El objetivo final de Botín parece el más difícil
El terreno de caza más lógico para Santander es Estados Unidos, donde podría usar lo obtenido vendiendo el negocio británico
Ana Botín está cumpliendo su parte del trato, pero los inversores no están colaborando. Santander ha superado con creces los objetivos que se fijó hace dos años para obtener un rendimiento del capital tangible superior al 15% en 2025. Sin embargo, no cotiza donde cabría esperar, dado su rendimiento, y Botín no parece tener fáciles palancas que accionar para entusiasmar más a los accionistas.
Los resultados de 2024 sugieren un banco en muy buena salud. El año pasado, aumentó las ventas en un 8%, hasta alcanzar los 62.000 millones de euros, y obtuvo un beneficio neto de 3.300 millones. A primera vista, eso justifica su llamamiento a seguir con un negocio global en expansión que abarca mercados de rápido crecimiento como Estados Unidos y América Latina, pero también otros menos dinámicos como Gran Bretaña.
Los inversores que podrían haber acogido con satisfacción un enfoque más activo para reorganizar el grupo mediante la desinversión en Reino Unido –que, según ha dicho Santander, no está en venta– pueden consolarse con una nueva recompra de 10.000 millones.
Pero, aunque la acción subió más de un 8%, todavía cotiza alrededor del 95% del valor contable tangible previsto para 2025. Dado que los analistas encuestados por Visible Alpha calculan que el banco puede mantener su rentabilidad del 15% durante los próximos tres años, eso parece poco convincente. Si se divide la tasa de rentabilidad por un coste de capital del 10%, Santander debería cotizar a 1,5 veces su valor contable tangible o más.
Quizá los inversores estén preocupados por las rápidas bajadas de los tipos de interés en la zona euro, que afectarían a los ingresos netos por intereses de los bancos. O quizá sigan aplicando un descuento de conglomerado a las operaciones de Santander y no les guste su combinación geográfica específica. Después de todo, su rival BBVA tiene una previsión de rentabilidad similar del 15%, pero cotiza a más de 1,1 veces el valor contable tangible, gracias a su mayor exposición a México.
El problema para Botín es que no hay una solución fácil para la mediocre valoración. Copiar a BBVA aumentando su presencia en México, tal vez a través de la escisión de Citi en 2023, implica mucho trabajo con poca recompensa en términos de valoración. La diferencia con BBVA no es tan grande, y México está envuelto en un enfrentamiento arancelario con Estados Unidos.
Un terreno de caza más lógico es EE UU. Santander lanzó allí la plataforma de banca digital Openbank en octubre y ha atraído 2.000 millones de dólares en depósitos. Pero hacer crecer este negocio de forma orgánica llevará tiempo. Aunque el banco parece contento con su ratio de capital ordinario de nivel 1 del 12,8 % en condiciones normales, necesitaría más potencia de fuego para hacer fusiones y adquisiciones significativas allí.
Eso podría cambiar si Botín consigue los 14.000 millones de dólares en efectivo que podría recaudar vendiendo el negocio de Reino Unido. De lo contrario, es posible que tenga que aceptar una valoración que no se ajusta a su trabajo.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías