Las turísticas sufren con las políticas proteccionistas de Trump y lideran las caídas en Europa
El sector entra en corrección y retrocede un 11,5% desde los máximos anuales. La naviera Carnival y la hotelera Intercontinental son los valores más castigados


Las esperanzas de que Donald Trump modere el tono sirven de alivio a los mercados. Sin embargo, la falta de claridad combinada con un entorno geopolítico inestable y los temores de desaceleración de la economía estadounidense se están dejando sentir con fuerza en las acciones que dependen de la fortaleza del consumidor. El mejor ejemplo de esta corriente es el sector turístico. Después de dos años en los que las cotizadas de viajes y ocio han acumulado un avance del 37% en Europa, en 2025 retroceden un 8,2%, convirtiéndose en el peor sector del Viejo Continente. Las caídas se han visto agudizadas a medida que EE UU ha ido aumentando la agresividad de las sanciones comerciales. Desde los máximos anuales, registrados a comienzos de febrero, el sector se deja un 11,5%. Es decir, entra en corrección.
El grueso de las caídas que registran las firmas europeas se ha producido a lo largo de marzo. A falta de cuatro sesiones para el cierre del mes, el sector de viajes y turismo retrocede un 9,5%, camino de su peor balance mensual desde junio de 2022. En las últimas semanas los inversores han tenido que hacer frente a los constantes cambios de dirección en materia comercial de la Administración Trump, las represalias de Canadá y la UE sobre los productos estadounidenses, los temores de recesión y eventos corporativos como la reducción de las perspectivas de la estadounidense Delta Airlines por la caída de la confianza de los consumidores y el aumento de la incertidumbre económica. Por si el panorama no resultara suficientemente complicado, las negociaciones para poner fin al conflicto entre Ucrania y Rusia y el rearme que planean los estados europeos han añadido inestabilidad.
“El mercado está descontando una desaceleración económica global que afectaría a un sector que en los últimos dos años se ha mostrado muy resistente, ya que los consumidores han optado por consumir experiencias más que en bienes”, señala Juan José Fernández-Figares, director de inversiones de Link Gestión. Durante meses una de las tablas de salvación de la economía europea ha sido el sector servicios. Mientras las manufacturas no han parado de mandar señales de contracción, algo que se ha dejado sentir con fuerza en economías como la alemana, la actividad de los servicios se ha mostrado mucho más resistente, incluso con elevada inflación. Sin embargo, esta tendencia está empezando a cambiar. El PMI del sector servicios del Viejo Continente cayó seis décimas en febrero hasta los 50,6 puntos. “El hasta ahora resistente sector servicios, puede comenzar a desacelerase. De hecho, en EE UU las aerolíneas ya han advertido sobre este tema”, remarca Figares.

Las caídas no tienen la misma intensidad en todas las cotizadas. Mientras las aerolíneas Lufthansa (18,3%) y Ryanair (5,1%) escapan a las caídas en el año en compañía de la empresa de juegos en línea Playtech (2,5%), la firma de servicios de comida Sodexo (-23,4%), el líder mundial de cruceros Carnival (-19%) y la hotelera Intercontinental (-14,4%) encajan fuertes recortes. En el nuevo orden económico que quiere imponer Trump, superar las expectativas de resultados y lograr unos ingresos récord ya no basta para sostener las cotizaciones. Lo que verdaderamente importa son los aranceles. Carnival es un ejemplo de ello. Aunque la firma reportó un sólido desempeño en su primer trimestre fiscal, se ha visto lastrada por las intenciones de Trump de cobrar impuestos federales a los cruceros en EE UU. La amenaza coincide en el tiempo con los nuevos itinerarios que partirán desde Miami, según lo adelantado por el operador británico el pasado octubre.
Entre las hoteleras con mayor exposición al mercado estadounidense se encuentra Intercontinental, para la que el 50% de sus ingresos procede de allí. Al debilitamiento de la demanda de la economía norteamericana se suma el hecho de que la compañía, al igual que la francesa Accor, se enfrenta a una ralentización del crecimiento orgánico de las ventas en un entorno de subida de precios limitada y escasa actividad de construcción de nuevas instalaciones. Las aerolíneas y cadenas hoteleras tendrán que hacer frente en los próximos meses a la presión que empieza a sufrir el consumidor estadounidense. Después de haber lidiado con años en los que la inflación ha mermado la capacidad de gasto de los hogares, ahora deberán encajar la incertidumbre que generan las medidas proteccionistas. Aunque la Reserva Federal intentó quitar hierro a la idea de una eventual recesión, revisó a la baja las proyecciones de crecimiento para este año y elevó las previsiones de inflación. La institución espera ahora que la economía estadounidense crezca un 1,7% este año, frente al 2,1% que preveía en diciembre, y que los precios se sitúen en el 2,7%, dos décimas que lo esperando a finales de 2024.
Los gestores que vieron en la victoria de Trump un aliciente para impulsar el crecimiento empiezan a mostrar sus recelos. Patrick Kaser, gestor de carteras de Brandywine Global IM, señala a Bloomberg que las últimas decisiones adoptadas por la Casa Blanca son perjudiciales para la estabilidad, la confianza y el crecimiento. Esto les ha llevado a reducir la euforia y considera que la seguridad del consumidor se ha deteriorado considerablemente. Para una economía como la estadounidense, en la que el 60% del PIB corre a cargo de la demanda nacional, el deterioro de la confianza de los consumidores es clave. El índice de confianza del consumidor de EE UU bajó en marzo a los 92,9 puntos, la lectura más débil desde febrero de 2021, un momento en el que la vacunación frente al Covid estaba dando los primeros pasos y las economías continuaban asfixiadas por las limitaciones a la movilidad. Las perspectivas sobre el turismo seguían siendo inciertas.
Las preocupaciones sobre la demanda de los consumidores ya se están dejando ver en las proyecciones de algunas compañías aéreas como Delta Airlines, que ha revisado a la baja sus perspectivas para el arranque de año. Pero también en firmas europeas para las que el mercado norteamericano es clave como IAG. El valor más alcista del Ibex 35 en 2024 (101,7%) cede este año un 2,6%. Desde los máximos a 4,39 euros por acción registrados en febrero, la aerolínea se deja un 19,5%. En las últimas semanas las firmas de análisis han acelerado la rebaja de las valoraciones. Barclays, una de ellas, ha recortado su recomendación de sobreponderar a infraponderar y rebajado el precio objetivo de las 4,2 libras a las 2,5 por las señales de debilidad procedentes de EE UU.
La incertidumbre que sobrevuela a EE UU también se hace mella en su papel como destino turístico. Antonio Castelo, analista de iBroker, apunta que esto es especialmente significativo para aerolíneas como IAG que opera rutas a varias ciudades estadounidenses. “Si menos personas viajan a EE UU, los ingresos de estas rutas podrían disminuir, afectando a su rentabilidad”, señala. El experto destaca que, si las guerras comerciales generan una desaceleración económica global, esto provocará una reducción general de la demanda de viajes, afectando a todos los destinos, incluido España. Los principales mercados de origen para el turismo español son Reino Unido (14,2 millones), Francia (8,2 millones), Alemania (7,9 millones) e Italia (4,6 millones). EE UU apenas aporta el 4,1% del total (3,5 millones). Castelo considera que su disminución sería manejable para el sector en España y podría compensarse con el crecimiento de los mercados europeos y asiáticos.
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