1.600 fondos de inversión deberán quitarse la etiqueta de ‘sostenible’ para cumplir con la nueva guía contra el ecopostureo
Un informe de Morningstar aprecia que el 37% de los productos que se dicen verdes no cumple con las nuevas directrices
¿Puede haber un fondo que se vende como sostenible y que invierte en compañías petroleras? ¿Qué sentido tiene que un vehículo de inversión con etiqueta verde tenga en cartera a empresas muy contaminantes? Este tipo de prácticas, denominadas en la jerga como greenwahsing o ecopostureo, cada vez están más extendidas. Los supervisores financieros europeos quieren acabar con la utilización espúrea de este tipo de calificativos y se están publicando guías de buenas prácticas que afectarán directamente a las gestoras de activos. De acuerdo con un informe elaborado por la consultora Mornginstar, hay más de 1.600 fondos que no cumplen con las nuevas directrices. Son el 37% de todos los que dicen perseguir fines medioambientales, sociales o de buen gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés).
La salida que tienen los administradores de estos vehículos es, bien retirar la calificación ESG, bien modificar la cartera de inversiones para cumplir con los nuevos criterios. Ya en 2022 se produjeron reclasificaciones masivas de productos de inversión, que se habían encuadrado en las categorías sostenibles. Y la ESMA, el supervisor europeo de los mercados financieros, empezó a fijar unos criterios más estrictos.
El último informe para combatir el greenwashing se publicó el 14 de mayo, por parte de la triada de supervisores financieros de la Unión Europea (la Autoridad Bancaria Europea, Eiopa -que monitoriza el sector asegurador- y ESMA). Los tres consideran que hay que dar una respuesta común al intento de utilización de las etiquetas de inversión sostenible como mero gancho comercial, desprovisto de un contenido real.
Los expertos de Morningstar han analizado la implicación de las directrices contra el ecopostureo en las gestoras de fondos. Hortense Bioy, autora del informe, explica que “puede resultar tentador suponer que la gran remodelación que se avecina significa que muchos fondos ESG pueden haber estado haciendo ‘greenwashing’. Pero la realidad es que hasta ahora no había normas, y se trata de un ámbito complejo”.
El estudio calcula que hay 4.300 fondos de inversión que llevan en su nombre algún tipo de referencia a una inversión verde, sostenible o similar. Con la nueva normativa, habrá algunas compañías que directamente no podrán estar en este tipo de vehículos de inversión, como compañías de energías no renovables, de industrias contaminantes, de Defensa. Pues bien, 1.600 de los productos analizados tienen en cartera alguna de las cotizadas que van a ser excluidas de los fondos ESG. La firma de análisis calcula que el volumen de desinversiones que puede provocar este nuevo marco normativo superará los 35.000 millones de euros.
¿Petroleras en fondos ecológicos?
¿Qué tipo de empresas con un perfil poco sostenible se encuentran más representadas en las carteras de fondos con etiqueta verde? Según Morningstar, la petrolera francesa TotalEnergies o la británica Shell, son algunos de los nombres más repetidos. También la china Tencent Holding, presente en el sector del comercio electrónico, las redes sociales y los videojuegos. Bioy, de Mornigstar, recuerda que “al interpretar las normas de exclusión sobre cuestiones de transición energética, los directivos decidirán hasta dónde quieren llegar en las cadenas de valor de las empresas y evaluarán las implicaciones de inversión relacionadas”.
Pero, ¿cómo es posible que haya fondos que se dicen sostenibles que tienen petroleras en cartera? La respuesta la tiene el viceconsejero delegado del fondo soberano de Noruega, que lleva años implementando políticas ESG. Trond Grande explicaba en esta entrevista que vender de golpe todas las inversiones en empresas petroleras “puede ser contraproducente, porque alguien comprará esas acciones en el mercado y probablemente sea alguien que no tiene inquietudes medioambientales”. A su juicio, es mejor mantenerse en el capital y empujar a los gestores a ir moviéndose hacia energías renovables.
Los expertos de Morningstar consideran que debido a la naturaleza estricta de las exclusiones que se van a introducir, muchos fondos acabarán eliminando las referencias a la “sostenibilidad” y derivados en su nombre. Algunos se reposicionarán como fondos de transición, a los que se aplican las exclusiones menos restrictivas. Eso sí, tendrán que demostrar una trayectoria de transición clara y mensurable.
En el mejor de los casos, sólo el 56% de los fondos con el término específico “sostenible” en sus nombres podrían mantener el término si el umbral mínimo para una asignación “significativa” a inversiones sostenibles se fija en el 30%, como parece que va a ser. El 44% restante tendría que aumentar su asignación a inversiones sostenibles, modificar su metodología de inversión sostenible o cambiar de marca.
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