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La industria de la gestión de activos enfila una nueva era repleta de retos

La evolución futura de los tipos de interés y un puzle macroeconómico marcado por las guerras y la celebración de elecciones en EE UU y Europa marcarán el devenir de esta industria en 2024. Las estrategias de los gestores para el año próximo exigen prudencia y diversificación de las carteras

Es una época “interesante” para la gestión de activos, una industria que vivirá “una de las mayores revoluciones en los próximos años”, anuncia Javier García Díaz, director de ventas en BlackRock en España, Portugal y Andorra. La incipiente regulación en el sector a nivel Unión Europea (UE); la presión en los márgenes debido al contexto macroeconómico que a su vez influye en el perfil de cliente financiero; los cambios tecnológicos producto de la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) o los índices sostenibles –que han vivido un año realmente difícil en 2023– son algunos de los principales retos, “pero también oportunidades”, apunta.

De cara a 2024, y tras un inicio de curso convulso pero paradójicamente bueno para la rentabilidad –se espera que registre retornos positivos este ejerfcicio tanto en renta fija como en renta variable–, la incertidumbre se traduce en “cuándo van a comenzar las bajadas de tipos de interés” por parte de los bancos centrales, expresa Lily Corredor, directora general en Ibercaja Gestión. Junto a ese enigma, se sitúa el relativo al comportamiento que adopten los mercados. Ambos son aspectos que captan la atención de los gestores, como manifestaron varios expertos durante una mesa redonda organizada por CincoDías, en colaboración con BlackRock, y moderada por Nuño Rodrigo, subdirector del periódico.

Uno de los temas macro en renta fija es cuándo van a comenzar las bajadas de tipos de interés. Sería una sorpresa que hubiese más subidas”
Lily Corredor, directora General en Ibercaja Gestión

La renta fija y su buena salud actual generan consenso. Para Joseba Orueta, consejero delegado en Kutxabank Gestión, esta “debe ser una parte importante de las rentabilidades del año que viene”. No obstante, la figura del gestor (casi un coach financiero, admite) debe guardar una visión “prudente” ante los efectos aún no manifiestos de las decisiones que adopten los bancos centrales en política monetaria, que podrían determinar el devenir de los mercados.

Pero al mismo tiempo, observa Miguel Artola Menéndez, director de Bankinter Gestión de Activos, la labor de los profesionales de la inversión y el asesoramiento financiero pasa por generar “apetito por la renta variable” en los clientes. Un producto que a largo plazo da una “rentabilidad atractiva” y que al contrario de lo que se pudo pensar en el arranque de año está logrando buenas rentabilidades. A su vez, aprecia un cambio de paradigma en el papel de los bancos centrales, que buscan pasar a un segundo plano en los mercados tras actuar de apagafuegos, como quedó demostrado tras la crisis bancaria de la pasada primavera en Estados Unidos y Europa. Esto acarreará un aumento de la volatilidad, especialmente en renta fija, por lo que recomienda seguir de cerca la evolución de la inflación.

Nuestra industria se encuentra a las puertas de una de las mayores revoluciones que vamos a vivir en los próximos años”
Javier García Díaz, director de ventas en BlackRock en España, Portugal y Andorra

En paralelo, se mantienen en guardia ante dos citas clave que sucederán en el contexto macro: en junio, las elecciones al Parlamento Europeo (PE), cuyos resultados marcarán la hoja de ruta comunitaria para los próximos cinco años. Y en noviembre, las presidenciales en EE UU, que abrirá un “impás” en el último trimestre y será, asegura Corredor, un “factor de incertidumbre” para los mercados e incluso para un esperado aterrizaje suave (soft landing, en la jerga) de la economía.

El rol de la IA

La industria de la gestión de activos tampoco quedará al margen de la irrupción de la inteligencia artificial (IA). Artola cree que será especialmente útil como herramienta específica en la construcción de carteras de gestión pasiva, su “caldo de cultivo natural”; sin olvidar la asunción de las tareas más mecánicas que permitirán a los gestores centrarse en la gestión directa y en cometidos más complejos y creativos, añade Orueta.

