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La aventura de Jean Sébastien Decaux fuera de la publicidad tiene sello español

Hurlé&Martín ha reformado una confitería centenaria adquirida por el empresario en Italia. El estudio es responsable del diseño de unos 90 restaurantes en España

Detalle de la decoración del local de la Confitería Romanengo en Milán.
Detalle de la decoración del local de la Confitería Romanengo en Milán.
Manme Guerra

Los madrileños, y visitantes, que en los últimos años hayan acudido a algunos de los restaurantes de moda de la capital -esos donde ver, ser visto y dejar constancia en redes sociales-, conocen, aunque quizá no lo saben, el trabajo de Hurlé&Martín. Al frente del estudio, que hasta hace unos meses se llamada Cousi Interiorismo, se encuentran Alba Hurlé y Alicia Martín. Empezaron su andadura juntas hace unos 13 años, y el diseño del madrileño Ten con Ten, poco después, fue el comienzo de una fructífera relación con el sector de la hostelería. No en vano, en España ya hay unos 90 locales de restauración que llevan su sello. Desde hace un par de años, además, están trabajando en proyectos fuera de nuestras fronteras.

Uno de los más recientes a nivel internacional les ha llevado hasta la pastelería más antigua de Italia. Romanengo fue fundada en Génova en 1780 y en 2019 la compró Jean Sébastien Decaux, miembro del consejo supervisor de JCDecaux Holding, que confió en el estudio español “para darle una nueva vida” al negocio, pero sin perder la esencia, como explica Hurlé. El primer encargo fue restaurar el local de la confitería en Génova, que en gran parte estaba protegido por su valor patrimonial. Después llegó el momento de diseñar otro local, divido en tres espacios, en Milán.

De Decaux, que ha ocupado diversos cargos en el gigante publicitario fundado por su padre, destacan las diseñadoras su convencimiento de que la estética aporta valor al negocio, que es el nuevo lema del estudio tras su cambio de nombre. “Después de tantos años y de haber trabajado con muchos empresarios y gente de mucho éxito en el mundo de la hostelería, nos hemos dado cuenta de cómo el diseño ayuda a revalorizar un establecimiento”, afirma Martín. Por su parte, Hurlé añade que “con tener un buen servicio y buena comida puede resistir un restaurante. Pero hacer un buen interiorismo ayuda a crear una experiencia especial al cliente”. Consumidores que, según opinan ambas, quieren pasar más tiempo en el restaurante y volver.

Eso sin contar con la publicidad gratuita que hacen los clientes al establecimiento al publicar contenido en sus redes sociales. Como ocurre, por ejemplo, con los locales que han diseñado para la chef Cristina Oria, que incluso hace sorteos en Instagram entre las mejores fotos que toman los comensales.

Alba Hurlé (sentada) y Alicia Martín.
Alba Hurlé (sentada) y Alicia Martín.

“Pero no solo hacemos sitios bonitos y especiales en los que el público disfruta. También tenemos muy en cuenta la operativa para que el restaurante funcione mejor. Una mala distribución del local, por ejemplo, puede hacer que el negocio pierda parte de su valor”, sostiene Hurlé, que recuerda cómo diferentes grupos de restauración en los últimos años están dando relevancia al diseño.

Con algunos de ellos han trabajado en los últimos años o lo están haciendo ahora. Es el caso del Grupo Sushita, con que el que ya han hecho siete proyectos, o Grupo Larrumba, con el que están inmersas en Pabblo, que se ubica en un edificio de tres plantas junto a la madrileña Torre Picasso.

“Madrid debe estar en el punto de mira de empresarios extranjeros, porque a nosotras todos los proyectos internacionales que nos han llegado han sido por los trabajos que hemos hecho aquí”, relata Martín, antes de comentar que la expansión internacional del estudio no era un objetivo que se hubieran marcado. Fue el llamado boca oreja el que las ha llevado de Miami a Londres pasando por Zúrich o Bahamas. Desde 2022, con la apertura de Anna Greek Restaurant en París, han comenzado lo que definen como “relación especial” con Francia, país de origen de Alicia Hurlé. En poco más de un año han encadenado proyectos en la capital gala, Niza, Biarritz y las Antillas francesas. Además de dos restaurantes, Tamarin y Club Medussa, que se enmarcan en la rehabilitación del antiguo Casino Le Palm Beach en Cannes.

Con tantos proyectos entre manos, uno de los retos a los que se enfrentan es no caer en la repetición y acabar haciendo restaurantes iguales. “Cuando vamos a otros mercados, los clientes nos suelen tener preparada una ruta por varios establecimientos para enseñarnos lo que funciona en el país. Utilizamos los locales no para inspirarnos, sino para conocer lo que hay, para evitar hacer algo que se parezca mucho a lo que ya existe. Intentamos sorprender, pero sin que se pase de moda a los dos años, que a los empresarios no les gusta nada tener que volver a cambiar al poco tiempo”, explica Martín.

Aunque la mayoría de sus proyectos son restaurantes, también han abordado trabajos en hoteles, como es el caso del Silhouette en Biarritz y el Marriot Miraparque en Lisboa. Sin olvidar las viviendas que han diseñado en algunos lugares de ensueño como el Caribe, pero de las que no dan detalles para respetar la privacidad de sus clientes.

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Sobre la firma

Manme Guerra
Redactora de la sección Fortuna, donde escribe de recursos humanos, empresas, sostenibilidad, lujo y estilo de vida. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de la Escuela de Periodismo UAM-El País. Ha trabajado en El País, Vozpópuli, Microsoft News y la revista ¡HOLA! antes de incorporarse a Cinco Días en 2022.

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