_
_
_
_

Más allá de Marie Kondo: el negocio del orden, un sector en auge en España

En los últimos años han aumentado los organizadores profesionales. La asociación que agrupa a un centenar de ellos lucha para que se vea como un servicio, no como un hobby

Una cocina ordenada.
Una cocina ordenada.onurdongel (Getty Images)
Manme Guerra

Ese armario de táperes que hay que cerrar rápido para que no se caigan todos porque están mal colocados. Ese cajón de calcetines en el que es imposible encontrar dos de color negro del mismo tipo. O esa silla a rebosar de ropa usada que espera a ser metida en el armario o en el cesto de la ropa sucia. Tres escenas cotidianas que se repiten en muchos hogares y que acaban afectando a la salud mental y al bolsillo, según defienden los organizadores profesionales, un sector que aún está dando sus primeros pasos en España.

A él se incorporó hace poco Blanca Formáriz, que era directora general de 2btube, una empresa de marketing digital, cuando decidió dejar su puesto para fundar, junto a su amiga Alexandra Moreira, la firma AB Project. “Alexandra trabajaba en multinacionales del mundo de las finanzas cuando hace un par de años se le ocurrió que se podía hacer negocio del orden, porque ya había visto que funcionaba en otros países como Estados Unidos y Japón. Comenzó ordenando estancias, como cocinas o vestidores, en casas de lujo. Yo estaba buscando montar un negocio y decidimos hacer algo más grande de lo que ya hacía ella”, explica Formáriz. En los últimos seis meses han desarrollado un plan de negocio para tres años, han puesto en marcha su tienda online y han contratado personal, con la convicción de que es un buen momento para lanzar la empresa porque hay “un hueco en el mercado”. “Se pueden contar con los dedos de una mano las empresas que se dedican a ello ahora mismo en España”, asegura.

Cuando Alba Caamaño habla de los pocos más de cien miembros de la Asociación de organizadores profesionales de España (AOPE), que ella preside, usa el femenino, ya que una amplia mayoría son mujeres, que trabajan como autónomas. “Para la junta directiva, que hemos entrado este año, lo más importante es profesionalizar el sector. Nuestra misión es que se vea como un servicio profesional, no como un hobby”, cuenta Caamaño, antes de añadir que hay “una pequeña confusión” entre lo que divulga en redes sociales por gente a la que le gusta dar consejos sobre orden y las personas que se dedican profesionalmente a ello.

Desde la asociación que preside, que echó a andar en 2016, se promueven charlas en las que se inciden en la importancia de tener una estrategia de negocio y en saber cómo se gestiona. A este respecto, es de vital importancia los precios que cobra cada profesional. AOPE recomienda que el mínimo se sitúe entre 30 y 40 euros la hora. “Si queremos vivir de ello, no pueden ser precios muy bajos. Y si los tiramos, hace que el servicio pierda el valor que tiene. Detrás de una organización no solo hay una parte estética, ayudas a que las personas puedan tener una vida mejor. Se optimiza tiempo, recursos, dinero y estabilidad emocional”, defiende.

Precisamente ayudar en el estado emocional de las personas fue lo que llevó a María Zamora a dejar la farmacia en la que trabajaba para ser organizadora profesional. “En 2008 fui a un curso con Marie Kondo a Londres porque me gustaba, para aplicarlo a mi vida. Y vi que había gente que se ganaba la vida así”, pero no fue ahí donde decidió dar el paso. “Fue en el mostrador de la farmacia. Veía que cada vez más gente compraba ansiolíticos y antidepresivos. Me contaban que su casa era un caos, que no les daba tiempo a nada”. Así que se lanzó a hacer de manera profesional lo que ya llevaba a cabo en su vida privada. Ahora, asegura, están acudiendo a ella más empresarios y emprendedores para que les ayude a poner orden en sus negocios.

“Un espacio de trabajo ordenado hace que la persona trabaje más a gusto y que sea más eficaz”, añade Formáriz, quien sostiene que detalles como tener un lugar donde guardar los abrigos o las tazas, y que no se queden en el respaldo de la silla o encima de la mesa, contribuye a que no haya “ruido visual”. Pero el orden en la empresa no se limita al espacio físico, también se aplica al digital. “Tener un sistema claro de carpetas y una determina manera de guardar los archivos hace que no se pierda tiempo buscando”.

Y no solo se gana tiempo, el orden también ayuda a ahorrar dinero, según sostiene Tamara Calvo, secretaria de AOPE. “Un ejemplo puede ser la despensa. Si está bien ordenada, sabes lo que hay en ella y no duplicas comprando un alimento que ya tienes”. Lo mismo opina Patricia Ferrández, que trabajaba como economista antes de dar un giro a su vida y dedicarse al orden. “Gastas menos si sabes lo que tienes”. Las dos coinciden también en señalar que son mayoritariamente mujeres las que contratan sus servicios y en que hay cierta especialización dentro del sector. “Por ejemplo, en preparar la vivienda para la llegada de un bebé”, expone Calvo. Del mismo modo, ambas comentan que la gente no es consciente de las horas que hay detrás de su trabajo, que no es solo llegar a una casa y ponerse a ordenar. “En mi caso, por ejemplo, hago una visita para ver el lugar, preparo el presupuesto y busco el material que voy a necesitar, entre otras cosas”, afirma Ferrández, que cree que los clientes sí que le dan valor ya a la labor que realizan. Ferrández también cuenta que hay clientes que contratan los servicios de una organizadora profesional aconsejados por su psicólogo o psiquiatra, para que les ayude a deshacerse de objetos.

Un momento complicado en muchas familias es cuando toca vaciar una casa tras el fallecimiento de los padres. La muerte del padre de una amiga fue lo que llevó a Astrid Romero, cofundadora de Arquitectura del orden, a acabar dedicándose al negocio del orden. “Su viuda dejaba el chalet familiar para mudarse a un piso más pequeño, por lo que no tenía espacio y dejó muchos objetos atrás. Le pedí a la que es ahora mi socia, María López, que es restauradora, que me ayudara a clasificar los muebles antes de ponerlos a la venta. Hicimos un mercadillo en la casa y fue un éxito bárbaro. Así que el segundo fin de semana pusimos un cartel diciendo que vaciábamos casas. Empezaron a surgir una vivienda tras otras. Y hasta ahora, que hacemos dos o tres mercadillos al mes”. Aunque Romero confiesa que todo comenzó “por casualidad”, desde “el primer día” vio que había una necesidad y, por ende, una oportunidad de negocio.

En lo que coinciden todas las entrevistadas es en alejar ese mito, que se instaló cuando alcanzó la fama Marie Kondo, de que una organizadora profesional entra en la casa de sus clientes para tirar todos los objetos inservibles. Defienden que no es así, que no obligan a nadie a deshacerse de aquello a lo que tienen un especial cariño. Lo que hacen, aseguran, es ayudar a las personas a que gracias al orden no pierdan dinero ni tiempo. Y ya de paso, que no tengan que desafiar a la ley de la gravedad cada vez que saquen o metan una fiambrera del armario


Sobre la firma

Manme Guerra
Redactora de la sección Fortuna, donde escribe de recursos humanos, empresas, sostenibilidad, lujo y estilo de vida. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de la Escuela de Periodismo UAM-El País. Ha trabajado en El País, Vozpópuli, Microsoft News y la revista ¡HOLA! antes de incorporarse a Cinco Días en 2022.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_
_