CaixaBank sustituye a BlackRock como su asesor en fondos de impacto en pleno repliegue de la inversión sostenible
El banco se apoyará ahora en la firma inglesa Schroders para el asesoramiento en estos productos que buscan objetivos extra financieros


CaixaBank ha decidido prescindir de los servicios del gigante estadounidense BlackRock como asesor en sus fondos de inversión de impacto, aquellos vehículos que persiguen —además de una rentabilidad económica— tener un impacto social o medioambiental medible. Se trata de una cartera que administra activos por valor de 1.260 millones de euros. La firma británica Schroders sustituirá a la gestora norteamericana.
El cambio de asesor se produce en el marco de las revisiones periódicas y de seguimiento de los mandatos de CaixaBank Asset Management, la filial de fondos del banco catalán, líder en España, con un volumen de activos gestionados de casi 100.000 millones de euros. Desde la entidad apuntan a que “la alternancia cíclica de asesores revertirá en un beneficio para el cliente al contribuir a mantener unos altos estándares de servicio“. También señalan que Schroders ”es un referente mundial en la inversión de impacto“ y que el compromiso de banco con inversión sostenible sigue intacto.
La gama de fondos de impacto es un pilar estratégico dentro de la oferta de CaixaBank. De hecho, esta revisión del asesor afecta tanto a fondos de inversión de CaixaBank AM como a planes de pensiones de VidaCaixa que tienen este enfoque. Este tipo de productos son la punta de lanza de la inversión sostenible
Los acuerdos de asesoramiento son cada vez más habituales en la industria. El vehículo de inversión —ya sea un fondo de inversión o un plan de pensiones— lo lanza la gestora nacional (casi siempre bancaria) y luego delega el asesoramiento del producto en un tercero. CaixaBank ha firmado acuerdos de asesoramiento para sus estrategias alternativas o para su gama Master, donde fichó a cinco firmas extranjeras.
Los dueños de fondos o planes de impacto de CaixaBank no notarán ninguna diferencia por la sustitución de BlackRock por Schroders, ni en las comisiones de gestión, ni en la estructura de costes. Y la gestora norteamericana seguirá colaborando con el banco español para otros proyectos, como en la alianza para la atención a los clientes de banca privada.
Leonardo Fernández, director general de Schroders para Iberia, explica que confían “profundamente en el alcance de esta asociación estratégica con CaixaBank” y recuerda que “como gestores especializados en sostenibilidad, tenemos un doble objetivo financiero y de impacto que trasladaremos a este mandato”.
El repliegue de la inversión sostenible
Aunque desde CaixaBank se subraya que la sustitución de BlackRock por Schroders es parte del proceso normal de revisión de los acuerdos de asesoramiento, lo cierto es que prácticamente no ha habido ningún cambio en estas alianzas desde que el banco español empezó a utilizar esta fórmula.
Lo que sí que es evidente es que la relación de BlackRock y del resto de gestoras estadounidenses con la inversión sostenible y de impacto es cada vez más complicada, debido a la furibunda campaña contra este tipo de estrategias con enfoque extra financiero que llevan años desplegando los miembros del partido Republicano. Una cruzada que ahora se ha exacerbado con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
El propio consejero delegado de BlackRock, Larry Fink, ha reconocido que dejaron de utilizar el término ESG (que se refiere a la inversión con criterios medioambientales, sociales y de gobernanza) “porque el término se había politizado en exceso”. Trump y los suyos lo han asimilado a las ideologías progresistas y han tratado de combatirlo por todos los medios, desde los tribunales a la nueva Administración.
La lucha contra todo lo que huela a inversión sostenible ha llegado al extremo de que gestoras como BlackRock o Vanguard —que en conjunto gestionan más de 20 billones de euros— tuvieron que cancelar algunas reuniones con directivos de empresas cotizadas en las que invierten, ante el temor de que el supervisor de los mercados financieros de Estados Unidos (la SEC) les acusara de estar fomentando una agenda verde.
El máximo responsable de una gestora europea que opera en España considera que el repliegue que están teniendo las gestoras norteamericanas en el ámbito de la inversión sostenible “puede ser una buena oportunidad para las firmas europeas, que cada vez están más especializadas en este tipo de inversiones”.
La animadversión de la Administración Trump hacia todo lo relacionado con las políticas medioambientales o de lucha contra la desigualdad ha llegado al punto de prohibir a sus embajadas que contraten ningún servicio o suministro con empresas que lleven a cabo este tipo de acciones. Lo absurdo es que, en la mayoría de los países europeos, estas medidas de fomento de la diversidad son obligatorias por ley.
La lucha de la derecha estadounidense contra la inversión ESG ha llevado a algunas compañías a silenciar sus políticas medioambientales, para que no ser atacadas por la Administración.
Sobre la firma
