Intel esboza prometedores planos de fábricas
Su empresa conjunta con Apollo puede convertirse en la norma a fin de asumir los crecientes costes de las plantas
Intel ha desarrollado un sólido prototipo para su sector. El consejero delegado, Pat Gelsinger, dio a conocer el día 4 una empresa conjunta con el fondo de compras Apollo Global Management, que adquirirá por 11.000 millones de dólares el 49% de una joint venture que tiene derecho a fabricar chips en una instalación manufacturera, o fab, en Irlanda. El coste de estas fábricas de vanguardia no deja de crecer rápidamente, lo que significa que esta nueva y curiosa estructura –la segunda para Intel– puede convertirse pronto en la norma.
Las ventas de semiconductores no muestran signos de desaceleración y podrían casi duplicarse, hasta alcanzar el billón de dólares en 2030, según la consultora McKinsey. El reto es fabricarlos. Un solo procesador puede contener cientos de miles de millones de transistores conectados en tres dimensiones. Meter más en uno solo es una hazaña científica, técnica y financiera monumental. Las nuevas fábricas cuestan unos 25.000 millones de dólares, según Intel. Con la misma tasa media de crecimiento anual del 10% –después de la inflación– que en las dos últimas décadas, la cifra podría alcanzar fácilmente los 100.000 millones en 2040.
Por eso, muchas empresas abandonaron la producción hace años, dejándola en manos de un puñado de fabricantes, como Taiwan Semiconductor Manufacturing y Samsung. TSMC ya se queja de que no se le compensa adecuadamente para cubrir los mayores costes de producción de los chips. Para Intel, que factura 130.000 millones y cuyo flujo de caja operativo es escaso, también es un problema.
Las subvenciones públicas ayudan. Las economías avanzadas y el armamento dependen de esta tecnología, por lo que los países suelen subvencionar la producción nacional. La Ley Chips de EE UU, con sus 39.000 millones en ayudas, ya ha fomentado el desarrollo de múltiples fábricas.
Pero se necesita más dinero. Estas plantas resultan atractivas para los inversores que disponen de mucho capital para invertir. Apollo tiene la garantía de que la planta irlandesa venderá un número mínimo de chips a Intel, a precio de coste más un margen no revelado.
Intel dice que el capital costará menos que sus fondos propios, que ascienden al 7,5%, según LSEG. Supongamos que Apollo recibe un 6,5%, es decir, algo más de 700 millones al año. Si financia el 70% de los 11.000 millones con deuda que rinda, digamos, un 5% anual, y el resto con capital propio, generaría un retorno del 10% con un riesgo relativamente bajo. Es matemática rudimentaria, pero también del tipo que se computa fácilmente.
Apple y la IA
Apple ha sido el gigante tecnológico más extraño en lo que respecta a la inteligencia artificial. Mientras Meta, Alphabet y Microsoft gastaban fortunas desarrollando productos de IA y construyendo infraestructuras, Apple apenas decía nada sobre su estrategia. El lunes, en su Conferencia Mundial de Desarrolladores, reveló que pretende ser el francotirador de la IA de la industria, escogiendo y seleccionando sus objetivos cuidadosamente para obtener el máximo efecto.
Su principal objetivo parece ser hacer que los productos existentes funcionen mejor, en parte aprovechando funciones de otros dispositivos de Apple. Los resúmenes y respuestas automáticas de email, las formas de organizar mejor tu buzón de email y las herramientas para editar fotos ya están disponibles en otros lugares, y Apple apunta más alto para hacer sus gadgets más útiles. El iPhone contiene mucha información relevante e importante. Unirla –permitir a una persona encontrar la información de vuelo de sus padres mientras se le sirve un collage de las mejores fotos de sus abuelos, por ejemplo– es el siguiente nivel.
Hacer la mayor parte de esto localmente debería preservar la confianza del usuario y ayudar a vender más iPhones nuevos con chips que puedan hacer el trabajo. La asociación con OpenAI, también presentada en el evento, es una sólida protección de la relación de Apple con Alphabet. OpenAI puede estar en camino de convertirse en un competidor de buena fe de Alphabet; Apple depende actualmente de la matriz de Google para potenciar las búsquedas de los clientes. Necesita repartirse las relaciones en caso de que la nueva tecnología revolucione las búsquedas. Además, Apple forjará un nuevo tipo de relación con Microsoft, que tiene un 49% en el negocio lucrativo de OpenAI.
El éxito de la firma de Tim Cook requerirá paciencia y elegir los objetivos adecuados. Desplegar mejoras de IA con criterio, y asociarse para algunas, corre el riesgo de hacer que Apple parezca un segundón si la tecnología avanza deprisa. Lo ideal, empero, es que el resultado sea una tecnología que simplemente funcione de forma intuitiva para los clientes, al tiempo que se limita la inversión de Apple en la alocada carrera por la IA que se está produciendo en otros gigantes.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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