Hay que hacer los deberes para los próximos tres años
Bajo crecimiento
En 2022 las posiciones de riesgo se vieron penalizadas de forma muy brusca, con caídas del 12 al 18% globalmente. Lo más doloroso fue la renta fija, que cayó entre 10 y 15%, un duro golpe al refugio en las carteras. Así que los inversores empezaron 2023 con mucha cautela. Hay que tener en cuenta que era previsible una cierta recuperación, pero no se esperaban subidas por encima del 10% en los mercados de renta variable global. Aun así, hay algunos mercados que no han recuperado los niveles de 2022. Ahora entramos en un ciclo de crecimiento económico más bajo, inflación resistente y tipos de interés más altos más tiempo. Por ello, es momento de planificar las inversiones para los próximos tres años, en base a un entorno de mercados quizás mas previsible, aunque con altos niveles de volatilidad.
Bajo crecimiento
En este sentido, estamos ante un importante cambio, pues la inflación ya no va a ser la protagonista del sentimiento de los mercados. La inflación subyacente -sin energía ni alimentos no elaborados- en EE. UU. ha descendido hasta el 4,3 % y en la Euro Zona al 5,3 %, en línea de lo que esperaban los mercados. Así que los mercados están empezando a fijarse más en el crecimiento económico. Este va a ser muy anémico en los países desarrollados, de 0,5 al 0,8 %., sobre todo en Europa, siendo EE. UU. y Japón la excepción, en donde podemos ver crecimientos entre el 1% y el 2%. El caso es que la subida de tipos de interés va a hacer daño a la economía, al consumo y a los resultados empresariales y hay que tener cierta cautela. Incluso en EE. UU. es probable que el consumo se desacelere a medida que disminuye el exceso de ahorro de los hogares. Además, los indicadores adelantados sugieren que la inversión de capital del sector privado está a punto de caer. En cuanto a la Euro Zona, prevemos que los beneficios empresariales se contraigan un 2,1 % este año, muy por debajo de la previsión del consenso de subidas del 3,3 %.
Altos tipos de interés, más tiempo
De manera que el que la Reserva Federal vaya a subir sus tipos de interés un 0,25 % adicional o los deje en 5,25 a 5,5 % nos parece poco relevante, pues ya estamos en zona de máximos. Es el mismo caso con el BCE tras la subida de 0,25 % de la tasa de depósito bancario hasta el 4 % y los tipos de interés de referencia en el 4,5%.
Ahora es mucho más importante el tiempo que los tipos de interés permanecen a esos niveles, siendo previsible que sigan altos más tiempo de lo que se esperaba. De hecho, tanto los banqueros centrales de la Reserva Federal como del BCE han advertido que los mercados corren el riesgo de adelantarse a los recortes de tipos, que no esperamos hasta bien entrado el 2024.
La referencia del 5 %
Así que este entorno macro económico no va a ayudar mucho al sentimiento de mercado, con muchas dudas, previsiblemente lateral. De manera que hay que mirar ideas de inversión cara a la moderación del crecimiento.
Ahora bien, mirando hacia adelante, el 5 % puede ser un punto de referencia y de orientación para el inversor. La rentabilidad a doce meses por el índice S&P 500 es aproximadamente 5,4 %. Por su parte las Letras del Tesoro a tres meses de EE. UU. ofrecen 5,5 % y el índice de deuda empresarial de grado de inversión de Bloomberg un 5,8 %. Así que el inversor tiene que pensar en que el binomio riesgo/rentabilidad es mucho menos atractivo en renta variable que en renta fija.
Pero hay mercados defensivos, con grandes empresas de calidad y sólidas previsiones de beneficios. Es el caso de acciones de Japón, Suiza e incluso Reino Unido. De hecho, en renta variable japonesa las entradas de inversores extranjeros están siendo las más fuertes en una década. Japón es la única economía desarrollada importante con perspectivas de crecimiento por encima de su potencial este año y esperamos que el aumento de beneficios en las empresas japonesas sea del 7,2 % en 2023 y 6,2 % en 2024. Además, un yen débil ayuda y los inversores extranjeros están aún poco invertidos en estas acciones.
Por sectores, sobre ponderamos servicios de comunicaciones y consumo básico, que debe ser relativamente resistente.
La renta fija es el nuevo jugador
Quizás el mejor consejo es indicar que vamos a tener que gestionar los niveles de riesgo y volatilidad, y es aquí donde la renta fija, especialmente de Gobiernos, va a jugar un papel muy importante, permitiendo construir carteras mas diversificadas con niveles de riesgo mas controlados. La renta fija volverá a ser parte central de las carteras .
Además, es posible tener en cuenta ciertos temas estructurales, como las infraestructuras “verdes”, que pueden ser una inversión muy interesante para los próximos años. Hay que tener en cuenta que la rápida innovación permitirá mayor electrificación del transporte, edificios y fábricas y que la energía de origen solar y eólica serán las principales fuentes, por competitividad de costes. En todo caso, no hay transición energética sin semiconductores. Además, las dislocaciones en los mercados energéticos continuarán estimulando inversiones en eficiencia e independencia energética.
Así que es el momento de hacer deberes para los próximos tres años y de hablar con el asesor para saber aprovechar estas oportunidades.