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China, entre el colapso del ladrillo y la amenaza de la banca en la sombra

Evergrande se declara en bancarrota en EE UU y la gestora Zhongzhi reestructura su deuda. La economía del país se debilita mientras afronta los riesgos de años de apalancamiento

Oficinas de Evergrande en el centro de Shangai
Oficinas de Evergrande en el centro de ShangaiAFP

Los indicadores económicos que en las últimas semanas publican las autoridades chinas están sembrando serias dudas de que el país vaya a lograr este año el crecimiento al que aspira Pekín, de alrededor del 5%. De alcanzarse, sería el más bajo en décadas, pero todo apunta a que el impulso de la economía china va a ser menor a lo que cabría esperar tras el largo cerrojazo que supuso la pandemia. Además, China encara riesgos que han estado latentes durante largos años de fuerte crecimiento y un endeudamiento más fuerte aún y que ahora amenazan con aflorar de forma inevitable, para escalofrío de los inversores a nivel mundial.

Evergrande, la que un día fue la principal empresa inmobiliaria de China, se ha declarado en quiebra de forma oficial en Estados Unidos. El endeudado gigante inmobiliario solicitó el jueves a última hora acogerse al conocido como capítulo 15 de la ley de quiebras estadounidense para afrontar su grave situación financiera y evitar el embargo de sus activos. La inmobiliaria lleva meses tratando de negociar con sus acreedores un plan de reestructuración que le permita salir a flote. Sus deudores están llamados a una reunión con la compañía los próximos días 23 y 24 de agosto, encuentro durante el cual votarán sobre el plan de reestructuración propuesto.

El destino de Evergrande, que soporta una deuda por un total de 3000.000 millones de dólares, puede tener amplias implicaciones para el sistema financiero chino y podría traer consigo consecuencias para los bancos, los fondos y para millones de propietarios chinos en la que sería la mayor reestructuración de toda la historia de China. La posición financiera de muchas inmobiliarias chinas empeoró después de que, en agosto de 2020, Pekín anunciase restricciones al acceso a financiación bancaria a las promotoras que, como Evergrande, habían acumulado un alto nivel de deuda y apoyado durante años su crecimiento en agresivas políticas de apalancamiento.

Mientras tanto, la crisis inmobiliaria que golpea a las promotoras se expande. Ya no solo afecta a las firmas privadas, sino que también empieza a golpear a aquellas de titularidad pública. Según Bloomberg, de las 38 promotoras inmobiliarias estatales que están registradas en Hong Kong y en la China continental, 18 han anunciado pérdidas en la primera mitad del año, siete más que las 11 que comunicaron pérdidas en el ejercicio 2022.

El siguiente nombre que está en el candelero es Country Garden. La mayor promotora del país avanzó hace una semana que prevé unas pérdidas de entre 45.000 y 55.000 yuanes (entre 5.700 y 7.000 millones de euros) en el primer semestre del año. Las alarmas saltaron cuando dejó de pagar el cupón de un bono, dando muestras de una preocupante falta de liquidez.

Banca en la sombra

Junto al inmobiliario, el otro gran foco de riesgo financiero de China está en la banca en la sombra, también por las señales que llegan de apuros de liquidez. Una de las mayores gestoras de activos del país, Zhongzhi Enterprise Group, comunicó esta semana a sus inversores que necesita reestructurar su deuda. La empresa con sede en Pekín, que tiene una exposición considerable al sector inmobiliario del país, ya ha dejado de pagar a los inversores en todos los productos de inversión. Gestiona activos por valor de 1 billón de yuanes (137.000 millones de dólares). El reconocimiento de sus problemas de liquidez ha dado la voz de alerta respecto a la poderosa banca en la sombra china, que se estima mueve alrededor de 3 billones de dólares y que se ha convertido en un potente agente de intermediación financiera, sin estar sometido a la supervisión y los controles propios de los bancos.

La desconfianza de los inversores ante los problemas del sector inmobiliario y de la banca en la sombra china han creado una oleada de ventas estos días en el mercado bursátil local, sin que las medidas tomadas hasta ahora por las autoridades estén teniendo gran efecto. El Banco Popular de China bajó tipos por sorpresa esta semana y el yuan se ha depreciado a mínimos de 16 años. Ahora afronta el dilema de cómo seguir sosteniendo el crecimiento sin dañar en exceso el valor de la moneda.

Medidas para evitar la marcha de los inversores

El regulador del mercado bursátil chino anunció este viernes una serie de medidas dirigidas a restablecer la confianza de los inversores y a evitar que se amplíe la tendencia vendedora que afecta a los activos financieros chinos. En concreto, declaró que estudia la posibilidad de ampliar el horario de negociación de los mercados de acciones y bonos del país y se comprometió a reducir las comisiones de transacción de los intermediarios. También dijo que fomentaría la recompra de acciones para ayudar a estabilizar los precios. El índice Hang Seng de la Bolsa de Hong Kong sufre una pérdida del 11% en lo que va de año, frente al alza del conjunto de Bolsas occidentales. El CSI 300 retrocede en 2023 cerca del 3%. 

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