Cuidados innovadores, hogares inteligentes y asesoría financiera: la vejez es un negocio con mucho futuro
El 20% de los españoles tiene más de 65 años y se espera que sean el 30% en 2050. La Comisión Europea estima que la silver economy superará los 5,7 billones de euros en 2025
España empezó en el siglo XXI siendo uno de los países más jóvenes gracias al baby boom y al fenómeno migratorio, pero llegará al 2050 siendo uno de los más envejecidos”, destaca el Libro Blanco de la Silver Economy 2024. Actualmente, el 20,15% de la población española tiene más de 65 años, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), pero se estima que este porcentaje ascenderá al 30% en 2050.
La caída de la natalidad y la mayor longevidad plantean desafíos importantes para las pensiones, la sostenibilidad del sistema financiero público y del sector salud ante la mayor necesidad de atención médica y servicios sociales que requieren un aumento del gasto público. Sin embargo, también representan un sinfín de oportunidades. José de Juan, director general de Silver Economy Group y presidente de la Asociación Española de la Silver Economy, define la economía plateada como la que se genera en torno a los mayores de 54 años: “Este segmento, que actualmente representa el 35% de la población española, se espera que sea del 40% en 2030″.
Se trata de un grupo demográfico muy amplio y heterogéneo, con necesidades distintas en cada tramo de edad. Esta es la clave del gran atractivo de este sector, gracias a las infinitas novedades en término de servicios y productos que empresas e instituciones pueden atender. De hecho, un informe de la Comisión Europea, calcula que este nicho de mercado en la Unión superará los 5,7 billones de euros en 2025. “Esto, para las pymes, es una enorme oportunidad”, asevera De Juan.
Dentro de esta economía, los cuidados quizás representen el negocio con más peso y el más desarrollado. No obstante, De Juan plantea la necesidad de superar el concepto tradicional en torno a este sector: es decir, pasar de una mera atención asistencial a una preventiva. “Por ejemplo, fomentando el envejecimiento activo a través de tecnologías, de aplicaciones, de terapias para su retraso”, resume.
Fue justo bajo esta premisa que en 2020 surgió Senniors, una empresa centrada en el cuidado de personas mayores y dependientes. Claudia Gómez Estefan, CEO de la firma, explica que ella y su socio se dieron cuenta de que cada vez se vive más, pero con una calidad de vida insuficiente. “Ofrecemos servicios integrales, valoraciones psicosociales de las personas para atenderlas desde el punto de vista cognitivo, físico, emocional y relacional, y desarrollamos un plan de cuidados personalizado”, detalla.
Asimismo, la compañía ofrece servicios a domicilio, con cuidadores, fisioterapeutas, y cada especialista que se necesite. Senniors, presente en toda España en ciudades de más de 60.000 habitantes, trabaja tanto con el consumidor final como con hospitales, clínicas, residencias y Administraciones públicas.
Los cuidados tradicionales también se complementan con la tecnología. Gómez explica que, a través de herramientas no invasivas, como sensores o aplicaciones, pueden monitorear en cada momento el estado físico de una persona y tener un historial completo de sus condiciones, que pueden compartir con el personal médico. El aumento de la demanda de sus servicios ha impulsado el crecimiento de la firma, que cuenta ya con 140 empleados y con una facturación de 15 millones de euros, a cierre de 2023.
El seguimiento y la monitorización no intrusiva de la salud física y psicológica de los mayores representa una herramienta valiosa para garantizar su bienestar y una atención médica adecuada, y es un aliado indispensable para los cuidados. Iñaki Bartolomé lo tuvo claro ya en 2011, cuando fundó Ideable, una empresa desarrolladora de software, con la idea de crear tecnologías para colectivos que no tenían acceso a ellas, como los ancianos. “Al principio el mercado era muy reticente a utilizarlas con los mayores. Durante mucho tiempo estuvimos testeando las tecnologías en proyectos de investigación a nivel nacional e internacional”, confiesa.
Pero el punto de inflexión llegó con la pandemia, cuando el teletrabajo y la limitación de las reuniones sociales dejaron patente la necesidad de una mayor conectividad para los mayores, así como de la importancia de la prevención. A través de Kwido, la división de su negocio dedicado a los séniors, vende tecnología propia a empresas y a instituciones públicas. Entre las herramientas que comercializan destacan unos sensores para el domicilio, que pueden registrar el día a día de la persona mayor y lanzar alertas básicas, por ejemplo, si no ha abierto la nevera en todo el día o si no se ha detectado ningún movimiento durante horas. “Utilizamos la inteligencia artificial (IA) para registrar cambios significativos en el comportamiento de la persona y para poder actuar lo antes posible”, aclara.
