernoctaciones hoteleras, lo que indica que los turistas que sí han tenido posibilidades de viajar han empezado a optar por hoteles o apartamentos como forma de alojamiento. En los cuatro primeros meses de 2015, el número de estancias ha sido de 12,7 millones frente a los 11,9 del mismo período de 2014. Una tendencia de crecimiento que ya se pudo comprobar en 2014, en el que las pernoctaciones pasaron de los 100,6 millones de 2013 a los 104,3 millones. Unas cifras que están sesgadas parcialmente por la irrupción del fenómeno de los apartamentos turísticos. Un hecho que ha sido denunciado reiteradamente por la industria hotelera tomando en cuenta la estadística mensual que publica el Ministerio de Industria. De los 16,1 millones de viajeros extranjeros que han llegado a España entre enero y abril, 3,23 millones (un 20,2%) se alojan en vivienda propia o en casa de familiares, lo que es interpretado por los hoteleros como el signo inequívoco del auge de los apartamentos irregulares. Desde la Secretaría de Estado de Turismo estudian medidas para tratar de controlar a las plataformas que alojen anuncios de apartamento turísticos irregulares, que no cumplan las normas fijadas por las comunidades autónomas, las competentes en esta materias.

Empleo: Los últimos datos, correspondientes a la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2015, establecen que el sector turístico tiene 2,11 millones de ocupados, lo que supone el 12% del total y sitúa al turismo como una de las actividades, junto al comercio, que más puestos de trabajo genera. Si el análisis lo realizamos por actividades, la hostelería es la que más empleo crea, con 1,3 millones de ocupados (el 62% del total). De ellos, 1,07 trabajan en servicios de restauración y comidas. Ya a mucha distancia aparecen los servicios de alojamiento (277.000) y el transporte de viajeros (265.894).

Los datos del INE revelan el escaso interés de los jóvenes por incorporarse a ese mercado laboral. De los 2,1 millones de ocupados, tan solo 420.101 (el 20% del total) tiene menos de 30 años. Casi la mitad de los empleados se encuentra en la franja entre 30 y 44 años.

Las seis grandes comunidades turísticas (Cataluña, Canarias, Baleares, Andalucía, Madrid y Comunidad Valenciana) son las que más se benefician del tirón que la actividad tiene sobre el empleo. El 17,2% de los puestos de trabajo se crean en Cataluña, seguida por Andalucía (15,6%), Madrid (14,3%), Comunidad Valenciana (10,1%), Canarias (9,7%) y Baleares (4,7%).

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