¿Está la UE a punto de permitir el resurgir del plástico?
Algunas enmiendas al reglamento sobre envases proponen medidas bienintencionadas, pero que pueden tener ese efecto
Mientras el resto de mundo está dando un paso importante para cambiar el rumbo de la contaminación plástica mediante un tratado global, la Unión Europea está a punto de acordar una nueva regulación que podría impulsar la proliferación en el mercado de millones de toneladas de nuevo plástico.
Nos estamos refiriendo a que en las últimas semanas han sido presentadas diferentes enmiendas bien intencionadas, pero equivocadas a la propuesta de la Comisión Europea de un reglamento sobre envases y residuos de envases (PPWR), que está siendo debatido en el Parlamento Europeo.
Estas enmiendas socavan el espíritu del reglamento al intentar introducir objetivos obligatorios de reutilización del cartón, un material que a menudo no es adecuado para múltiples reutilizaciones. Si se aceptan, estas enmiendas alejarían la utilización de los materiales de embalaje con mayor tasa de reciclaje y se acercarían a alternativas plásticas, incorporando una mayor economía del plástico en el mercado. Es decir, la imposición de objetivos obligatorios de reutilización de envases que plantean algunas de las enmiendas presentadas a la normativa que se está debatiendo, solamente beneficiarían a la industria del plástico. Por ello, corremos el riesgo de inundar el mercado con millones de toneladas de nuevo plástico y revertir una década de medidas para frenar el uso de este material.
La Federación Europea de Fabricantes de Cartón Ondulado (Fefco) calcula que estas enmiendas inundarían la cadena de suministro con hasta 8.100 millones de nuevas cajas de plástico que pesarían 12 millones de toneladas. Además, por si esto fuera poco, para garantizar su idoneidad para la reutilización, algunas de esas nuevas cajas deberán limpiarse, lo que requeriría de alrededor de 16.000 millones de litros de agua para lavar solo la mitad de ellas, un recurso que, hoy en día, ningún país puede permitirse desperdiciar.
Estos resultados van en contra de los esfuerzos de la Unión Europea para hacer frente a la crisis de los plásticos. Si las enmiendas son aceptadas, significará que la nueva normativa –conocida como PPWR (reglamento de envases y residuos de envases)– terminará contradiciendo el propio plan de acción de economía circular de la Unión Europea, que establece que todos los envases deben reutilizarse o reciclarse de forma económicamente viable para el año 2030. También se pondrían en peligro los recientes éxitos en la tan necesaria reducción de los residuos plásticos, incluida la directiva sobre plásticos de un solo uso, y se entraría en contradicción con los objetivos de las negociaciones en curso sobre el histórico tratado internacional para frenar la contaminación plástica en todo el mundo.
Estas enmiendas también corren el riesgo de comprometer la industria del embalaje a base de papel. Con una tasa de reciclaje superior al 80%, el cartón ondulado es el material de embalaje más reciclado disponible en la actualidad, y la industria está comprometida con una ambiciosa hoja de ruta de descarbonización para reducir aún más su impacto ambiental en línea con el Acuerdo de París.
Por el contrario, el 91% de los desechos plásticos globales permanecen en vertederos, incinerados o mal administrados, mientras que solo el 9% se recicla. Según los datos de análisis de ciclo de vida de Fefco, las bandejas de plástico reutilizables deben reutilizarse al menos 63 veces para ser ambientalmente sostenibles. Las intenciones de la Comisión Europea para reformar los residuos de envases en los países que configuran la Unión son buenas, pero las enmiendas propuestas para exigir objetivos de reutilización para todos los materiales corren el riesgo de socavar sus objetivos.
Si los que las tienen que votar sacan adelante estas enmiendas, sin duda marcarán el triunfo del plástico sobre el sentido común, a expensas de las personas, las empresas y los gobiernos que quieren en Europa y en el resto del mundo que haya menos plástico.
El reciclaje y la reutilización tienen un papel que desempeñar para ayudar a que los envases sean más sostenibles y circulares y deberían ser complementarios. Hay espacio para los sistemas de reutilización, pero solo en situaciones donde los resultados son beneficiosos para el medio ambiente, la economía y la sociedad.
La industria del cartón ondulado implica, además, la generación de miles de puestos de trabajo en comunidades de toda Europa, al emplear a 100.000 personas directamente, y a otras 270.000 indirectamente. Por otra parte, la actividad en este sector genera anualmente hasta 25.000 millones de euros en ventas cada año, por lo que pensamos que toda esta contribución económica debe ser valorada y reconocida.
A su vez, si los sistemas de reutilización se adoptaran con sentido común, donde ofrecen beneficios ambientales, económicos y sociales, podrían ofrecer, además, enormes oportunidades, en lugar de provocar el resurgir del plástico.
Bajo esa premisa muchas empresas ha construido un modelo circular basado en envases de papel 100% reciclables, lo que ha permitido trabajar con las marcas líderes del mundo para ayudarles a reemplazar el plástico en sus cadenas de suministro.
Para mantener el liderazgo mundial de la Unión Europea en envases sostenibles y mantener el espíritu del Pacto Verde y el plan de acción para la economía circular, debemos evitar las consecuencias no deseadas que amenazan con integrar aún más el plástico en nuestras economías y ecosistemas.
Ignacio Montfort es Managing Director de DS Smith Iberia
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días