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Las Bolsas de EE UU y Europa cruzan guantes, ¿dónde invertir?

Las dudas económicas y las subidas de tipos dañan las perspectivas de la renta variable europea, mientras Wall Street recupera el favor de los analistas

Imagen de un cruce de guantes de boxeo con las banderas de Estados Unidos y la Unión Europea
Imagen de un cruce de guantes de boxeo con las banderas de Estados Unidos y la Unión Europea.Zerbor (Getty Images/iStockphoto)

Tras meses esperando una recesión económica que no llega, parece que en las últimas semanas el mercado ha cambiado su pronóstico sobre la economía americana. A comienzos de agosto, Bank of America retiró su predicción de recesión y, pocos días después, los economistas de JP Morgan hicieron lo mismo. En Europa, por el contrario, el crecimiento de la eurozona ha sido del 0,1% en el segundo trimestre, menor al 0,3% esperado. Además, la considerada locomotora del continente, Alemania lleva meses en el alambre y los expertos prevén que su economía finalmente vuelva a contraerse en el tercer trimestre.

A eso se suma la actuación de los bancos centrales. Mientras que la Reserva Federal podría dar por finalizada la subida de tipos, en la zona euro la inflación se reduce más lentamente que en Estados Unidos, y sigue presente el riesgo de que el BCE sea excesivamente agresivo en sus medidas monetarias, lo que podría castigar al crecimiento, ya de por sí más débil que el americano.

Ante ese escenario, la mayoría de los expertos consultados están tomando partido por la Bolsa estadounidense. Según el resumen que hace Virginia Pérez, directora de inversiones de Tressis, durante los primeros seis meses tanto las Bolsas europeas como las estadounidenses registraron notables avances, respaldados por datos económicos y resultados empresariales sólidos. Sin embargo, a partir de junio, el S&P 500 superó al Euro Stoxx50 y al Stoxx 600, los índices europeos más representativos, ampliando esta diferencia en un mes de agosto complicado. Aunque todos experimentaron retrocesos y Wall Street también tuvo pérdidas, las suyas fueron menos pronunciadas. “Este comportamiento refleja el progresivo deterioro de los datos económicos en la eurozona y la debilidad intrínseca de la región, además de estar quedándose rezagada en la carrera tecnológica”, resalta la responsable en Tressis.

Pero lo cierto es que surgen dudas sobre si es sostenible en el tiempo el mejor comportamiento de los mercados de renta variable de Estados Unidos en lo que va de año frente a las Bolsas europeas. Mabrouk Chetouane y Nicolás Malagardis, de Natixis IM Solutions, son optimistas y ven “poco probable” que esta brecha entre EE UU y Europa pueda reducirse a corto plazo.

Resultados empresariales

Uno de los argumentos que utilizan estos especialistas es que, según sus datos, el 87% de las empresas del S&P 500 batieron las previsiones o presentaron resultados en línea con las expectativas para el segundo trimestre, frente a solo el 71% de las compañías del Stoxx 600. Este índice europeo “se resintió de su exposición al sector energético, cuyos beneficios cayeron bruscamente en el segundo trimestre y cuyas perspectivas para el resto del año no son favorables”, explican.

Y las perspectivas también son más halagüeñas para los mercados de renta variable estadounidenses. “El ratio de revisión de beneficios alcanzó el 26% en EE UU a finales de agosto, frente al 6% en Europa, lo que refleja que las previsiones de las empresas se están revisando al alza en beneficio del mercado estadounidense”, añaden en el departamento de análisis de carteras de Natixis.

Inflación y tipos de interés

También Joaquín Robles, analista de XTB, lo tiene claro: “Seguimos apostando por el mercado norteamericano. Está más cerca de estabilizar la inflación, por lo que podría ser el primero en empezar a bajar los tipos. Además, tiene una mayor exposición al sector tecnológico, que es el que está liderando las subidas”. En concreto están disparadas las compañías relacionadas con la inteligencia artificial, logrando para el Nasdaq 100 una revalorización superior al 30% desde principios de año.

Además, este analista admite que gran parte del buen comportamiento que están teniendo los mercados de renta variable en las últimas semanas se debe a que los inversores siguen confiando en que habrá un “aterrizaje suave” en el que los bancos centrales logren estabilizar los precios subiendo los tipos de interés, sin provocar con ello una fuerte contracción económica. Un escenario que se maneja especialmente para EE UU.

“El mayor peso de las materias primas y las petroleras en Europa y el menor peso del sector tecnológico son los principales motivos para que EE UU vuelva a liderar las rentabilidades a nivel mundial”, asegura Javier Galán, director de inversiones de renta variable en Renta 4 Gestora, quien también recuerda que en EE UU se espera que los beneficios caigan “tan solo un 1% desde los máximos logrados en 2022, mientras que en Europa se prevé que estos sean un 6,6% inferiores a los del año pasado”.

