La banca pierde 600.000 inversores en dos años pese a unos beneficios y dividendos récord
Las principales entidades españolas han visto esfumarse más del 10% de sus accionistas
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En los últimos años, la banca ha brillado con luz propia. Resultados récord, los dividendos más altos que han repartido en su historia y una revalorización en Bolsa que ha multiplicado por varias veces su valor en el mercado. No deja de resultar paradójico que, a pesar de ello, los principales bancos españoles hayan reducido en torno a un 10% el número de accionistas con los que cuentan: por el camino 600.000 accionistas han decidido vender los títulos que tenían.
Según explican tres fuentes bancarias diferentes, se trata de un fenómeno común en los ciclos bursátiles: tras fuertes revalorizaciones, los inversores minoritarios aprovechan para vender sus acciones, mientras que en un momento de mercado bajista las adquieren. Así, a pesar de las generosas políticas de remuneración implementadas por los bancos, incluyendo elevados dividendos y recompras masivas de acciones, que incrementan la rentabilidad futura de cada título, muchos pequeños accionistas han preferido capitalizar sus ganancias de inmediato y hacer negocio.
Cabe recordar que la banca venía de dar pocas alegrías a sus accionistas. Los seis años comprendidos entre 2016 y 2022 representan una etapa gris para el sector. La política de tipos de interés en cero y negativo del Banco Central Europeo (BCE) dejó a las entidades sin su principal forma de generar ingresos. Y con una rentabilidad que ni siquiera cubría el coste del capital, el valor de las acciones en Bolsa cayó muy por debajo del valor en libros. Era habitual que los bancos cotizasen con descuentos del 50%. 60% y 70%. En ese escenario, los inversores contaban con pocos motivos para apostar por los bancos.
Sin embargo, una vez que el BCE inició una senda de continuas alzas de tasas en 2022, la situación dio un giro de 180 grados. Los tipos de interés pasaron del 0% al 4,5% y los ingresos de los bancos se empezaron a disparar. Ese mismo año 2022 algunas entidades ya registraron beneficios récord, que han batido de nuevo en 2023 y 2024. Los resultados más altos también implican más dinero a repartir entre los accionistas. Además, los bancos también han popularizado las recompras de acciones masivas que, aunque no supone el pago de un cheque, por así decirlo, sí es una recompensa a los inversores de cara a años posteriores, porque al haber menos títulos en circulación, la remuneración que recibe cada acción es más alta.
Santander ha subido en Bolsa un 138% desde junio de 2022, antes de que comenzara la escalada de tipos de interés. En ese tiempo destinado más de 15.000 millones de euros a remunerar a sus accionistas, entre dividendos y recompras de acciones. Pero por el camino se ha dejado 430.000 inversores, casi un 11%. La entidad ofrece una rentabilidad del 3,4%, por dividendo, según Bloomberg, y los analistas todavía le dan un potencial de revalorización del 7%.
El crecimiento de BBVA ha sido todavía más exponencial. El banco ha disparado su capitalización bursátil un 187%. Después de tres años seguidos batiendo su récord de beneficios históricos, ha repartido más de 16.000 millones entre dividendos y recompras. El último pago al accionista ofrece una rentabilidad del 5,76%. Y los analistas todavía le conceden un potencial del 4,6%. Aun así, en los últimos años ha perdido 87.000 accionistas, casi el 11%.
En el caso de CaixaBank, el crecimiento de la entidad catalana ha coincidido con la etapa posterior a la integración de Bankia que le ha convertido en el mayor banco del mercado doméstico. Desde que comenzaron a subir los tipos de interés hasta ahora, la acción se revaloriza un 116%. En tres años ha repartido 12.000 millones de euros entre los accionistas, entre dividendos y recompras. Los analistas le dan un potencial del 4,5%. Pero también ha perdido cerca del 10% de los accionistas desde 2022, prácticamente 60.000.
Sabadell ha sido durante varios años el banco estrella del Ibex. La entidad catalana ha pasado de cotizar a 0,67 euros en junio de 2022 a los 2,52 euros actuales, lo que supone un 274% más. El banco ha dejado de proporcionar el dato del número de accionistas porque se encuentra inmerso en defenderse de la opa hostil que lanzado BBVA para hacerse con la entidad. Y una de las líneas de defensa para convencer a los inversores de que no acepten la oferta, es entregar dividendos y recompras de acciones. El banco ha distribuido 3.200 millones entre los accionistas desde 2022 y ha prometido otros 3.300 para el periodo 2024-2025. Aun así, teniendo en cuenta los últimos datos que proporciona la entidad, ha perdido 22.000 accionistas. El consenso de Bloomberg le da un potencial del 3,3%.
Bankinter es la excepción. El banco se apunta una revalorización en Bolsa del 74% en dos años que ya es elevada. Pero mantiene prácticamente invariable el número de accionistas y solo ha registrado pequeñas oscilaciones en los últimos años. El compromiso de la entidad con sus accionistas es repartir el 50% del beneficio en forma de dividendo en efectivo y se ha mantenido fiel a esa política. También hay que destacar que mientras el resto de los bancos del Ibex cotizaron con fuertes descuentos durante la época de los tipos de interés en negativo, Bankinter logró mantener la rentabilidad a doble dígito y la cotización en Bolsa siempre estuvo pareja a su valor contable. Desde 2022 ha pagado 1.179 millones entre sus accionistas, todo en efectivo.
Más allá de que los bancos pierdan accionistas, la parte negativa es que el capital cada vez está más concentrado en menos manos. Un mercado con una base accionarial diversificada garantiza una mayor pluralidad en la toma de decisiones dentro de las juntas de accionistas. Son estos inversores quienes aprueban cuestiones clave como el informe de gestión, el nombramiento de consejeros o la política de dividendos en las juntas de accionistas.
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