Año Nuevo chino: cinco elementos jurídicos que marcarán las inversiones
Viviremos un auge del arbitraje como método para solucionar los litigios surgidos entre empresas chinas y occidentales
El Año Nuevo chino, que dio comienzo el 24 de enero, va a estar presidido por el protagonismo de las relaciones entre EE. UU. y China. Esta convivencia entre "Make America Great Again” de Donald Trump junto con el “One Road, One Belt” de Xi Jinping se le denomina Chimérica. En este contexto, la UE deberá establecer el papel que juega. ¿Dónde se va a posicionar en este G2 y qué retos debe afrontar? A continuación, nombramos los cinco factores que definirán las relaciones entre la UE y el gigante asiático.
1. Desinversiones de empresas occidentales en China
Cuando el expresidente chino Hu Jintao acuñó el término “construir una sociedad armoniosa”, se refería a una sociedad regida por el imperio de la ley. Pero la ley en China puede diferir de la idea occidental: no se concibe como un paradigma garantista de derechos y libertades individuales, sino como una herramienta para construir los ideales del socialismo chino. Entre estos objetivos, se encuentra la lucha contra la pobreza y la construcción de la igualdad entre regiones chinas.
Durante los años 2000 a 2010 se han dado fuertes incentivos fiscales y societarios para que las empresas occidentales se instalasen en las regiones costeras de China. Ciudades como Beijing, Shanghái, Guangzhou o Fujian han visto aterrizar a empresas como McDonald’s, SAB, Fujitsu o Suzuki. Estas empresas son las mismas que están desinvirtiendo en China. La mayoría de ellas se marchan habiendo vendido parte de sus acciones a empresas locales en China, y diría que han hecho un sabio ejercicio de adaptación al mercado.
2. Inversiones y desinversiones chinas en empresas europeas con posicionamiento estratégico en tecnología
Aunque la UE es más aperturista en materia de inversión directa extranjera que China, se está planteando establecer una regulación específica que limite la inversión en ciertos sectores clave. La piedra angular de los quebraderos legislativos en Europa es cómo proteger el sector tecnológico. En China, las empresas europeas que quieren instalarse en el país asiático son obligadas a formalizar una joint venture con una empresa china local y, por tanto, hacer una transferencia tecnológica. En este contexto, la UE deberá definir si quiere establecer y si es posible una medida tan fuertemente intervencionista. De lo contrario, deberá establecer un marco regulatorio para proteger nuestra tecnología.
3. Apertura de nuevas Zonas Económicas Especiales: Shanghái cierra y Hainan abre
Así como vemos medidas legales que desincentivan la inversión occidental en zonas que han llegado a un nivel de desarrollo similar a los de occidente, se abren nuevas oportunidades en zonas como Hainan. Las empresas occidentales que quieran entrar en el mercado chino tendrán que estudiarse las 30 nuevas normativas que regulan las ventajas societarias que tendrán las empresas extranjeras que allí se instalen. Dichas normativas incluyen cuatro bloques: constitución de firmas legales extranjeras en joint venture con firmas legales chinas; normativa relativa a la apertura del sistema financiero y la cotización internacional del RMB; normativa sobre el transporte internacional y el comercio exterior; acceso a ayudas públicas para el desarrollo del terreno a través de la construcción de grandes cadenas hoteleras extranjeras.
4. Salida de capitales y prevención de blanqueo de capitales
Otro elemento que la UE tendrá que abordar es cómo aceptar la inversión china. En el gigante asiático, la salida de capital procedente de China está fuertemente regulada. Cada ciudadano chino tiene un límite de cambio de divisas de 50.000 dólares al año. El Ministerio de Comercio chino tiene publicado un listado de inversiones no autorizadas en el extranjero. También nos encontramos con las barreras de la UE en “Prevención de blanqueo de capitales y Financiación del terrorismo”, donde no será aceptada ninguna inversión en la que no quede justificada el origen del dinero. La problemática viene porque el sistema de salidas de capitales vigente en China genera una masa monetaria que, teniendo origen perfectamente lícito a la luz de nuestra legislación, se ve forzada a salir a través de Hong Kong, por estar incluida entre las inversiones prohibidas en el listado de MOFCOM.
5. El arbitraje: CIETAC y otras cortes arbitrales
Por último, viviremos un auge del arbitraje como método para solucionar los litigios surgidos entre empresas chinas y occidentales. En el panorama internacional, tendrá lugar la incorporación de cortes arbitrales chinas como CIETAC y conoceremos una creciente demanda de árbitros ilustrados en cuestiones chinas: idioma, usos empresariales y un largo etcétera.
En conclusión, durante este 2020, el elemento chino se hará más presente en nuestra realidad económica y jurídica. La UE tendrá un papel decisivo para profundizar qué lugar ocupa entre las relaciones de EE. UU. y China, así como hacer conscientes a los legisladores de los pormenores de las inversiones y desinversiones, para que así los juristas tengamos instrucciones claras de cómo proceder al enfrentarnos al “elemento chino transaccional”.
Raquel García-Argudo Mendes, socia del China Desk de ECIJA.