Los emergentes vuelven al punto de mira del dinero
Los gestores ven oportunidades para acciones y bonos en unas economías que ya representan el 60% del PIB mundial, sujetas ahora a menor riesgo geopolítico
Los mercados emergentes comienzan a recibir la atención del dinero. El índice global de Bolsas MSCI Emerging Markets registra en 2024 una subida del 7%, inferior a los mercados desarrollados, con ganancias en torno al 10%, pero que supone un renacer después de años de caídas. El índice Hang Seng de la Bolsa de Hong Kong logró recuperarse en abril y acumula en el año un alza cercana al 10% pero se ha desfondado en el último lustro el 35%. Los analistas se muestran partidarios de empezar a invertir en estos mercados, aunque con una obligada selección ante la diversidad de regiones y países que conforman el grupo de los emergentes.
La reciente mejoría en China contrasta con la caída cercana al 7% en la Bolsa de México y con el imparable rally alcista en la Bolsa de la India, que gana en el año el 7% y acumula un alza del 100% en el último lustro en su índice Sensex de la Bolsa de Bombay. Pero el interés que despiertan estos mercados obedece tanto a méritos propios como a problemas de los países desarrollados. Además, la inversión en los mercados emergentes no se puede obviar, ya que el peso de estos países sobre el conjunto del PIB mundial se acerca al 60% y se espera que siga al alza.
Dan Scott, responsable de multiactivos en la gestora Vontobel, destaca sus fortalezas: “Los bancos centrales de los emergentes fueron más rápidos a la hora de subir los tipos de interés cuando la inflación mundial se aceleró por primera vez y las ratios de deuda sobre PIB son, en muchos casos, mejores que las de sus homólogos desarrollados, lo que hace atractivo el rendimiento de la deuda de los mercados emergentes”, explica. A ello, Daniela Savoia, gestora de fondos de mercados emergentes en Edmond de Rothschild AM, añade: “La volatilidad geopolítica que se observa actualmente en Europa y Estados Unidos también respalda un argumento de diversificación hacia los mercados emergentes”.
Y como resumen del entorno macroeconómico de estos países, Gillian Edgeworth, estratega macroeconómica en Wellington Management, prevé “una ralentización moderada del crecimiento de los mercados emergentes en 2024, pero no esperamos una fuerte sacudida al crecimiento a medida que la menor inflación y los tipos de interés más bajos impulsen el poder adquisitivo de los consumidores y las empresas”.
Bolsa
India y China figuran como las Bolsas más seguidas por los analistas, con la duda de si la primera continuará su racha de varios años de subidas y si la segunda pondrá fin al mal comportamiento y desconfianza por la crisis del mercado inmobiliario y de la deuda local, a la que se suman ahora la sobreproducción y los conflictos comerciales con EE UU. El gigante asiático concita menos consenso como apuesta para invertir frente al mercado indio. Patrick Zweifel, economista jefe de Pictet AM, recomienda aun así a los inversores tener una mayor ponderación en China frente al resto de emergentes, en países productores de materias primas frente a fabricantes, en países deudores y en las economías abiertas. “Es probable que el largo periodo de sobrevaloración del dólar termine una vez que la Fed comience a recortar sus tipos de interés, lo que es positivo para los mercados emergentes, en particular para las economías más abiertas”, concluye.
Otros expertos siguen apostando por India, pese al sambenito de tener un mercado de acciones caro. Para Vivek Bhutoria, jefe de emergentes globales de Federated Hermes, “el mercado de renta variable indio es el más diversificado de los emergentes, tanto desde el punto de vista sectorial como empresarial. Además, está muy orientado a su propia economía y cuenta con una prima por el menor riesgo geopolítico que los inversores deben pagar”.
El reciente rally en la Bolsa china hace albergar esperanzas de una recuperación más duradera, aunque es India la preferida por las previsiones de crecimiento en la próxima década
Ashish Chug, gestor de carteras de acciones de emergentes en Natixis, compara India y China, apostando por la primera. Considera que los problemas estructurales de largo plazo de China persistirán y que el mayor desafío provendrá del sector inmobiliario, ya que gran parte de la riqueza del consumidor está inmovilizada en estos activos. Le preocupan las tensiones comerciales con Estados Unidos y el envejecimiento de la población, con una edad media actualmente de 39 años. “La mitad de nuestra cartera está en la India, que pronto se convertirá en la tercera economía más grande del mundo”. Y agrega que “se prevé que el país se encuentre entre las principales economías de más rápido crecimiento durante la próxima década, con un alza anual del PIB superior al 6%. Este crecimiento está impulsado por la gran población en edad de trabajar, el aumento de la clase media y la continua urbanización e industrialización”.
El banco estadounidense Goldman Sachs sobrepondera también el mercado indio después de los recientes resultados electorales. “Creemos que el atractivo relativo de las acciones indias permanece intacto y seguimos esperando que el índice Nifty 50 alcance los 26.000 puntos en junio del próximo año” (ahora se mueve en los 23.500 puntos), señalan.