Pero, en su opinión, a la hora de saber qué lado del Atlántico lo va a hacer mejor en Bolsa, no vale con fijarse solamente en el crecimiento esperado. Hay que ver el punto de partida en términos de valoración, “y ahí Europa está cotizando a tan solo 13 veces PER frente a Estados Unidos, que está a más de 20 veces, lo cual significa que una parte importante del mejor comportamiento en términos de crecimiento económico y de los beneficios está ya incorporado en las valoraciones y las expectativas”. De ahí que el experto de Renta 4 se incline a pensar que la mayor parte de las subidas de este año “ya las hemos vivido”.

En cuanto a Tressis, mantienen una visión positiva sobre Estados Unidos, pero consideran asimismo esencial “explorar diversas áreas geográficas y sectores en busca de oportunidades, ya que estas no están limitadas a una sola región o industria y la diversificación sigue siendo esencial en la búsqueda de rendimientos sostenibles a largo plazo”, apunta Virginia Pérez.

Cautela general

Rosa Duce, responsable de estrategias de inversión de Deutsche Bank en España, por su parte, mantiene una postura de cautela en ambos mercados. “Y si tenemos que elegir entre los dos, la Bolsa europea sería la preferida”, explica. Según su análisis, las valoraciones actuales del S&P 500 “no son consistentes con nuestro actual escenario de crecimiento del BPA (beneficio por acción) en torno al 5% en 2024 y unos tipos de los bonos del Tesoro en Estados Unidos por encima del 4%”.

Además, considera que la fortaleza de los datos económicos “aleja el principal catalizador positivo, que son las posibles rebajas de tipos por parte de la Fed, que se alejan hasta primavera de 2024″.

Respecto a Europa, en Deutsche Bank también son prudentes, pero “creemos que su mayor peso en valores cíclicos en un entorno de desaceleración, pero no de recesión, podría servirle de apoyo frente a Wall Street”.

También ve mejores perspectivas para el continente europeo Javier Molina, analista sénior de mercados para eToro, que indica que, desde un punto de vista de valoración, el diferencial entre las empresas norteamericanas y las europeas es el más grande de la última década. “Esto sugiere que las europeas pueden estar infravaloradas en relación con su potencial de ganancias. Como tal, hay margen para que la percepción del mercado sobre las ganancias corporativas europeas mejore, lo que podría cerrar dicha brecha de valoración”, señala.

La tecnología, la reina

Lo cierto es que en los últimos años el mercado estadounidense se ha comportado mucho mejor gracias, en buena medida, a los grandes gigantes tecnológicos que han tirado de la Bolsa, con el paréntesis de 2022, ejercicio en el que los precios se corrigieron significativamente. La duda aquí está en si continuará esa tendencia y de hacerlo, con qué fortaleza lo hará.

Las preferencias de Tressis siguen inclinándose por la tecnología “porque ofrece valor, crecimiento y continuará transformando todos los ámbitos: desde la medicina a la educación, pasando por las finanzas y el diseño de nuevos materiales, procesos productivos, transporte, etc.”.

Philipp Vorndran, estratega de mercados de Flossbach von Storch, no obstante se muestra prudente ya que los precios reflejan la actual euforia por la inteligencia artificial “y recuerda en cierto modo a la exageración de internet en el cambio de milenio. En aquella época, todo el mundo tenía claro que internet sería revolucionario. Pero la pregunta seguía siendo difícil de responder: ¿quiénes serían los grandes ganadores en los próximos años? Es probable que las cosas sean muy parecidas con la inteligencia artificial. Habrá grandes ganadores, sí, pero posiblemente muchos menos de los que refleja actualmente el mercado bursátil”.

Las señales que envían la tecnología y el empleo

Incertidumbres. Como elementos negativos para que la tecnología siga al alza, en Deutsche Bank resaltan que se encuentra a valoraciones elevadas, “con una prima de aproximadamente un 50% respecto al resto del mercado” y que es un sector muy dependiente de la evolución de los tipos de interés, “por lo que el alejamiento de las rebajas de tipos por parte de la Fed puede ser un freno”.

Petróleo y consumo. Los expertos consultados mencionan otros sectores que podrían tomar, si no el relevo de la tecnología, sí al menos compartir el tirón. Ahí podría estar el sector energético ya que “el petróleo ha vuelto a repuntar tras las nuevas restricciones en las exportaciones de Rusia y los recortes extraordinarios de Arabia Saudí. Además, se espera que China continúe incrementando su consumo progresivamente y que el final de las subidas de tipos ayude a reactivar el crecimiento”, argumenta Joaquín Robles, analista de XTB, que no obstante cree que la particularidad que tiene la inteligencia artificial “es que puede impactar en cualquier sector, por lo que las perspectivas de crecimiento [para esas compañías] son enormes”.

Empleo. Detrás de las mejores perspectivas de Estados Unidos está, entre otros indicios, la publicación a finales de agosto de los datos de desempleo, que siguen señalando un mercado laboral robusto. Sin embargo, no a todos los expertos les vale esta referencia ya que, tal y como recuerdan desde el equipo de análisis de Portocolom AV, “el empleo es un indicador atrasado, y la experiencia nos dice que cada vez que el mercado laboral se ha dado la vuelta, ya habíamos entrado en recesión”.

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