Inversión responsable: del postureo al interés real
Las estrategias ESG han evolucionado del entusiasmo inicial hacia un enfoque más riguroso y selectivo. En España, el 43% de los activos gestionados incluyen en sus decisiones criterios ambientales, sociales y de gobernanza


Este 2025 está dejando una evolución irregular en la inversión sostenible, condicionada por la revisión de las exigencias regulatorias o el impacto del debate político de la Administración de Donald Trump. De hecho, todos los expertos consultados coinciden en que, en el último año, la inversión ESG, que incluye factores ambientales, sociales y de gobernanza, ha experimentado una trayectoria desigual.
“Aunque Europa sigue siendo la región más avanzada gracias a marcos normativos como el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR) y la taxonomía de la UE, la complejidad normativa y las preocupaciones por el greenwashing han frenado su impulso”, observa Lise Borresen, directora del equipo de inversión responsable de DNB AM. Al mismo tiempo, en Estados Unidos, “la presión política y el movimiento contra los criterios ESG han provocado una reducción significativa de las ambiciones”, indica.
En Mutualidad consideran compatible la inversión en defensa con los principios ESG
Ana Guzmán, directora de inversiones y de impacto de Portocolom AV, admite que se ha producido una reducción en los volúmenes de inversión etiquetados como sostenibles a nivel global, en parte como “reacción natural al exceso de optimismo y al greenwashing de años anteriores”. Sin embargo, “más que una contracción real, vemos una depuración natural hacia los inversores y gestores que verdaderamente creen en la sostenibilidad a largo plazo. Es un cambio de cantidad a calidad”.
En cuanto a Claudia Antuña, socia y responsable de sostenibilidad de Afi, ve probable que haya disminuido el interés por este tipo de estrategias; no obstante, “debemos considerar que veníamos de años con una demanda excepcionalmente alta, por lo que cierta normalización era esperable, más aún cuando las estrategias sostenibles siguen evolucionando”.
“El sentimiento de mercado hacia la inversión sostenible es distinto al de hace unos años”, reflexiona Hadewych Kuiper, directora general de Triodos IM, cuando la sostenibilidad estaba en plena tendencia, impulsada en buena parte por retornos atractivos a corto plazo. “Hoy, los inversores más cortoplacistas aprovechan los buenos resultados que da el sector de los combustibles fósiles y la industria armamentística. Sin embargo, los inversores con un horizonte a largo plazo reconocen que las inversiones sostenibles son la mejor apuesta en términos de riesgo-retorno, ya que son menos vulnerables a los riesgos climáticos y a otros shocks externos”, asegura.
En Portocolom notan “una depuración natural” hacia quienes creen en sostenibilidad a largo plazo
En opinión de Lloyd McAllister, responsable de inversión sostenible de Carmignac, “lo que está cambiando es el fin de los enfoques ESG superficiales e impulsados por el marketing, centrados en marcar casillas o en la exclusión, en lugar de en el fondo. Pero eso no es lo que caracteriza a la inversión sostenible moderna. Nuestro enfoque sigue siendo el mismo: reconocer que las cuestiones ESG tienen un impacto en el mundo y, a su vez, afectan a los flujos de caja y las valoraciones de las empresas”. “En lugar de pasar de moda, la inversión ESG está evolucionando y madurando”, afirma.
Otra visión es la de Alberto Gómez-Reimo, responsable de inversión sostenible de BBVA AM, quien destaca que en Europa la narrativa ha cambiado: “La sostenibilidad sigue siendo el objetivo, pero la competitividad se ha convertido en un aspecto crucial. Tras años de intenso desarrollo normativo y ante la presión por la competitividad y el nuevo entorno geopolítico se ha lanzado un nuevo plan que pretende reducir la carga administrativa y dar un respiro a las empresas en un entorno económico complejo”.
En Mutuactivos perciben barreras que frenan un mayor impulso en la demanda de particulares
Lo cierto es que en nuestro país este tipo de inversión ha crecido notablemente, si bien a nivel europeo ese porcentaje es todavía mayor, alcanzando un 60% de los activos. En concreto, el estudio La inversión sostenible y responsable en España 2025, concluye que “el 43% de los activos gestionados en el país ya incluyen criterios ESG, sumando 238.244 millones de euros a cierre de 2024. La implicación y el voto se consolidan como herramientas clave para esta gestión, con foco en clima, biodiversidad, derechos laborales e igualdad de género”, resalta Pablo Esteban, subdirector general de Spainsif, Foro Español de Inversión y Finanzas Sostenibles.
Si analizamos los datos del estudio de Spainsif, se observa que “hay una elevada proporción de inversiones más básicas (en torno al 90% del total) que ponen el foco en la integración de los factores ESG y tienen un enfoque en los riesgos u oportunidades de la sostenibilidad frente a las inversiones avanzadas, que además añaden la medición del desempeño ESG de las empresas o activos en los que invierten y una mayor restricción del universo de activos invertibles”, añade Esteban.
Asimismo, Sergio Ortega, editor de contenidos de VDOS Stochastics, en España, observa que “los fondos ESG han subido en su conjunto, tanto por aportaciones netas como por rentabilidad, si bien es cierto que este crecimiento ha sido ligeramente inferior al que han experimentado los fondos no ESG”, según el informe de VDOS sobre este tipo de estrategias a cierre del primer semestre.
