Los apuros ocultos de los Landesbanken
La revisión de calidad de activos y los test de estrés del BCE podrían revelar algunas debilidades embarazosas en el balance de los Landesbanken alemanes. Las entidades regionales estuvieron entre las peores víctimas de la crisis financiera. Pese a una cierta reducción y reestructuración, muchos aún carecen de un modelo de negocio viable.
El BCE, como nuevo supervisor bancario de la zona euro, debería aprovechar el momento y presionar a favor de una reestructuración radical del sector. Los seis Landesbanken que quedan se pueden consolidar en dos instituciones de banca mayorista para el conjunto de las cajas de ahorro de Alemania.
Es cierto que los Landesbanken son un dolor de cabeza leve, si se comparan con el resto del sector bancario alemán, que está siendo apoyado por la fortaleza de la economía nacional, el bajo desempleo y el éxito internacional de las empresas del país. Sus problemas son insignificantes en comparación con los males de los bancos en problemas de los países de la periferia.
Los Landesbanken, propiedad conjunta de los estados regionales de Alemania y las cajas de ahorros locales, representan poco menos del 20% de los activos totales del sistema bancario. Estos hicieron su parte de ese proceso de desapalancamiento. Desde la crisis financiera, redujeron sus activos ponderados por riesgo en casi un 50%. A raíz de la presión de Bruselas, WestLB desapareció. Stricken SachsenLB se fusionó con Landesbank Baden-Württemberg (LBBW) y Berliner Landesbank se ha embarcado en una reducción radical.
El BCE debería aprovechar el momento y presionar a favor de reestructurar de forma radical el sector
Pero en general, la reestructuración ha sido tímida en el mejor de los casos. Muchos Landesbanken aún carecen de un modelo de negocio viable. Perdieron el anitguo hace una década, cuando la Comisión Europea prohibió que fueran respaldados por el gobierno. Eso le cortó su acceso a una liquidez barata y subvencionada. Hoy en día, la tarea de ejercer como banca mayorista para las cajas de ahorros regionales del país requiere de uno o dos, en lugar de seis, entidades en total.
Algunos de los Landesbanken que quedaron en pie están intentando centrarse en los préstamos regionales a pequeñas y medianas empresas. Pero es un segmento en el que existe una amplia competencia de las cooperativas y las cajas de ahorros regionales, así como del sector privado. Además, los prestamistas controlados por los políticos locales y financiados con el respaldo implícito de los contribuyentes tienden a distorsionar el mercado.
Los Landesbanken aumentaron sus reservas de capital en su mayoría por una privatización de activos. Si fuera necesario incrementar el capital adicional, la tarea sería mucho más difícil. Los Landesbanken son el segmento menos rentable del sistema bancario alemán, según datos de Fitch. Así que retener sus beneficios no ayudará a reforzar las reservas de capital. Y debido a su estructura jurídica como entidades públicas no cotizadas, no pueden tampoco aprovechar el mercado de valores.
Por último, es difícil que los actuales propietarios de los bancos lleven a cabo una recapitalización. Los gobiernos regionales alemanes están luchando contra los altos niveles de deuda pública y no estarán dispuestos a desembolsar el dinero –algo que sería muy impopular–.
Por otra parte, la Comisión Europea tendría algo que decir. Las nuevas normas sobre ayudas estatales dan a Bruselas el derecho a insistir a la hora forzar quitas a los tenedores de bonos subordinados.
Los bonos híbridos, que pueden ser convertidos en acciones durante una crisis y podrían venderse a inversores privados, son una opción. Pero su lanzamiento en Alemania se retrasó por cuestiones fiscales que se resolvieron en abril. Dado el corto plazo que ha pasado desde entonces, emitir capital convertible antes del examen de calidad de los activos del BCE podría ser un desafío para los prestamistas más pequeños.
Un escrutinio imparcial y exhaustivo por parte del novato regulador bancario común de Europa podría y debería descubrir los defectos de los Landesbanken. Puede ser doloroso y vergonzoso para los tenedores de bonos subordinados, pero sería beneficioso para el sector bancario en su conjunto. Como mostró el ejemplo de WestLB, la presión externa es la herramienta más eficaz para limpiar un prestamista hinchado e ineficiente. Alemania debería aprovechar la oportunidad.