Pero no solo sensores: también han desarrollado una herramienta con juegos y ejercicios de estimulación cognitiva, que se puede usar en 12 idiomas diferentes, y aplicaciones pensadas para la teleasistencia y para hacer videollamadas, con el objetivo de combatir la soledad de los mayores, también en zonas rurales. “En definitiva, ayudamos a la transformación digital del cuidado”, explica Bartolomé. Ideable, que cuenta con 30 empleados y cerró 2023 con una facturación de 1,5 millones de euros, trabaja en España, Italia, Polonia y en varios países de Latinoamérica. “Es un mercado muy incipiente, donde hay mucho por hacer”, advierte.
Calidad de vida y longevidad
España no es el único país envejecido. La ONU prevé que los mayores de 65 años aumenten desde el 10% de 2022 hasta el 16% en 2050. En la UE, hace dos años el 21,1% de la población superaba esa edad, según los datos de Eurostat. Sin embargo, se estima que este colectivo ascenderá al 31,3% en 2100. La esperanza de vida sigue aumentando: en España es de 84 años, tres más que el promedio de la OCDE.
La mayor longevidad trae consigo nuevos negocios. Este colectivo, de hecho, ha cambiado mucho en las últimas décadas. “No tiene nada que ver ser mayor ahora con serlo en los años noventa o antes”, asegura José de Juan. Anna Casanovas, cofundadora de Bienestar Senior, una tienda online que ofrece una amplia gama de productos para los mayores, ha vivido personalmente este cambio de tendencia en su negocio. “Antes los productos más buscados eran de primera necesidad: camas, sillas de baño o aparatos para moverse. Ahora son accesorios para el ocio, el bienestar, la tecnología”, afirma.
Su empresa nació en 1993, con el objetivo de vender todo lo necesario para adaptar los hogares de los mayores. En pocos años abrieron las primeras Tiendas del Abuelo: “Estaban planteadas como una vivienda, con cocina, baño, dormitorio y espacio de ocio, con un diseño novedoso y un concepto que no se había visto”, recuerda. Una especie de Ikea de la tercera edad. La empresa llegó a tener 45 establecimientos entre España y Portugal y a facturar hasta cuatro millones de euros. Pero la necesidad de llegar a más hogares cambió en 2014 el concepto de la firma, que se convirtió en una tienda online que provee productos y servicios a particulares, a comercios como ópticas, farmacias, a residencias y a profesionales.
Más allá de los cuidados y del ocio, otro factor importante es la planificación financiera. La jubilación trae el reto de cómo administrar las finanzas personales de manera eficaz, en un equilibrio entre ahorro e inversión. Y el colectivo de la tercera edad es el más vulnerable en este sentido. Este nicho de mercado lo ha sabido aprovechar Óptima Mayores, empresa especializada en hipoteca inversa. “La fundamos con el objetivo de cubrir una necesidad: complementar las pensiones públicas con el ahorro que ya existía, que era la vivienda”, explica Ángel Cominges, presidente de la compañía. La firma opera como intermediario y asesor independiente, que ayuda al cliente antes de la contratación.
Detalla que funciona como un préstamo, pensado para mayores de 65 años, propietarios de una vivienda, que quieran o necesiten convertir su patrimonio inmobiliario en liquidez. Es el banco quien paga al dueño de la casa, que mantiene la propiedad y recibe una renta mensual vitalicia o un pago único, dependiendo de lo que escoja. Tras la muerte, la deuda pasa a los herederos, que decidirán si devolverla con los intereses o si renuncian a la propiedad. “En los últimos 18 meses colocamos 130 millones de euros”, calcula.
En estos años, la firma ha asesorado a más de 40.000 personas, aunque todavía tiene recorrido, especialmente en un país donde ocho de cada 10 mayores son propietarios de su vivienda. “Nuestro espejo es Reino Unido, ya que tenemos el mismo mercado potencial. El año pasado registraron 50.000 hipotecas inversas y nosotros, que tenemos el 90% de cuota de mercado, 450. La diferencia es que allí hay 14 entidades que las comercializan. España todavía no”, indica. “Este instrumento es clave para que los mayores puedan vivir más holgadamente y acceder a los productos de la silver economy”, concluye.
Un colectivo con más recursos
Poder adquisitivo. El Libro blanco de la silver economy pone de relieve que esta generación tiene el mayor poder adquisitivo del país, con un 12% más de riqueza respecto al resto. El IV Barómetro del consumidor sénior de la Fundación Mapfre desvela que el 49% de este colectivo es ahorrador, aunque en los últimos tres años se ha observado un descenso de este porcentaje, pues en 2020 era un 56%.
Gasto. Un estudio elaborado por Oxford Economics con la Universidad de Salamanca sostiene que el gasto doméstico de los mayores de 50 años contribuyó en 2019 en un 26% al PIB español, un 28% más que la actividad media generada por el colectivo de entre 25 y 49 años, explican en el libro blanco. Las principales partidas de gasto son alimentos y bebidas no alcohólicas, y vivienda, agua, energía y suministros básicos, según el informe de Mapfre.
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