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La banca regional de EE UU no se da por vencida y compite por atraer depósitos

Los analistas consideran que los costes de los depósitos continuarán aumentando en los próximos meses, aumentando la tensión en el sector

Una oficina de First Republic Bank en Nueva York
Una oficina de First Republic Bank en Nueva YorkSpencer Platt (CINCODIAS)

Los bancos regionales de Estados Unidos intentan dejar atrás un primer semestre lleno de dificultades, tras la caída del Signature Valley Bank y la salida acelerada de depósitos de los ahorristas. Esta semana, las entidades comenzarán a informar los datos del segundo trimestre esta semana, lo que permitirá conocer los números reales de esta gran sacudida. Algunas firmas, como KeyCorp y Zions Bancorp, ya han advertido de fuertes caídas en sus ingresos debido a la presión para mantener sus depósitos frente a gigantes del sector como JPMorgan Chase, Bank of America o Citigroup. Sin embargo, este conjunto de bancos evita darse por vencido e intenta competir con intereses más altos para atraer y retener depósitos.

Los gastos de los bancos por los intereses que pagan a sus clientes han estado aumentando a medida que se esfuerzan por retener a los depositantes. KeyCorp, con sede en Cleveland, dijo en junio que sus ingresos caerían un 12% en este trimestre, peor de lo pronosticado anteriormente, ya que el prestamista ha aumentado los costes que paga para retener los depósitos existentes. En sus ganancias del primer trimestre, la empresa dijo que los costos de los depósitos con intereses habían aumentado un 62% en comparación con el período anterior. Zions Bancorp, otra entidad con sede en Salt Lake City, Utah, también dijo que su margen de intereses netos disminuirá también este trimestre. La cifra, que compara cuánto gana un banco en préstamos con lo que paga a los depositantes, se reducirá a aproximadamente 2.85% desde el 3.33% en los primeros tres meses de 2023, según dijo en junio.

La misma historia se repite en los gigantes del sector. Citigroup está aumentando lo que paga a sus clientes por sus depósitos, según dijo el director financiero Mark Mason después de que el banco informara de sus ganancias. En Wells Fargo y JPMorgan, los gastos por intereses aumentaron de manera sorprendente un 465% en el segundo trimestre en cada una de estas compañías. Y es posible que aún no estén alcanzando ese objetivo de retener depósitos: los mismos habían disminuido en Wells Fargo y Citigroup al final del segundo trimestre en comparación con finales de marzo. También habrían disminuido en JPMorgan, pero se vio compensado por su adquisición de First Republic Bank en mayo.

“Desde una perspectiva fundamental, las perspectivas son desafiantes”, han destacado los analistas de Goldman Sachs. “Los depósitos se están reduciendo, los costes de los mismos continúan aumentando más de lo esperado”, afirman en una nota.

La perspectiva de un nuevo aumento de tipos de interés por parte de la Reserva Federal no ofrece señales de alivio ante estas presiones, lo que lleva a los analistas a pronosticar dificultades. A esto se suma la posibilidad de que los bancos más pequeños estén sujetos a una regulación más estricta, como ha pedido recientemente el vicepresidente de Supervisión de la Reserva Federal, Michael Barr. “A medida que avanzamos en la temporada de resultados, la atención volverá de los niveles de depósitos a los costes de mantenerlos, y la atención se volverá hacia los ingresos por intereses netos”, ha comentado a Bloomberg el analista de Morgan Stanley, Manan Gosalia. “Estas cosas van en la dirección equivocada”, ha asegurado el experto.

El futuro de las actividades de préstamo para algunos bancos regionales también puede verse afectado por los cambios de regulación. El cambio propuesto por la Reserva Federal requeriría que los bancos mantengan más capital para enfrentar cualquier episodio de turbulencia económica. Además, las modificaciones reducirían el umbral para aplicar las normas.

“Los recientes fallos de varios bancos regionales de Estados Unidos justifican una respuesta por parte de los reguladores, que modifique los requerimientos del capital, la liquidez y las pruebas de estrés”, ha anticipado Herman Chain, analista sénior de banca de Bloomberg Intelligence. “Es muy probable que los bancos regionales con más de $100 mil millones en activos también se vean obligados a emitir nueva deuda a largo plazo, aunque cualquier propuesta podría tardar al menos dos o tres años en implementarse por completo”, ha destacado en una nota firmada junto con Nathan Dean, analista gubernamental sénior de esa agencia.

Otro punto de presión es la exposición de los bancos regionales al mercado inmobiliario comercial, activos que han sido golpeados por el aumento de las tasas de interés justo cuando la pandemia ha vaciado las oficinas. Según Fitch Ratings, los bancos con menos de $100 mil millones en activos son más vulnerables a esos vientos en contra, dado su mayor exposición como porcentaje de activos y capital total, escribió la firma de calificación en mayo.

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