La metamorfosis de la asesoría fiscal en la era de la inteligencia artificial
La tecnología está transformando el sector de forma irreversible. Los profesionales tienen que reinventar sus capacidades para guiar la IA y no ser guiados por ella
La inteligencia artificial (IA) está catalizando una transformación de calado en todos los sectores, tal y como pone de manifiesto un reciente Informe de Goldman Sachs (The Potentially Large Effects of Artificial Intelligence on Economic Growth), a la cual no es ajena la asesoría fiscal. La IA, basada en sofisticados algoritmos de aprendizaje automático, tiene el potencial de automatizar tareas y ofrecer servicios personalizados de alto valor añadido. Sin duda, nos encontramos ante una auténtica metamorfosis de esta profesión para adaptarse al ecosistema digital.
Una de las áreas donde está teniendo un efecto más palpable es en la automatización de procesos operativos repetitivos, como la introducción de datos, la generación de informes o el poblamiento de formularios. Tecnologías como el procesamiento del lenguaje natural, la visión artificial o el aprendizaje por refuerzo, permiten que muchas de estas tareas administrativas, antes realizadas manualmente, puedan ser ejecutadas de forma autónoma por algoritmos.
Sin duda, podría ahorrar cientos de horas en tareas operativas rutinarias por empleado en los despachos de asesoría fiscal. Esto se traduce en un incremento espectacular de la productividad y eficiencia. Además, los profesionales pueden concentrar sus esfuerzos en aportar valor añadido a su actividad.
Otro de los usos intensivos de la IA es el análisis predictivo y la detección de los riesgos fiscales, lo que permite la implantación efectiva de un sistema de gestión de compliance. Los algoritmos de machine learning son capaces de procesar ingentes cantidades de datos, fiscales, contables, comerciales y macroeconómicos, para identificar patrones y entrenar modelos predictivos.
Estos últimos permiten anticipar y alertar sobre posibles contingencias tributarias para un cliente en función de sus características. También posibilitan la simulación de diferentes escenarios fiscales ante decisiones empresariales, como inversiones, financiación o expansión internacional.
Los chatbots y asistentes virtuales, alimentados con IA, están transformando la forma en que asesores fiscales y clientes interactúan. Estos sistemas, entrenados con miles de conversaciones reales y basados en redes neuronales profundas, permiten una comunicación en lenguaje natural, muy cercana a la interacción humana.
Los clientes pueden obtener respuesta a sus dudas tributarias más frecuentes de forma instantánea, sin necesidad de esperar a hablar con un asesor. Y los chatbots más avanzados son capaces de analizar el perfil fiscal de cada cliente y mantener diálogos personalizados sobre deductibles específicos, plazos concretos o recomendaciones a medida.
La IA permite adquirir un conocimiento extremadamente detallado de cada cliente para ofrecer recomendaciones y soluciones fiscales hechas a medida. Al combinar y analizar, de forma sofisticada, datos como declaraciones, transacciones recientes, reputación en redes o búsquedas en Internet, las necesidades y preferencias quedan perfectamente detectadas.
De este modo, cabe que los sistemas de IA propongan planes fiscales dinámicos, adaptados al perfil psicográfico, situación patrimonial presente y objetivos futuros de cada cliente. También sugerir estructuras societarias, estrategias de facturación o localizaciones logísticas óptimas. Este nivel de personalización resultaba imposible en la era analógica.
Para que los asesores fiscales puedan beneficiarse plenamente de las innovaciones basadas en IA, deben adquirir nuevas habilidades y conocimientos. Aunque su potencial es enorme, es cierto que conlleva obstáculos y riesgos que es importante abordar. Los principales desafíos son un alto coste inicial de implementación, especialmente para pequeños despachos; la necesidad de contar y limpiar grandes conjuntos de datos estructurados; la carencia de profesionales expertos en la intersección fiscal-tecnológica; el recelo ante la pérdida de control; la dificultad para integrar sistemas antiguos con arquitecturas de IA; riesgos de sesgo, discriminación y falta de transparencia de los algoritmos; ciberataques a la información sensible gestionada por la IA y marco regulatorio aún incipiente sobre tributos y algoritmos, en lo cual es relevante la Ley de IA de la UE, pendiente de la aprobación por el Parlamento Europeo y el Consejo.
En conclusión, la IA está transformando el sector de la asesoría fiscal de forma acelerada e irreversible. Pero será necesario gestionar cuidadosamente los riesgos y que los profesionales reinventen sus capacidades para guiar a la IA, en lugar de ser guiados por ella. Aquellos que logren dominar esta tecnología marcarán el nuevo estándar y saldrán fortalecidos. Los que no lo consigan, una mañana, tras un sueño intranquilo, pueden que se despierten convertidos, alegóricamente, “en un monstruoso insecto”, tal y como le ocurrió al personaje de Kafka en su Metamorfosis.
Javier Martín Fernández/Sergi Garzón Melero son Catedrático de Derecho Tributario y Financiero de la UCM y socio-director de Ideo Legal/ Coordinador de la Escuela FETTAF de Fiscalidad y Empresa
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días