La inutilidad de añorar el pasado, la tardía detección de fallos en el iPhone y los malabarismos de la cigarra barcelonista
Es mejor aprender de la innovación china en el coche eléctrico
Es abracadabrante que China acuse a Europa, como hizo el jueves, de proteccionismo por una mera investigación sobre los subsidios a los vehículos eléctricos, anunciada el miércoles por la Comisión Europea. Quizá sea solo la inevitable guerra de declaraciones que disimule un verdadero conflicto comercial, que no interesa demasiado ni a unos ni a otros. Tampoco a los fabricantes europeos, que tienen importantes intereses en el país asiático, y que podrían sufrir las represalias de una intervención excesiva de Bruselas.
Aparte de por las subvenciones, los eléctricos chinos son más baratos gracias a la innovación de las firmas chinas en baterías, el elemento clave de los nuevos modelos. Si durante mucho tiempo fue China la que aprendía de, o imitaba, la tecnología occidental, ahora sería aconsejable hacer lo propio con la suya, más que andarse con añoranzas por tiempos pasados. Que haya eléctricos asequibles conviene a todos, y es más importante quién se lleva el mérito y la rentabilidad a corto plazo. Bruselas debe hacer lo posible por ayudar a la industria europea, pero hay maneras más eficaces, como suavizar los plazos de la transición energética.
Arm absorbe el entusiasmo inversor por la IA en plena sequía de OPV
Los inversores tienen ganas de OPV, y acudieron el jueves en masa a la de la diseñadora de chips Arm, que había fijado un precio elevado para su acción. La fiebre de la inteligencia artificial, que ha disparado a competidoras como Nvidia, se ha convertido en el principal foco de atractivo de la Bolsa estadounidense. Pero las expectativas son muy altas, y el de los chips es un sector muy complejo de entender, dado lo rápido que avanza la tecnología, y muy sometido a las tensiones geopolíticas. Para SoftBank, matriz de Arm, es un ansiado éxito después de fracasos como el de WeWork (de oficinas compartidas).
Detectan que el iPhone emite demasiadas ondas... ¡tres años después!
Resulta sorprendente que Francia haya tardado tres años, desde que salió al mercado el iPhone 12, en detectar que este teléfono emite más energía de radiofrecuencia de la permitida: 5,74 vatios por kilogramo, frente al límite de 4,0. Un 44% más, nada menos. Apple –que tiene otro frente abierto en China, cuyo Gobierno está restringiendo el uso de sus aparatos en la Administración– rechaza la mayor; otros países y la propia UE se han apresurado a anunciar que, como es lógico, aplicarán sus propias evaluaciones. Es imprescindible que lo hagan, pero sea cual sea el resultado, unos u otros, o todos, deberán revisar, o bien el resto de los aparatos que hay en el mercado, o bien sus sistemas de medición de emisiones... o tanto unos como otros.
La frase del día
En el capital privado y la deuda privada hay cierto nerviosismo, pero también, francamente, demasiada confianza en que todo irá bien
Jean-Paul Servais, presidente de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (Iosco)
Los malabarismos contables de la cigarra barcelonista
El límite salarial impuesto por LaLiga a los clubes que la integran (con su aquiescencia) obliga al FC Barcelona a hacer malabarismos para mantener su nivel competitivo y respetar los contratos de sus jugadores, algunos de ellos heredados de etapas anteriores más despilfarradoras. Eso hace que, por ejemplo, haya establecido el sueldo de Joao Félix en 400.000 euros anuales, una cifra despreciable para un futbolista así. Pero LaLiga, que es flexible pero no tonta, considera a efectos contables que es una cantidad mayor, basándose en los precios de mercado. Las palancas financiera de Joan Laporta están haciendo milagros, pero seguro que la cigarra barcelonista envidia la tranquilidad de la hormiga madridista, que tiene las cuentas saneadas.
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