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La industria quesera española lucha contra las marcas blancas para dar a conocer sus variedades

El consumo de queso en España crece, pero es aún menos de la mitad de la media europea. Las importaciones, otro enemigo a batir

quesos españa
España cuenta con una enorme variedad quesera: más de 150 tipos y sabores diferentes.

Qué tienen en común los quesucos de Liébana, la torta del Casar y los quesos de la Serena, del Roncal o de L’Alt Urgell y La Cerdanya? Son apenas 5 de las 27 variedades con Denominación de Origen Protegida existentes en España. Porque a pesar de la fama francesa en este terreno, nuestro país cuenta con una de las mayores variedades de quesos del mundo, con más de 150 tipos diferentes.

Aunque, por mucho que un alimento forme parte ancestral de nuestra dieta –y el queso lo es en el 98% de hogares–, es preciso conocerlo más a fondo para valorarlo. Algo que trata de conseguir la Organización Interprofesional Láctea (InLac), que ha encargado a Ipsos un estudio sobre la situación del consumo de queso en España y concluye que el 37% de los encuestados lo ha incrementado en los dos últimos años. Si bien, nuestra media per cápita está en torno a 9 kilos al año mientras que la de la Unión Europea asciende a 21 kilos por persona. Aun así, el sector ha crecido el 6,8% el último año, al pasar de 2.779 millones de euros en 2021 a 2.981,6 millones en 2022.

La pega es que existe aún un 71% de consumidores españoles que, más allá del manchego y el cabrales, desconoce la diversidad de quesos que se elaboran en este país. “Por eso, continuamos trabajando para que se valoren mucho más estos tesoros de la gastronomía nacional”, señala Nuria María Arribas, directora gerente de InLac, “y se conozcan sus cualidades y garantías, frente a las casi 300.000 toneladas de quesos de bajo valor añadido y poco diferenciados que entran anualmente al mercado español, procedentes sobre todo de Alemania y los Países Bajos”.

Un queso cubierto de pimentón.
Un queso cubierto de pimentón.

Esta preferencia “está afectando a los quesos tradicionales españoles, en especial a los elaborados con leche de oveja y cabra”, indica Luis Calabozo, director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil). Además, el sector arrastra la creciente presencia en el mercado de productos de origen vegetal que buscan replicar el queso. “Lo que genera confusión entre los consumidores, ya que, desde el punto de vista nutricional, ambos productos no son equiparables. Enfatizamos la autenticidad de nuestro queso, frente a este producto ultraprocesado que intenta imitarlo”, apunta Calabozo.

Importamos y también exportamos, pues las ventas al exterior se han incrementado un 9,7%, al pasar de las 105.776 toneladas de 2019 a las 117.155 de 2022. De vender en el exterior sabe lo suyo Marco Rodríguez, director general de Quesos El Pastor, que exporta a 89 países. “Las primeras bombas que cayeron en Kiev, en febrero de 2022, volaron por los aires el almacén de nuestro distribuidor en Ucrania; aunque dos semanas después estábamos fletando de nuevo camiones con aquel destino”.

Para el dirigente de esta empresa zamorana de tercera generación familiar, que produce al año 17.500 toneladas de queso, y cuyo volumen de negocio va a alcanzar los 160 millones de euros en 2023, el mercado nacional ha pasado “del tradicional consumo de quesos de vaca y oveja a demandar una gran variedad de combinaciones: con romero, con ajo negro... y hasta rulos de cabra con piña”. Una realidad que, según Rodríguez, “ha dinamizado un mercado que se estaba cayendo. Porque la industria ha de ser creativa a la hora de escuchar al consumidor. Y la española lo es”.

El sector ha crecido el 6,8% el último año, al pasar de 2.779 millones en 2021 a 2.981,6 millones en 2022

Otro productor, Enrique López, director general de Industrias Lácteas Monteverde, predica la educación, tanto del empresario como del consumidor, a la hora de defender la valía de nuestros quesos frente a los simplemente baratos llegados del exterior. “Los primeros, comprended que es necesario informatizar las granjas, robotizar los ordeños... Las empresas del norte de Europa no son micropymes familiares. Y los segundos, fijaos un poco más en las etiquetas y apreciar el valor añadido de los nacionales”.

Si este empresario asturiano demanda algo a la hora de impulsar la industria quesera española, “no son tanto más ayudas económicas públicas, que siempre son bienvenidas, sino menos trabas a la hora de conceder licencias y otras autorizaciones burocráticas”. López lamenta que los permisos para la puesta en marcha de una planta fotovoltaica, solicitados en 2021, le llegasen a finales de 2022. “Podía estar ya pagada”.

Línea de producción.
Línea de producción.

Esteban Alberto, director general de Quesos Maxorata, propone tres herramientas para hacer valer la calidad de los quesos españoles, no solo entre los consumidores españoles, sino del exterior: ­promoción, promoción y promoción. “A mí me gustan las marcas del fabricante”, dice, refiriéndose al auge de las marcas blancas. “Pero hay que saber convivir con ellas en el supermercado. Están para quedarse, y curiosamente, la subida de precio les está afectando más”.

El majorero fue la primera DO de queso de cabra en España y, según Alberto, su sabor peculiar hace que figure en restaurantes con estrella Michelin y esté presente en los cinco continentes.

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