Invertir en China, de la decepción y el riesgo a la oportunidad a largo plazo
La Bolsa china cuenta con poderosas compañías tecnológicas y energéticas que conservan su atractivo pese a la desaceleración del país. Se trata aun así de un mercado volátil, apto para el inversor más atrevido
El 2023 es el año del conejo de agua en China. Este animal, el cuarto en el zodiaco del país, representa la destreza, el ingenio y la prosperidad. La astrología china apuntaba a un periodo de esperanza y de vuelta a la normalidad, aunque con cierta cautela ante grandes cambios. La vuelta a la normalidad, sin embargo, no se ha visto. O, mejor dicho, no ha ocurrido tal y como se esperaban los mercados. Ante unos datos económicos decepcionantes que muestran una ralentización del crecimiento de China –en el segundo trimestre creció un 0,8%, frente al 2,2% de aumento del PIB registrado en el primer trimestre del año–, los inversores están en alerta. El sector inmobiliario chino y su banca en la sombra siguen siendo una bomba de relojería, un polvorín latente tras años de apalancamiento, al tiempo que la economía da señales de estar entrando en deflación, lo que podría apuntar a un estancamiento económico prolongado.
La prosperidad que tenía que verse en este 2023 no se produjo, lo que hace mella en las Bolsas del gigante asiático. En lo que va de año, la renta variable China ha sufrido y sus principales índices, el CSI 3OO y el Hang Seng, caen un 4,2% y un 9,2% respectivamente. Los datos económicos decepcionantes, el exceso de ahorro de los ciudadanos, que no se ha convertido en gasto, la crisis del mercado inmobiliario, el elevado desempleo juvenil y los temores por la salud de sector financiero minaron la confianza de los inversores. No obstante, esta tendencia bajista encontrará su fin. Alicia Herrero, economista jefe de Asia-Pacífico de Natixis, considera que las autoridades van a poner suelo a la caída de la Bolsa, con la recompra de acciones. “A partir de allí los inversores extranjeros podrían aprovecharse del alza de los valores, gracias a la intervención de las autoridades para apoyar las cotizaciones”, considera. No obstante, prevé que este movimiento no ocurra de la noche a la mañana, sino en el largo plazo.
Martin Dropkin, responsable de renta variable para Asia-Pacífico de Fidelity International, coincide con esta lectura y cree que el Gobierno ya está actuando para estabilizar el mercado bursátil del país. La decisión de recortar 15 puntos básicos, hasta el 2,5%, en los tipos de préstamos bancarios y la inyección de 204.000 millones de yuanes para estimular la actividad económica, así como la flexibilización de los requisitos para la compra de vivienda representan un paso adelante. Aunque estas medidas todavía no han sido suficientes para aplacar los nervios de los mercados. “Otras ayudas directas a los hogares, como los ajustes de los tipos hipotecarios, podrían estimular considerablemente una recuperación impulsada por el consumo”, reconoce el experto.
Más allá de los estímulos que puedan llegar del sector público, varios analistas consultados coinciden en que las acciones chinas siguen siendo atractivas. Javier Molina, analista sénior de eToro, afirma que las valoraciones se encuentran actualmente en mínimos históricos, lo que las convierte en una buena oportunidad para invertir en el mercado chino, puesto que ofrecen precios atractivos y son una oportunidad para diversificar la cartera.
La crisis de confianza que ha embestido de lleno sobre las cotizadas chinas radica en los problemas de liquidez, que se han puesto en evidencia con la crisis de Country Garden, la mayor promotora inmobiliaria del país que incumplió el pago del cupón de algunos bonos, y en el declive de los beneficios, debido a la desaceleración económica. No obstante, sin renegar de la realidad los analistas llaman a la prudencia. Las oportunidades de inversión en el país hay que situarlas en el largo plazo.
Potencial de las acciones
Para Elizabeth Kwik, directora de inversión de Abrdn, las caídas que han sufrido las acciones del gigante asiático han sido excesiva y ve potencial en la Bolsa china. “La renta variable china continental presenta una correlación relativamente baja con la de otros grandes mercados y, por tanto, está menos influida por los factores macroeconómicos mundiales”, explica. En particular resalta el peso del mercado de acciones A, es decir, las que cotizan en las Bolsas de Shanghái y Shenzhen, puesto que “ofrecen acceso sin restricciones a los campeones chinos en sectores a los que no se puede acceder fácilmente a través de los mercados offshore”. Entre estas destaca Kweichow Moutai, la empresa que domina el mercado del baijiu, un licor típico del país. “Las acciones A chinas son demasiado grandes para ser ignoradas, al igual que el posible coste de oportunidad que supondría infraponderarlas en las carteras de los inversores”, opina.
