Las aseguradoras se suben a la ola de los tipos altos con pólizas al 3%
Los seguros de vida-ahorro permiten acceder tienen algunas ventajas fiscales pero es importante leer bien la letra pequeña
Las compañías de seguros afilan sus productos de inversión. Bajo el formato de pólizas de vida, el sector comercializa una amplia variedad de fórmulas de ahorro que, con las subidas de tipos de interés, ofrecen ahora rentabilidades muy atractivas. En muchos casos superan ya el 3% de rentabilidad anual. Ahora bien, la variedad es tal, las implicaciones fiscales son tan amplias y los esquemas de comisiones tan complejos, que es muy importante leer y entender bien las condiciones de cada seguro.
Los grupos aseguradores que operan en España gestionaban, a finales de junio, un patrimonio en productos de vida-ahorro por valor de 192.534 millones de euros (un 4,3% más que 12 meses antes). Más del doble del dinero que hay en planes de pensiones. De acuerdo con los datos proporcionados por Unespa, la patronal del sector, el 46% de este dinero está en los llamados “seguros de rentas vitalicias y temporales”, unos de los que más han crecido en los últimos años. Otro 24% está en seguros de capitales diferidos, muy utilizados para bonificar a empleados y alta dirección, y un 12% en seguros unit-linked, un tipo de producto que permite poner el dinero en cualquier fondo de inversión (con mayor o menor riesgo), bajo la fórmula de una póliza de vida. Además hay planes de previsión asegurados (PPA), planes individuales de ahorro sistemático (PIAS), seguros individuales de ahorro a largo plazo (sialp)... Una panoplia inversora en la que es fácil perderse.
El único punto que tienen en común es que la inversión se articula a través de un contrato de seguro de vida. En estas pólizas, el cliente paga una cantidad que le cubre ante su posible fallecimiento o incapacidad. Por 200 euros al año, se puede garantizar un capital a los descendientes de 150.000 euros. En las pólizas de vida-ahorro, en cambio, se destina una parte mínima de la aportación a ese tipo de coberturas, y el resto del dinero que se entrega a la aseguradora funciona como un producto puramente financiero: al vencimiento se recupera el dinero más una rentabilidad.
El tirón de las rentas vitalicias
Una de las últimas entidades en renovar su oferta ha sido Mutua Madrileña, cada vez más volcada en productos financieros. La aseguradora acaba de elevar la rentabilidad bruta anual de su seguro de rentas vitalicias hasta el 4,33%. Con este producto, el cliente recibe una renta de forma periódica mensual y con un tipo de interés garantizado hasta su fallecimiento que dependerá de su edad en el momento de la contratación.
El máximo de rentabilidad se ofrece para los clientes de hasta 68 años. Para ahorradores de hasta 75 años de edad, el tipo de interés garantizado es del 3,96% y para los asegurados de hasta 82 años del 3,76%. Mutua Madrileña revisa los tipos de interés aplicados a este seguro de forma semanal, se fijan por tramos de edad y varían en función de la evolución de la deuda pública, en la que invierte el producto. Una vez contratado, el cliente recibirá la rentabilidad anunciada y fijada previamente de forma vitalicia.
El producto, con un nivel de riesgo 2 (en una escala de 1 a 6), se puede contratar con una inversión mínima de 100.000 euros y presenta liquidez total, lo que permite reembolsar el capital a valor de mercado de los activos en los que esté invertida la póliza, cuando el cliente lo desee.
Estos seguros de ahorro presentan una fiscalidad atractiva, que destaca por el alto porcentaje de la renta percibida exento de tributación y que depende de la edad del asegurado en el momento de la contratación. Así, los clientes con menos de 40 años disfrutan de un 60% de la renta exenta de tributación; entre 40 y 49 años, el porcentaje se eleva al 65% y así progresivamente hasta los mayores de 70 años, con el 92%. Las rentas vitalicias tributan en IRPF y se integran en la base imponible del ahorro como rendimiento de capital mobiliario.
Además, quienes vendan su vivienda habitual, un fondo, una licencia de taxi o una segunda residencia, con más de 65 años, para constituir una renta vitalicia, no tendrán que tributar por las plusvalías acumuladas en esos activos.
Además de su producto de rentas, Mutua Madrileña acaba de lanzar un seguro de vida-ahorro con una rentabilidad bruta garantizada del 3,5% el primer año, si bien el rendimiento neto de gastos será del 3%. Por su parte, SantaLucía ha elevado los tipos de interés de su producto MaxiPlan Inversión Depósito Flexible, que garantiza un interés del 2,25% anual que puede alcanzar el 2,75% si se cumplen determinados requisitos de vinculación.
El líder del sector
En el caso de VidaCaixa, líder del sector, la rentabilidad que ofrece en rentas vitalicias ha subido hasta el 3,45%. Un cliente de 60 años que pusiera 100.000 euros podría obtener un ingreso mensual de 330 euros.
La aseguradora del grupo CaixaBank ha acumulado cerca de 700 millones de euros con este tipo de producto. Entre las distintas opciones que ofrece, destaca la comercialización de la Renta Vitalicia Inversión Flexible, un producto que combina la necesidad de obtener un ingresos complementarios con la planificación de la herencia, ya que permite cobrar una renta mensual durante toda la vida a cambio de una aportación única que se invierte en dos carteras con distintas políticas de inversión.
