Guindos sobre un recorte de tipos en octubre: “Hemos dejado la puerta totalmente abierta”
El vicepresidente del Banco Central Europeo cree, sin embargo, que Fráncfort contará con más información en su reunión de diciembre
El 17 de octubre es la próxima fecha clave para el Banco Central Europeo. Y tras el agresivo recorte de tipos de la Reserva Federal de este jueves, la reunión, en principio de trámite antes de la rebaja de diciembre, ha cobrado una relevancia especial. ¿Forzarán los 50 puntos básicos de bajada de la Fed un cambio en la decisión de Fráncfort? En una entrevista con el semanario portugués Expresso,, publicada este viernes pero realizada el 13 de septiembre, días antes de conocerse el salto de Jerome Powell, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, dice que la entidad ha dejado “la puerta totalmente abierta” de cara al próximo encuentro, con lo que no le costaría justificar un descenso adicional de 25 puntos básicos. Guindos también da una de arena en contra de retrasar un par de meses esa posibilidad: “Es cierto que en diciembre tendremos más información que en octubre. Tendremos más información y una nueva ronda de proyecciones”, explica.
El enfoque reunión a reunión basado en datos en que tanto ha insistido el banco últimamente es ahora más útil que nunca, porque le serviría de argumento para excusar un hipotético cambio de corte paloma, pero el poco tiempo transcurrido desde la reunión de septiembre juega en contra, y otro gran banco central que se ha pronunciado después de la Fed, el de Inglaterra, no se ha dejado llevar por la presión y ha mantenido sin cambio las tasas en el 5%.
Otro factor que puede empujar a pensar que un recorte extra tiene cabida es que el dato de inflación de septiembre va a ser muy positivo, pero tanto la presidenta, Christine Lagarde, como su número dos, están avisando de que el último trimestre no lo será tanto. Así lo expresó el español en Expresso. “Queremos mantener nuestra opcionalidad, y eso dependerá de la evolución de los datos. Está bastante claro –y creo que esto es relevante– que se espera que los datos de inflación de septiembre parezcan muy positivos debido a los efectos de base, pero al mismo tiempo, en el último trimestre del año la inflación aumentará debido a los efectos de base. Son factores que debemos tener en cuenta. Pero, repito, mantenemos abiertas todas nuestras opciones”.
En cuanto a la marcha de la economía, Guindos dibuja un escenario con más claros que oscuros. “Creemos que con la caída de la inflación, los ingresos reales de los hogares aumentarán, lo que conducirá a un aumento de su poder adquisitivo. La evolución del mercado laboral es positiva, lo que significa que el consumo comenzará a aumentar con el tiempo”, señala. Y fía la buena marcha del crecimiento a dos elementos: la recuperación del consumo y el aumento de las exportaciones netas.
En el lado negativo, apunta: “Aunque los ingresos reales mejoren, los consumidores pueden sentir que otros factores están socavando su confianza, como los riesgos políticos u otras cosas que no podemos controlar [...] En estos momentos existe un nivel extremadamente alto de incertidumbre y eso es lo que está frenando el comportamiento de los consumidores”.
La inflación de servicios y las subidas salariales son los dos grandes dolores de cabeza para volver a la estabilidad de precios. Y Guindos se refiere al primero de ellos como “el punto débil de la inflación”. Sin embargo, trata de trasladar optimismo. “El sector servicios es especialmente sensible a la evolución de los costes laborales unitarios y creemos que la inflación en el sector comenzará a caer porque esperamos una moderación en los acuerdos salariales y en la remuneración por empleado junto con una mejora simultánea y significativa de la productividad”, afirma.
El euríbor, por debajo del 3% de media en lo que va de septiembre, ya ha sentido el cambio de ciclo en la política monetaria. Y Guindos espera que los hogares del sur de Europa que se endeudaron para comprar una vivienda ganen poder adquisitivo más pronto que tarde. “En países como Portugal, donde la mayoría de los préstamos bancarios son a tipo de interés variable, la caída de los tipos de interés se sentirá rápidamente. Con el tiempo, en España sucederá algo similar. En otros países donde hay un mayor porcentaje de préstamos a tasa fija, el impacto tardará más en transmitirse”.
Peores noticias trae para ahorradores y entidades financieras: espera que la remuneración de los depósitos vaya reflejando el descenso de los tipos, es decir, que darán menos rentabilidad, y conforme se reducen también las cuotas hipotecarias variables “los márgenes de los bancos deberían empezar a disminuir”. Además, se aventura a lanzar predicciones algo más lejanas. Si la inflación cede, ¿puede regresar el dinero gratis? “Las tasas oficiales cero o negativas se debieron a una situación muy específica y no creo que las volvamos a ver en el futuro cercano”, zanja.
Sobre el recalentamiento del precio de la vivienda, cree que no existe riesgo de que se repita una burbuja similar a la de 2008, y sostiene que la solución pasa por construir más. “Deberíamos considerar políticas que impulsen y fomenten la construcción de viviendas asequibles y creen un mercado de alquiler eficiente. Si bien podemos recordar las consecuencias de la anterior burbuja inmobiliaria, el problema actual es la escasez de viviendas asequibles, y es importante reconocer que la política monetaria no es el factor principal detrás de esto”.