Sectores al alza
En el sector tecnológico y en el de la energía los analistas ven las mayores oportunidades de inversión. Yi Shi, especialista de inversión temática de Pictet AM, explica que el mercado de acciones A “conforma el mayor universo de proveedores de soluciones ambientales”, y estima un crecimiento del 25% interanual en 2023 y del 20% en 2024. “Hay que tener en cuenta que China lidera 37 de 44 tecnologías críticas a nivel mundial, incluyendo las medioambientales, de materiales avanzados y de energía, con importantes ventajas en costes”, dice. El amplio potencial de crecimiento del sector industrial, y en particular de la energía, en los próximos años se debe principalmente a los esfuerzos que hará el gigante asiático para lograr la transición de su modelo energético.
El sector de los automóviles híbridos –China es uno de los mayores fabricantes de estos vehículos– y el sector salud también representan unos nichos de oportunidad para los ahorradores que titubean sobre el desempeño del país.
Inversión extranjera
La debilidad económica, los mayores costos de producción, las regulaciones estrictas y el riesgo geopolítico elevado han propulsado la desconfianza de los inversores y las autoridades del país lo saben. La inversión extranjera directa (IED) hacia China se ha reducido desde su punto máximo en 2021, según un informe elaborado por Natixis. Por lo que se refiere a la inversión en el mercado financiero, se han registrado salidas de capital en bonos, tanto por parte de residentes como de no residentes. La inversión acumulada en el extranjero de los ahorradores nacionales aumentó de los 296.000 millones de dólares en 2020 a los 443.000 millones en 2022, debido a la extrema divergencia entre las decisiones de política monetaria adoptadas por el gigante asiático, la eurozona y Estados Unidos. De hecho, el diferencial de rendimiento entre los bonos soberanos a 10 años de EE UU y China se amplió de los 104 puntos básicos de diciembre de 2022 a los 169 puntos básicos a mediados de agosto de 2023.
En el informe, Natixis explica que la tenencia de bonos chinos en manos de ahorradores extranjeros disminuyó del 2,65% de diciembre de 2022 al 2,41% de julio de 2023. Los analistas de Goldman Sachs esperan que las salidas de capitales continúen durante el resto del año aunque consideran que se gestionarán mejor respecto a las salidas masivas, y las pérdidas de reservas, que ocurrieron entre 2015 y 2016. En ese entonces, empresas y particulares se sirvieron de canales legales e ilegales para sacar el dinero del país en medio de la desaceleración, para invertir en mercados más rentables.
Ante este escenario, y para evitar que se repitan los mismos patrones de un pasado no muy lejano, el Ejecutivo chino ha tomado las riendas de la situación. Recientemente, ha publicado algunas directrices con el objetivo de “optimizar el entorno de inversión extranjera” e “intensificar los esfuerzos para atraer inversiones foráneas” en un momento de debilidad tras el abandono de la política de Covid cero. En particular, las autoridades pretenden reforzar la protección de las empresas con inversión extranjera, incluyendo la propiedad intelectual, así como “proporcionar apoyo fiscal y tributario” a estas compañías. De hecho, la reducción de los sectores o actividades restringidos o vetados a la inversión exterior ha sido una de las críticas más fuertes de las empresas extranjeras presentes en China, incluidas las europeas y las estadounidenses.
Pese a estos esfuerzos, aún no hay señales de reducción de las tensiones geopolíticas que tienen a China como protagonista y que afectarán a la inversión en los próximos años. El gigante asiático mantiene una dura rivalidad con EE UU por el liderazgo económico mundial, que se ve agravado además por la alianza entre Pekín y Moscú. Sin embargo, David Macià, director de inversiones de Creand AM en Andorra, reconoce que la importancia del mercado interior chino para muchas compañías es irrenunciable. “La prioridad para Occidente será reducir la dependencia de China en las cadenas de producción actuales, pero no se pueden rediseñar de la noche a la mañana”, concluye.
Fondo de Abrdn. Para Javier Molina, de eToro, los fondos de inversión y los ETF representan una “opción global más limpia y accesible” para todos los inversores que deseen invertir en el gigante asiático. La oferta de fondos especializados en China es amplia, tanto de gestión activa como ETF. Un ejemplo es el China A Share Sustainable Equity Fund, de Abrdn, con un patrimonio de 3.170 millones de dólares. Desde la gestora confiesan que, pese a haber empezado con fuerza el año, la recuperación más lenta lastró el rendimiento del vehículo. “Muchas de nuestras participaciones de alta calidad centradas en el consumo han perdido valor”, explican. La rentabilidad a un año es negativa, del 19,33%, mientras a cinco años es positiva, del 3,60%.
Otros vehículos. Respecto a los ETF, el HSBC MSCI China que replica el homónimo índice, con un patrimonio de 713 millones de dólares, tiene una rentabilidad anualizada negativa del 13,88% y a cinco años, del -15,68%.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días