En conjunto, la compañía ha podido aumentar un 30% la distribución de productos de vida-ahorro de todo tipo.
Otra de las fórmulas que más está creciendo es la de los seguros vinculados a activos, donde el que contrata la póliza asume el riesgo de la inversión. Esta tipología, conocida como unit linked, ha aumentado hasta junio un 19% el patrimonio acumulado.
VidaCaixa también ha disparado las ventas (+197%) de su producto Valor Activo Unit Linked, que suma 900 millones de euros. Esta póliza también permite planificar la herencia a la vez que se rentabiliza el patrimonio mediante una inversión basada en la gestión activa. En caso de fallecimiento, el producto asegura la prestación a los herederos durante 10 años.
El plan Ahorro 5
En el extremo opuesto en cuanto al grado de sofisticación, están los seguros individuales de ahorro a largo plazo (sialp), que suelen tener un perfil muy conservador, lo que les acerca a los depósitos bancarios.
La aseguradora líder en este tipo de productos es Nationale Nederlanden que, con su Plan Crecimente Sialp acumula unas ventas de 73 millones de euros (una quinta parte del total). En este producto la aseguradora garantiza la recuperación del 85% del valor más alto alcanzado por la inversión a lo largo de la vida del plan. El cliente puede aportar hasta 5.000 euros por ejercicio fiscal. Si mantiene el dinero cinco años no tendrá que tributar por las plusvalías en la declaración de la renta.
Mapfre, por su parte, mejoró en verano la rentabilidad de su producto Millón Vida 2, hasta un tipo de interés anual efectivo hasta el 2,88% TAE. La inversión se realiza a dos años, y transcurrido este periodo se recibe el capital garantizado en el contrato, con independencia de las posibles evoluciones negativas del mercado.
Se trata así de un producto de ahorro a corto plazo y que puede ser contratado desde los 18 años hasta los 85 años, con una prima única mínima de 3.000 euros.
Además, en caso de fallecimiento, el beneficiario percibe el capital equivalente a la prima capitalizada al tipo de interés técnico del 3,48%. También ofrece la posibilidad de rescate de manera total, transcurrida la primera anualidad, a valor de mercado.
Los productos más de nicho
- Planes de previsión. Los planes de previsión asegurados (PPA) son el equivalente en el mundo de los seguros a los planes de pensiones convencionales. Reale lanzó en mayo un nuevo producto, el Reale PPA Compromiso, con una rentabilidad neta aproximada de un 1,8% anual. La mutualidad PSN revisó la rentabilidad de su PPA, en julio, pasándola del 1% al 2% anual.
- PIAS. Se trata de un seguro de vida-ahorro que está pensado para hacer aportaciones periódicas, con las que se suele crear un dinero para completar la pensión pública, o para cualquier otro cometido. La mayoría de las compañías lo había venido anunciando como una alternativa a PPA y planes de pensiones por la posibilidad de recuperar el dinero en cualquier momento y porque al principio la mayoría de los que se ofrecían estaban garantizados, aunque ahora ya son pocos los que garantizan el total de la inversión.
Mapfre, que lleva varios años muy volcada en el desarrollo de productos financieros (lo que incluye los fondos de inversión y los planes de pensiones), persigue con este producto dar un servicio a aquellos clientes que perciben que su banco no les está ofreciendo un depósito con una retribución acorde con los actuales niveles de los tipos de interés.
Hay que recordar que el verano de 2022, en julio, el precio oficial del dinero que marca el Banco Central Europeo (BCE) estaba aún en el 0%. Mientras que ahora ha escalado hasta el 4,5%. Nunca antes se había producido un incremento tan abrupto, con una pendiente más empinada que el Angrilu.
Ese incremento del tipo de interés de referencia ha empujado las referencias de préstamos interbancarios (el euríbor) y también el rendimiento que ofrecen la deuda soberana, la materia prima de la que se nutren las aseguradoras. El bono español a 10 años ha pasado del 2% al 4% en poco más de un año.
La cara B de los seguro de vida-ahorro tiene que ver con su complejidad y la falta de transparencia en cuanto a los rendimientos y las comisiones. Muchas compañías ofertan una rentabilidad bruta, a la que después hay que aplicarle algunos gastos y comisiones (a menudo, de comercialización) que no está explicitados en la publicidad original.
Occident
Otra de las entidades que acaba de renovar su oferta de productos de vida-ahorro es el grupo Catalana Occidente (que pronto operará bajo la marca Occident). El grupo asegurador ha puesto a disposición de los perfiles más conservadores el nuevo seguro de ahorro Renta Élite y la tercera emisión del seguro Ahorro capital Élite, con una rentabilidad bruta del 3,1% y del 2,80%, respectivamente. El primero es una renta vitalicia, con rentabilidad neta anual aproximada de hasta el 2,55%. Se trata de un seguro de renta a prima única, con una inversión mínima de 6.000 euros.
La parte más positiva de todas estas fórmulas es que, al producto puramente financiero, le incorporan una póliza que cubre al cliente en caso de fallecimiento.
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