La economía de China pierde fuelle: crece un 0,8% en el segundo trimestre
El crecimiento anual se queda en un 6,3%, muy por debajo de las expectativas de 7,3%
La economía china sigue perdiendo impulso. Tras un fuerte arranque de año, que hizo prever un boom económico En el segundo trimestre del año, la actividad y el crecimiento se debilitaron debido al enfriamiento de la demanda interna y externa. El producto interior bruto (PIB) de China creció un 0,8% intertrimestral de abril a junio, según los datos divulgados este lunes por la Oficina Nacional de Estadística (ONE). El dato estuvo por encima del 0,5% esperado por los analistas pero supone una fuerte ralentización frente al dato del primer cuarto del año cuando se alcanzó el 2,2% intertrimestral.
En términos anuales, la economía creció un 6,3%, acelerándose desde el 4,5% del primer trimestre pero por debajo de la previsión del 7,3% de los analistas. Aunque el ritmo de crecimiento anual de la economía de China fue el más rápido desde el segundo trimestre de 2021, la comparación se ha visto fuertemente sesgada por las restricciones y los confinamientos de la ya desmantelada política nacional de ‘cero Covid’ tras la llegada de la contagiosa variante ómicron en Shanghai y otras ciudades importantes el año pasado.
China, que puso fin a sus controles de Covid en diciembre, ha visto cómo el impulso económico inicial tras el fin de las restricciones ha perdido fuerza. El sector inmobiliario ha tenido dificultades para su recuperación, mientras que las exportaciones se han desplomado debido a la caída de la demanda mundial. Los datos apuntan que la deflación es ahora un riesgo importante (en junio, su IPC interanual se situó en el 0%) mientras que el desempleo juvenil superó el 21%.
Un portavoz de la Oficina Nacional de Estadística señaló a la CNBC que China se enfrenta a un complejo entorno geopolítico y económico internacional. También afirmó que China aún puede alcanzar su objetivo de crecimiento para todo el año. Pekín fijó en marzo un objetivo de crecimiento en torno al 5% para 2023.
La debilidad se refleja tanto en las exportaciones (debido al frenazo económico mundial) como a la demanda interna. En el mes de junio, las ventas al por menor en China crecieron un 3,1%, lo que supone una brusca desaceleración respecto al aumento del 12,7% registrado en mayo, según los datos. Los analistas esperaban un crecimiento del 3,2%.
La producción industrial por su parte se aceleró inesperadamente hasta el 4,4% el mes pasado desde el 3,5% registrado en mayo, pero la demanda sigue siendo tibia, según los analistas.
Aunque los expertos consideran que China sí podrá cumplir su modesto objetivo de crecimiento para 2023, de en torno al 5%, una desaceleración mayor podría elevar la pérdida de empleo y alimentar los riesgos deflacionistas.
Ante este escenario, aumenta el número de economistas que apuntan la necesidad de mayores medidas de estímulo por parte del Gobierno de Pekín. La atención se centra ahora en la reunión de finales de mes del Politburó del Partido Comunista, que decidirá la política económica para el resto del año. Pekín ha insinuado, sin embargo, que las medidas de estímulo de este año serán limitadas, y que logrará su objetivo de crecimiento de alrededor del 5% para el año.
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