Nataliya Taleva (Pictet): “Vemos un cambio positivo en la presión regulatoria del gobierno chino sobre las empresas”
Esta experta apuesta por las oportunidades de inversión generadas tras la reapertura de la economía del gigante asiático, incluso en medio de las tensiones geopolíticas.
Invertir en un mercado tan vasto y complejo como el chino requiere de conocimiento local y mirada global para evitar caer en errores. Nataliya Taleva (Haskovo, Bulgaria, 1984) es gestora de cartera senior de la sociedad de inversión suiza Pictet y destaca que, con cautela, la reapertura del país genera entusiasmo. “Es momento de ser selectivos en China, no es un momento para la inversión pasiva”, asegura convencida Taleva.
El fondo de Pictet enfocado en el gigante asiático, el Total Return Mandarin, busca encontrar los grandes ganadores de la transición china hacia una economía basada en el consumo de alto valor añadido. El equipo invierte en un universo de entre 70 y 120 empresas en China, Hong Kong y Taiwán, entre las que se encuentran la plataforma de comercio Alibaba, la tecnológica TSMC y la financiera AIA. Con un total de activos por 714 millones de dólares (660 millones de euros, al cambio actual), el fondo busca superar posicionarse por encima del MSCI Golden Dragon, el índice de referencia.
¿Ha recobrado el mercado chino la normalidad tras el fin de las restricciones sanitarias?
Hay una recuperación clara, especialmente en las áreas de la nueva economía, compuestas por empresas de tecnología y de consumo. Allí lo importante es encontrar las empresas que están aprovechando la reapertura para mejorar su perfil. Muchas de ellas cuentan con abundante efectivo en sus balances y pueden aumentar los pagos a sus accionistas. Además, en sectores más tradicionales hemos visto que las empresas están prestando más atención a sus accionistas minoritarios, mejorando sus estructuras de incentivos y un aumento de los dividendos.
¿Ven alguna mejora regulatoria a favor de la inversión foránea?
Vemos cambios positivos en este sentido. Como ejemplo, Jack Ma, el fundador de Alibaba, ha regresado a China. La compañía ha anunciado la división en seis segmentos, que pueden salir a Bolsa. Los reguladores lo han permitido. Incluso han reducido multas anteriores. También hemos visto que el Gobierno ha comenzado a aprobar nuevos videojuegos, después de casi dos años sin conceder licencias. Además existe un entorno que busca garantizar la seguridad de los datos con nuevas reglas en ese sentido para las empresas, lo cual es un ejemplo de una regulación cada vez más positiva.
¿Ha logrado China escapar de la inflación que golpea a las grandes economías globales?
No vemos ninguna inflación en China, ha estado extremadamente contenida, lo que deja a las autoridades con muchas herramientas para maniobrar en caso de un cambio económico. Esto posiciona al país en un mejor lugar que el resto del mundo para los inversores. Incluso, en algunos sectores como consumo masivo o alimentos vemos un aumento de la capacidad de producción, lo que ha elevado el inventario e impide un alza en los precios.
¿Las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China no pueden eclipsar esa tranquilidad?
Definitivamente tenemos que ser flexibles. Del lado de China creemos que reina el pragmatismo pero la situación es un poco más complicada del lado estadounidense. Lo que esperamos es que ambas partes entiendan que la cadena de suministro está muy interrelacionada. Por ejemplo, si se observa a las diez mayores empresas de semiconductores de Estados Unidos, del 20 al 60% de sus ingresos provienen de China. Si las compañías buscan diversificar sus cadenas de suministro, hay que tener en cuenta que es un proceso de largo plazo, porque lleva años construir una planta o fábrica en otro lugar.
¿Puede China verse impactada también por las ayudas verdes estadounidense?
Los programas chinos son anteriores a la aprobación de los nuevos subsidios estadounidenses. China ha tenido esta prioridad por un tiempo, y es bastante pragmática en sus políticas, que apuntan a emisiones cero para 2060 porque el país necesita un poco de tiempo extra para hacer la transición. Ya existen, por ejemplo, algunas ayudas directas a los consumidores para la compra de vehículos eléctricos. Sin embargo, la competencia entre las potencias de Occidente puede ser también una oportunidad para Asia y beneficiar a otras empresas locales que podrían realizar inversiones en Estados Unidos.
¿Hay opciones atractivas en China relacionadas con la inversión sostenible?
Uno de los sectores de consumo en los que participamos es el de vehículos eléctricos. China es uno de los mercados más grandes que existen, donde la penetración de este tipo de coches ha aumentado del 6% en 2019 al 30% a finales del año pasado. Ahora es un sector candente en el que hay muchos participantes donde todos quieren una parte del crecimiento. Se ha vuelto más competitivo y hay una búsqueda por ver quién será el ganador.
¿Podríamos llegar a tener un Tesla chino en los próximos años?
No tenemos uno necesariamente en este momento, cada uno parece tener su nicho mientras otros fabricantes están haciendo la transición de un modelo tradicional a uno totalmente eléctrico. En el largo plazo, por ejemplo, miramos con interés Li Auto, con buenos resultados y que supera las expectativas del mercado. Pero en otros sectores sí hay ganadores claros como Taiwán Semiconductor Manufacturing Co Ltd (TSMC), que anunció el último año inversiones por más de 40.000 millones de dólares en innovación.
¿El sector bancario se ha visto impactado por la sacudida financiera de los últimos meses?
Vemos que la crisis bancaria global fue bastante contenida por los gobiernos de Estados Unidos y de Europa. Pero en China esto es diferente porque la política económica es muy flexible, lo que afecta al sector bancario. Por ejemplo, no tenemos la dinámica de que si los tipos de interés suben, los bancos ganan. Al mismo tiempo, la industria se ha visto impactada porque los consumidores han estado pagando su deuda, cancelando sus hipotecas, lo que nos lleva a tener una visión cautelosa del sector. Aun así, algunos bancos cotizan a 0,3 veces de su valor contable, en mínimos históricos, llegando al punto de inflexión.
¿El mercado inmobiliario local ha puesto finalmente fin a los sobresaltos que comenzaron en 2021?
Seguimos muy de cerca el sector porque es una gran variable para la confianza de los consumidores. Notamos que hay una cierta recuperación, pero ha sido bastante leve y ha variado de ciudad en ciudad. Por ejemplo, en urbes más pequeñas, la gente que ya tiene una o dos propiedades ya no está comprando una tercera, como sucedía antes. La superficie vendida ya ha tocado techo, entonces las empresas deben competir por cuota de mercado o consolidarse.
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