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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los ricos normalizan los delitos de Trump

Es la codicia colectiva lo que ahora se juzga

John Paulson y Donald Trump
Donald Trump (derecha), con su esposa, Melania, en casa de John Paulson (izquierda) y su prometida, Alina de Almeida, el 6 de abril en Palm Beach (Florida).Alon Skuy (Getty Images)

Mientras un jurado de Nueva York estudiaba la suerte de Donald Trump, sus ricos mecenas le apoyaban. Los principales donantes de Wall Street, incluido el fundador de Blackstone, Stephen Schwarzman, decidieron respaldar con firmeza al probable candidato republicano, condenado el jueves por 34 cargos penales. Una cosa es apoyar a un candidato que podría recortar los impuestos y la regulación, y otra muy distinta, a un delincuente. Es la codicia colectiva lo que ahora se juzga. El juez fijó la sentencia para el 11 de julio, cuatro días antes del inicio de la Convención Nacional Republicana, en la que casi con toda seguridad se designará a Trump como candidato.

Han vuelto incluso donantes que dijeron que habían terminado con Trump. La semana pasada, Schwarzman dijo a Axios que le votaría, después de pedir repetidamente otro candidato a los republicanos. Un grupo asociado con Miriam Adelson también ha dicho esta semana que gastaría unos 100 millones de dólares en la campaña de Trump. Bill Ackman está valorando apoyarle, informó Reuters el jueves, antes de conocerse el veredicto.

Aunque las arcas de la campaña de Joe Biden están más llenas, Trump y el Comité Nacional Republicano recaudaron conjuntamente 76 millones en abril, cerca de un 50% más que el botín comparable del probable candidato demócrata y los comités afines del partido. La mayor parte de la última recaudación de Trump se produjo en un caro acto organizado por el multimillonario John Paulson en Palm Beach (Florida).

Una lista similar rodeó a Trump las dos últimas veces que aspiró al Despacho Oval. Los muchos interrogantes sobre su carácter se pasaron por alto en favor de una agenda percibida como pronegocios. Una condena penal, que podría acarrearle una pena de prisión, es un nuevo motivo de reflexión. Pero el país también está más polarizado que nunca.

Esta división ayuda a desestigmatizar el comportamiento ilegal. De hecho, Trump ha aprovechado su estancia en Nueva York durante su proceso penal para fines lucrativos, haciendo malabarismos con eventos multimillonarios de captación de fondos mientras se defendía de cargos por delitos graves, a veces en el mismo día. Toda contribución ayudará ahora a normalizar la actividad delictiva, y mostrará hasta qué punto los ricos están dispuestos a ignorarla.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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