El rebote del euro tiene caducidad
Era de suponer que 2012 sería el año del dólar. Pero, quizá inevitablemente, el euro ha abierto bien el año, creciendo de los 1,27 dólares a los 1,32. Ha estado apoyado por el torrente de liquidez del Banco Central Europeo, por algunas reformas esperanzadoras en Italia, la premisa de una reducción de la deuda griega y por la amenaza de una tercera ronda de impresión de dólares por una Reserva Federal aún preocupada por el crecimiento de EE UU. Pero los problemas fundamentales de Europa siguen sin resolverse y es probable que arrastren al euro hacia abajo antes de lo esperado.
Los bancos tomaron prestados en diciembre 489.000 millones de euros de la subasta a tres años del BCE. La abundancia de efectivo ha mantenido a flote los mercados de renta variable y ha ayudado a reducir las rentabilidades de los bonos soberanos.
La confianza también creció al tiempo que el primer ministro italiano, Mario Monti, implementó algunas reformas útiles, especialmente en lo que afecta a las pensiones. La esperanza de que la reestructuración de la deuda griega pueda ser acordada pronto también es positiva. Y el BCE seguirá llenando las piscinas de dinero manteniendo a flote las Bolsas europeas y al euro con otra operación de liquidez en febrero.
Podría parecer que el grifo abierto del BCE ha solucionado la crisis de la eurozona. Pero cantar victoria es prematuro. Grecia no será salvada reduciendo solo un poco su deuda. Los bonos portugueses se han disparado, ya que, como otros países periféricos e Italia, se enfrenta a la recesión. Eso hará daño a las políticas fiscales y apunta a que se necesitará más ayuda de otras economías cuyas finanzas, con la única excepción de Alemania, se debilitan rápidamente. Otro riesgo lejano son las rebajas de calificación de las agencias, que podrían forzar a los bancos a ofrecer más garantías al BCE para obtener financiación.
Pero la recesión y los temores de los periféricos parece que explotarán la burbuja del euro. Un retroceso hasta bajar de los 1,30 dólares y una caída hasta los 1,20 parecen probables en los próximos meses.
Por Ian Campbell