Un 10% de los hogares sin fiestas de cumpleaños en 2014
Un 17% de aquellos con menores ingresos no puede disponer de ropa nueva
Celebrar los cumpleaños u otras celebraciones especiales resulta imposible para un 10,4% de los hogares de España en los que viven menores de 16 años. Entre el 20% de la población con los ingresos más bajos aumenta hasta el 26,9% y se dispara hasta el 34,7% en aquellos en los que la persona responsable del hogar proviene de un país de fuera de la Unión Europea.
Además, esta carencia se ha duplicado casi para el conjunto de la población entre los últimos cinco años. Así, en 2009 solo el 6,5% de los hogares no tenía capacidad para llevar a cabo estas fiestas. En el caso de los más pobres era el 15,5% y en los de no comunitarios el 18,8%.
El Módulo sobre Carencia Material, incluido en la última Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) del 2014, tuvo un antecedente similar en 2009, por lo que se pueden establecer comparativas entre un año y otro.
El informe ofrece cifras similares cuando se pregunta por la posibilidad de realizar regularmente actividades de ocio como practicar algún deporte, tocar un instrumento o pertenecer a alguna organización juvenil.
En este caso, en el 11,3% de las familias los niños no pueden acceder a actividades recreativas por motivos económicos. En 2009 esta situación se producía en el 5,5% de los hogares. La peor parte en 2014 se la lleva el 20% de la población con menos ingresos, donde este porcentaje asciende hasta el 27,9%, y los hogares dirigidos por no comunitarios (34,8%).
El estudio también muestra que un 6,5% de los hogares no dispone de medios económicos para comprar ropa nueva a los menores de 16 años, seis puntos más que en 2009. La desigualdad de ingresos tiene consecuencias claras en este elemento. Así, el 17,4% de los hogares pertenecientes al 20% de la población más pobre ha de hacer frente a esta carencia frente al 0,4% entre los que disponen de mayores ingresos.
En el caso de los hogares monoparentales la cifra casi se ha triplicado en los últimos cincos años. Un 2,6% de las familias compuesta por un solo adulto con niños a su cargo no podía renovar el vestuario infantil en 2009. El porcentaje se eleva hasta el 7,3% en 2014.
Además, esta carencia también tiene un peso mayor entre los extranjeros no comunitarios, con un 18,7% de las familias que no adquieren nuevas prendas para sus hijos menores. En 2009 el porcentaje era casi ocho puntos inferior.
Aunque las familias optan por recortar en aquellos gastos que pueden considerarse más superfluos, la recesión económica también ha impactado negativamente en necesidades como la alimentación. El 4,3% de los hogares con menores recursos no incluyen en la alimentación infantil fruta fresca y verduras al menos una vez al día y el 7% no come carne, pollo o pescado al menos cada dos días.
El estudio, en el que han participado 32.000 personas, evalúa también datos de la población mayor de 16 años. Entre 2009 y 2014 quienes no se pueden permitir reunirse con amigos o familiares han pasado de representar el 6,6% al 11,8%. Entre los parados, la tasa asciende al 26%, y hasta el 27% entre los extranjeros. Un 16% es incapaz de gastar una pequeña cantidad de dinero en sí mismos y el 41% no puede cambiar sus muebles estropeados o viejos.
La Encuesta de Condiciones de Vida incorpora cada año un módulo con el que el INE busca profundizar en las situaciones de pobreza y carencia de los hogares. Los informes de los últimos años se han centrado en: carencia material (2009), capacidad en la toma de decisiones (2010), transmisión intergeneracional de la pobreza (2011), condiciones de vida (2012) y bienestar material (2013).