El control del consumo energético, clave ante unas olas de calor de récord
Contamos con tecnología capaz de anticipar, optimizar y reducir nuestra demanda para mitigar las altas temperaturas
Si ha habido una información que ha copado la actualidad informativa este verano esa ha sido la de las olas de calor. Llevamos cuatro olas, ni más ni menos, en lo que va de verano, con unas noticias que cada día nos alertan de la casi explosión de termómetros en diferentes ciudades españolas.
Por desgracia, los datos de las olas de calor se han convertido en tendencia en los últimos años –con olas registradas en 2003, 2006, 2010, 2015, y desde el 2018 cada verano–, batiendo cada vez más récords. Concretamente, una investigación del programa Copernicus, de la UE, ha revelado que 21 de los primeros 23 días de julio de este año fueron más calurosos que cualquier día anterior en su base de datos, que se remonta a los años cuarenta.
Estas olas de calor se hacen notar con efectos que van más allá del simple aumento de las temperaturas, incrementando la mortalidad (se calcula que, en 2022, España registró más de 11.300 fallecimientos por el calor), generando sequías, elevando notoriamente el riesgo de incendios forestarles, impactando de manera directa en la producción agrícola y, por último, y no por ello menos importante, aumentando exponencialmente el gasto energético.
Y es que, en un momento tan delicado para la política energética europea, las olas de calor tienen una elevada incidencia en el consumo y en los gastos energéticos de las empresas. Por eso, es importante que las compañías y grandes consumidores de energía comprendan y entiendan cómo influye esto en su día a día y que conozcan qué pueden hacer para reducir las consecuencias de estas temibles subidas de las temperaturas; lo que es responsabilidad, también, de quienes podemos brindarles apoyo y asesoramiento en esta materia, gracias al uso de la tecnología.
Las olas de calor ejercen presión sobre el sistema energético de múltiples formas. Por un lado, se produce un aumento del consumo energético por el uso de elementos de refrigeración y climatización, ya sea aire acondicionado, ventiladores u otro sistema.
Por poner ejemplos reales, durante la tercera ola de calor registrada este año en España (del 7 al 11 de agosto de 2023), una cadena de supermercados líder puede incrementar su consumo de energía semanal entre 15% y el 46%, registrando aumentos superiores al 100% respecto a la semana anterior en días concretos. También los establecimientos hoteleros se ven directamente afectados por este fenómeno meteorológico y pueden registrar una variación media de hasta un 12% en su consumo energético debido a las altas temperaturas.
Asimismo, no podemos olvidarnos de que otra consecuencia de este aumento de la demanda energética es el impacto que genera en el medio ambiente, debido al incremento de las emisiones de CO₂. Sin duda, una muy mala noticia si una de las principales metas que tenemos es revertir las consecuencias del cambio climático tanto en la UE como a nivel global.
¿Y cuál es la clave para mitigar estos problemas causados por las olas de calor? La respuesta está en utilizar la tecnología para transformar la información en conocimiento, algo que se puede lograr gracias al uso de la inteligencia artificial (IA).
Las organizaciones necesitan herramientas que les permitan analizar, predecir y actuar en sus consumos en todo momento, y más si hay factores externos, como las olas de calor, que les afectan tan directamente. Porque la energía que destinan a la climatización y refrigeración tiene un fuerte impacto en los periodos pico de demanda de electricidad. Y sabiendo que cada vez tendremos veranos más calurosos, es incuestionable que la demanda aumentará de forma exponencial en los próximos años.
Es precisamente aquí donde entran en juego los sistemas de monitorización y gestión del consumo energético, los cuales permiten a las organizaciones mejorar su eficiencia energética y reducir dicho consumo. Además, si incorporamos a estos sistemas de gestión energética avanzadas tecnologías de IA y machine learning podremos prever qué demanda de energía será necesaria en función de diversos factores, incluyendo los meteorológicos. Toda esta información, correctamente procesada, permite que las empresas tengan un control total sobre sus consumos energéticos, pudiendo anticipar su demanda de energía y tomar decisiones informadas de forma anticipada para, de esta manera, optimizar su gasto, consumo e impacto energético.
Estas cuatro olas de calor que hemos tenido en España nos han dejado un mensaje claro: es imprescindible adaptarse para mitigar, en la medida de lo posible, los efectos de estas altas temperaturas. Afortunadamente, en lo relativo al consumo energético, contamos con la tecnología capaz de anticipar, optimizar y reducir nuestra demanda energética, lo que es, sin duda, un pilar fundamental para todas aquellas compañías que quieran optimizar su energía, coste e impacto ante estas olas de calor; siendo así más eficientes y sostenibles con el medio ambiente.
Marina Salmerón es CMO de Smarkia
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