Pero la reciente subida en el mercado chino también abre las puertas a una recuperación de una Bolsa muy castigada en los últimos años. Mirko Wormuth, analista de renta variable de la gestora alemana DJE, subraya su bajo precio. El MSCI China continúa cotizando un 54% por debajo de su máximo de 2021 y con una ratio precio sobre valor contable de 1,2 veces (en octubre de 2007 era de 5,3). Además, el PER es de 9,9 veces, lo que representa un descuento del 20% en comparación con el MSCI Emerging Markets. “Se trata de la valoración más baja observada desde 2017, por lo que hay un amplio margen de mejora”, alega.
Otro aspecto novedoso de los mercados bursátiles emergentes es el peso cada vez mayor de los dividendos. Matt Williams, director de inversiones de abrdn, considera que hay que tenerlos en cuenta como generadores sólidos de renta: “La proporción de empresas de mercados emergentes que pagan dividendos es prácticamente igual a la de los mercados desarrollados. Además, lo que es más significativo, es que casi el 40% de las compañías de los mercados emergentes pagan un dividendo superior al 3%, según recoge Bloomberg”, indica.
Bonos
La otra gran pata de la inversión financiera, los bonos, también resulta atractiva en las economías emergentes para los gestores. Eso sí, Edwin Gutiérrez, responsable de mercados de deuda soberana emergente de abrdn, avisa de un par de riesgos: “El primero sería el aplazamiento de los recortes de los tipos estadounidenses hasta finales de año. Esto mantendría más alto el coste de la financiación para muchos países emergentes soberanos y empresas, y probablemente mantendría la fortaleza del dólar. El segundo son las renovadas tensiones en Oriente Medio, que podrían presionar al alza el precio del petróleo”.
“El apalancamiento neto medio de una empresa de mercados emergentes es de una vez beneficios en el caso del grado de inversión y de 2,3 veces en el del high yield, lo que muestra la solidez de sus balances”, comenta Daniela Savoia desde Edmond de Rothschild AM.
Flavio Carpenzano, director de inversiones de Capital Group, defiende que muchas economías de mercados emergentes se encuentran en una posición saneada y con reservas de divisas suficientes para amortiguar los periodos de incertidumbre. “Estamos identificando oportunidades como los bonos en moneda local de América Latina, los bonos asiáticos en moneda local con cobertura y emisores selectivos de alto rendimiento o en dificultades, como Argentina y Nigeria”, indica.
Guido Chamorro, cogestor de Pictet Global Emerging Debt, también muestra sus preferencias por los bonos, “destacando la deuda de mercados emergentes de mayor rentabilidad, como Egipto, Ecuador, Argentina, Sri Lanka y Ucrania. Pero infraponderamos sensibilidad a variaciones de tipos de interés en la deuda de mejor calidad, donde las valoraciones son ajustadas, como México, Uruguay y China”. Y concluye: “Esta deuda puede proporcionar una rentabilidad anual en dólares del 8,9% los próximos cinco años”.
La visión global de los emergentes, tanto en acciones como en bonos, es positiva después de años de desinversión, provocada también por el buen momento que han estado viviendo los mercados desarrollados. Los inversores no precisaban otras alternativas. Pero todo apunta a que en este 2024 esta tendencia ha cambiado.
Descarbonización, desglobalización y demografía
Población. Un reciente estudio de la gestora Schroders destaca el buen momento de los países emergentes para abordar el cambio de paradigma impulsado por “las 3D”, en referencia a la desglobalización, la descarbonización y la demografía. Respecto a esta última, algunos países emergentes están desarrollando e implantando la tecnología que ayudará al mundo a gestionar la disminución de la mano de obra en muchos países. Además, en general, cuentan con poblaciones más jóvenes para atender, mientras llega esa tecnología, las necesidades laborales del país.
Modelo energético. Varios países en los mercados emergentes figuran entre los adalides a nivel mundial en la producción e impulso de la transición energética. Son líderes mundiales en la extracción de minerales esenciales para fabricar las baterías que impulsarán los vehículos eléctricos. Chile, Perú y la República del Congo son los tres mayores productores de cobre. En cuanto al níquel, Indonesia, Filipinas y Rusia son los tres primeros productores. Y en la extracción del litio, Chile y la República del Congo ocupan, respectivamente, el segundo y tercer puesto, detrás de Australia, según el estudio de Schroders.
Suministradores. México y la India han sido los principales beneficiarios de las medidas para depender menos de China como gran productor mundial de bienes, a lo que se suman las tensiones comerciales con Estados Unidos. Están recibiendo inversiones masivas en capacidades de fabricación, servicios de tecnología de la información y otros sectores productivos, explican desde la gestora. México es ahora el socio comercial número uno de Estados Unidos, y empresas estadounidenses como Mattel, Tesla y Lego están construyendo fábricas en el norte de México. Otros países emergentes como Hungría, Polonia, Chequia e Indonesia también se están beneficiando de la tendencia a la desglobalización, aunque no a la misma escala que México e India, pero estas inversiones acabarán beneficiando a las empresas del país y también a sus mercados de capitales.
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