¿Qué son los ‘CoCos’ y por qué están en el ojo del último huracán financiero?
En el proceso de salvar a Credit Suisse, los poseedores de bonos contingentes convertibles (CoCos) perdieron toda su inversión. La decisión, a instancia de las autoridades monetarias helvéticas, ha activado las alarmas en un mercado que mueve 260.000 millones
Los ecos del rescate a Credit Suisse mediante el acuerdo de venta a UBS a cambio de 3.000 millones de francos siguen resonando en el mercado. Aparentemente el riesgo principal, un contagio a gran escala al resto del sector financiero, quedaba conjurado mediante el pacto, si bien el miedo entre los inversores no quedó atajado por completo hasta este martes. El foco está puesto ahora en los bonos contingentes convertibles (CoCos en la jerga), protagonistas de la última ramificación de la crisis por una liquidación en un orden distinto al previsto, pues los titulares de esta deuda se han visto más perjudicados que los accionistas. La situación ha roto los dogmas establecidos y provocado el reproche de las autoridades europeas a sus homólogos de Zurich. Estas son las claves sobre un oscuro producto de extraño nombre pero que es ahora la nueva fuente de nerviosismo bancario.
¿Qué es un CoCo y cuál es la dimensión de este mercado?
Como resultado de la crisis de 2008, el Financial Stability Board (FSB), un organismo internacional que vela por la estabilidad del sistema financiero, fijó un sistema de protección para evitar que las quiebras de bancos las pagaran los contribuyentes, como ocurrió entonces. Se establecieron dos criterios: el cumplimiento de una serie de ratios de capital y, en paralelo, una escalera que partiendo de esos mínimos repartiera el coste de un eventual rescate interno (bail in) en contraposición al rescate a cuenta de las arcas públicas (bail out). Los bonos contingentes convertibles (CoCos) son un tipo de deuda AT 1, es decir, de la que más riesgo tiene entre los distintos instrumentos de deuda que emite un banco y la primera en caer en caso de problemas para la entidad. En su propio nombre viene una explicación de qué son exactamente: si las reservas de un banco en relación a sus activos totales bajan por debajo de un cierto nivel (porque afloren activos tóxicos o por acumulación de pérdidas), estos bonos se convierten automáticamente en acciones y, por tanto, restauran el capital deteriorado, contribuyendo así al saneamiento del banco. Son bonos, además, con vencimiento perpetuo o a muy largo plazo, por lo que también se les califica de deuda híbrida. El inversor asume más riesgo que con otros bonos que no sean cocos y, por eso mismo, los bancos pagan más intereses por ellos. Según datos del FSB recopilados por FT, el mercado de deuda AT 1 tiene un tamaño de 260.000 millones de dólares (241.000 millones de euros).
¿Por qué el rescate de Credit Suisse ha sido un terremoto para ellos?
Como parte del histórico acuerdo que unirá Credit Suisse con UBS, las autoridades suizas incluyeron una cláusula para amortizar de golpe los 17.000 millones de francos suizos que había en CoCos de esta entidad. UBS se ve beneficiado de esta decisión porque se libra de la carga de tener que cargar con esa deuda a unos intereses que llegaban a ser del 9,5% en algunas de sus emisiones. Los inversores que tenían estos bonos, incluyendo fondos como Pimco o Invesco, son los innegables perjudicados.
Si es un colchón a usar en caso de crisis, ¿a qué viene tanto revuelo?
Su función es servir de escudo si un banco tiene problemas, pero en este caso, el revuelo se ha originado porque se ha cambiado el orden de prelación, es decir, el orden en el que se sufren las pérdidas. Normalmente, los primeros en perder dinero en caso de quiebra son los propietarios, es decir los accionistas. Según el esquema establecido, se amortiza la totalidad de su inversión. Después pierden los tenedores de deuda subordinada, incluyendo los Cocos, después los tenedores de deuda de mayor calidad y, si aun así el banco sigue necesitando dinero para sanear su balance, los clientes con depósitos superiores al mínimo garantizado legalmente. En este caso, los accionistas de Credit Suisse recibirán 3.000 millones de francos, los tenedores de CoCos, no percibirán nada. Una caja de Pandora financiera, pues con este precedente el resto de inversores con CoCos de otras entidades pueden deshacerse de este activo, dado que el riesgo es superior a lo que ellos esperaban cuando compraron.
¿Qué han hecho las autoridades para aplacar el miedo entre los inversores?
El lunes el banco central europeo (BCE), el SRB y la European Bank Authorithy (EBA) emitieron un comunicado conjunto sobre el rescate promovido por las autoridades suizas. “El SRB, la EBA y el BCE damos la bienvenida al rango de acciones emprendidas el domingo por las autoridades suizas para asegurar la estabilidad financiera. El sector bancario europeo es resiliente, con robustos niveles de capital y liquidez. El marco de resolución recomendado por el FSB tras la gran crisis, establece, entre otras cosas, el orden en el que los accionistas y acreedores de un banco en problemas deberían asumir las pérdidas. En particular, las acciones son las primeras en absorber las pérdidas, y solo después de su completo uso se requeriría que la deuda AT 1 sea eliminada. Esta forma de abordarse una resolución ha sido aplicada consistentemente en el pasado y continuará guiando las acciones del SRB y del BCE en momentos de crisis”, expresaron.
¿Cómo ha reaccionado el mercado?
El precio de los CoCos se mide en el porcentaje de su valor nominal: a mayor desconfianza, menos dinero paga el mercado por ellos, independientemente de su valor facial. El miedo se ha reflejado estos días en el mercado secundario. Tomando como ejemplo CoCos de tres entidades españolas, se observa como el lunes la desconfianza hundió el valor de los mismos. Este martes se ha dejado notar el alivio, pero aún quedan lejos los niveles previos al pánico bancario.
El pasado lunes un CoCo del Banco Sabadell valía un 85,2% de su valor nominal. Este martes, ha cerrado en el 89,41%. En el caso del Santander, llegó a caer al 90,78% del valor nominal el lunes, para un día después cerrar en el 93,63%. El CoCo más negociado de BBVA estuvo en el 80,5% para hoy llegar al 86,38%. El nerviosismo ha quedado apaciguado, pero sigue habiendo tensión. Queda, además, la incertidumbre de cómo reaccionará el mercado cuando las entidades intenten volver a emitir estos activos.
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