Desde Carmignac mencionan la conducción automatizada y la exploración espacial
En renta fija, comenta Inma Conde, responsable de ESG de Mediolanum International Funds (MIFL), “el impulso es especialmente fuerte, con un aumento de las emisiones de bonos sostenibles del 14% en 2024 hasta alcanzar los 24 000 millones de euros, superando la tasa de crecimiento mundial del 2%. Los bonos verdes dominan el mercado en España, ya que representan el 75% de las emisiones sostenibles y señalan un sólido progreso en la financiación relacionada con el clima”.
Por su parte, Anne-Laure Tremblay, directora de sostenibilidad de Mutuactivos, aclara que la demanda de fondos que incorporan criterios ESG está impulsada, principalmente, por los inversores institucionales.” La demanda por parte de particulares también ha crecido notablemente en los últimos años, aunque en este caso percibimos que existen barreras que frenan un mayor impulso. Entre otras, citaríamos una falta de democratización de los términos relacionados con la sostenibilidad y la percepción de que la inversión responsable es sinónimo de menor rentabilidad”.
A Juan Pablo Hernández de la Merced, director del área de sostenibilidad de CaixaBank AM, también le gusta diferenciar “entre inversor institucional, que en nuestra opinión es el que siempre ha demostrado apetito y que en la actualidad lo mantiene, y el inversor minorista, que realmente nunca ha manifestado un gran interés por estas estrategias”. Desde su punto de vista, “nos corresponde a nosotros, gestoras y distribuidores, el informar y educar al cliente de lo que realmente consiste la inversión responsable y los beneficios que conlleva. Si somos capaces de hacerlo creo que despertaremos el apetito de los inversores”.
El potencial de la transición energética y otras temáticas de futuro
La transición energética será estratégica en los próximos años. Pero este proceso “debe abordarse desde una perspectiva global, que incluya la identificación de nuevas fuentes de energía renovable, el uso de nuevas materias primas, la modernización de las redes de distribución y procesos de producción actuales, y el desarrollo de infraestructuras y modelos sostenibles adaptados al contexto actual”, resume Claudia Antuña, socia y responsable de sostenibilidad de Afi.
Alberto Gómez-Reimo, responsable de inversión sostenible de BBVA AM, también cree que se está incrementando el interés y, por tanto, potencial futuro de temáticas como capital natural y transición energética, “siendo esta última una de las categorías definidas en las recomendaciones de denominación de productos sostenibles de ESMA [Autoridad Europea de Valores y Mercados, por sus siglas en inglés], en la norma de clasificación de productos sostenibles de Reino Unido y potencialmente en la revisión de la normativa de la UE, indicando todo ello la importancia de la canalización de actividades de inversión de transición en vehículos especializados”.
Según la visión de Lorenzo González, responsable de Iberia en DNB AM, ámbitos como infraestructuras, ecomovilidad y energías limpias cuentan con un viento de cola significativo. “Estas áreas no solo son esenciales para materializar la transición energética, sino que también representan oportunidades de inversión con gran potencial de crecimiento”. “Vemos un importante potencial en las estrategias de soluciones climáticas y naturales, en particular los bonos verdes, que suelen ofrecer un rendimiento comparable al de los bonos convencionales”, añade Jane Wadia, responsable de sostenibilidad, producto y clientes core de Axa IM (parte del grupo BNP Paribas).
Desde una perspectiva más futurista, “la conducción automatizada y la exploración espacial también han sido temas interesantes para nosotros como empresa de inversión, ya que ambos deberían contribuir a afrontar los retos de la escasez de recursos”, comenta Lloyd McAllister, responsable de inversión sostenible de Carmignac.
Por su parte, Natalia Fraile, gestora de inversiones financieras de Mutualidad, cree que está ganando relevancia la industria de defensa. “Desde la óptica de seguridad, bienestar y desarrollo económico, entendemos que defensa podría convertirse en uno de los sectores con mayor potencial a futuro, especialmente si se orienta hacia tecnologías responsables, innovación y empleo cualificado. Este enfoque permite compatibilizar la inversión en defensa con los principios ASG, siempre que se prioricen estándares éticos, transparencia y prácticas sostenibles”.
Nuevos lanzamientos, a cuentagotas
Fondos y ETF. Las revisiones regulatorias en proceso han ralentizado el lanzamiento de nuevos fondos ESG en el último año. Sin embargo, hay gestoras que sí han presentado nuevas estrategias. Por ejemplo, Mediolanum International Funds que ha ampliado su oferta de productos con dos nuevos fondos: MBB World Innovative Leaders y MBB Morgan Stanley Global Selection, ambos clasificados como artículo 8 según el reglamento europeo SFDR.
Emergentes e impacto. En el primer trimestre de 2025 desde Axa IM se lanzó un ETF ESG centrado en el crédito de los mercados emergentes y, a principios de noviembre, un fondo de impacto de renta fija con un objetivo de inversión financiera y otro de descarbonización, que permitirá al fondo alcanzar las cero emisiones netas en 2050.
Compromiso. Hace algo más de un año se lanzó CaixaBank Bolsa Improvers, un fondo de renta variable que invierte en aquellas empresas que muestran un claro compromiso en facilitar y favorecer la transición a alternativas que mejoren aspectos medioambientales y/o sociales relevantes.
Salud. En 2024 apareció en el mercado Mutuafondo Salud, FI (clasificado como fondo artículo 8), un vehículo de renta variable internacional centrado en compañías del sector salud y gestionado con criterios éticos conforme a la doctrina social de la Iglesia Católica.
Reducción de comisiones. En los últimos meses Vanguard ha reducido las comisiones de varios de sus fondos cotizados más importantes, incluidos dos sostenibles: FTSE ESG Emerging Markets All Cap Ucits ETF, de renta variable, y Vanguard ESG EUR Corporate Bond Ucits ETF, de renta fija.