La IA está cambiando muchas actividades y puede que en la nuestra afecte a la construcción de las carteras y la planificación financiera de los clientes”
Miguel Artola Menéndez, director de Bankinter Gestión de Activos

En el caso de BlackRock, la aplicación de esta tecnología se traduce en soluciones como la plataforma Alladin para la gestión del riesgo, tanto de activos de la compañía como de sus clientes. García señala que es una de las puntas de lanza de la firma, con un crecimiento anual de “doble dígito”.

Pero no solo tiene potencial uso en la industria de la gestión de activos, recuerda Corredor. Es también una “oportunidad de inversión” para los inversores ante un mundo cada vez más digitalizado.

Un 2024 marcado por un cambio de paradigma en el escenario inversor

“El año parece que va a cerrar bien”, aventura Miguel Artola Menéndez, director de Bankinter Gestión de Activos, a pesar de los vaivenes vividos a nivel financiero y macroeconómico en 2023. Pero la mejoría no debe entenderse como recuperación, ya que “no va a compensar las fortísimas pérdidas registradas en 2022″ y que afectaron a todas las tipologías de activos.

La situación de unos tipos de interés nominales y reales que no se veían desde hace “mucho tiempo”, explica Artola, favorece la construcción de unas carteras de inversión más “elaboradas” por parte de los gestores. Es decir, diversificadas para cada perfil de riesgo del cliente con una oferta de fondos de inversión, confía Joseba Orueta, consejero delegado en Kutxabank Gestión.

El horizonte ya cercano podría recordar a la guerra de depósitos que se vivió en el mercado español en 2012, pero hay notables diferencias, identifica Artola, como una mayor concentración del sector bancario y una enorme liquidez que no causarán tantos estragos en la captación de clientes.

Si de verdad queremos generar motivación y flujos de dinero para que se impulsen los fondos ESG, hay que hacer las cosas más fáciles en regulación”
Joseba Orueta, consejero delegado en Kutxabank Gestión

De lo que caben pocas dudas es de que la industria de la gestión de activos vive un “cambio de régimen”, como lo denomina Javier García Díaz, director de ventas en BlackRock en España, Portugal y Andorra, durante una mesa redonda organizada por CincoDías en colaboración con la principal gestora de fondos a nivel mundial. Su afirmación se sustenta sobre la ralentización (o freno en algunos casos) de un periodo de crecimiento; el control de una inflación que el año pasado estaba desbocada o la “volatilidad macroeconómica”, entre otros factores tal y como destaca el experto.

Ante este escenario, el inversor está reaccionando para ser “más táctico, selectivo y granular” a la hora de posicionar su cartera tanto en renta variable como en fija, como también en mercados alternativos o privados. Sobre estos últimos, García destaca su crecimiento a nivel global: en dos décadas su valor ha crecido de uno a 15 billones de dólares.

“Esperamos que siga creciendo y que represente un 20% de toda la industria global de gestión de activos”, avanza, y lo justifica en las innovaciones en producto (patente en el rejuvenecimiento del fondo europeo de inversión a largo plazo, Eltif 2.0) y en tecnología, y el mayor protagonismo del capital riesgo.

Encrucijada regulatoria en fondos ESG

J. L. G.

Un soplo de aire fresco que pierde fuerza. Así se podría resumir el año para los fondos sostenibles, sometidos a una fuerte regulación en la UE que ha lastrado su evolución, cree Corredor. Hasta 2021, los índices ESG tenían retornos positivos; desde entonces, no hay un “incremento patrimonial fuerte”.

Orueta coincide en que no ha sido un año “atractivo” para este tipo de fondos, que exigen una visión a largo plazo y una regulación más sencilla. La normativa europea al respecto (SFDR, por sus siglas en inglés), en vigor desde marzo de 2021, no parece poner las cosas fáciles de cara a generar flujos de dinero en estos proyectos.

No obstante, García ve un gran potencial. Haciéndose eco de las palabras del CEO de BlackRock, Larry Fink, una transición “ordenada” podría incrementar el crecimiento económico global en un 25% para 2040, para lo que haría falta invertir 125 billones de dólares en energías bajas en carbono.

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