La ‘silver economy’, una gran oportunidad para las empresas
Envases adaptados a hogares unipersonales o servicios para empleados con padres mayores son algunas de las nuevas necesidades
La sociedad española se enfrenta a un reto demográfico que lo va a cambiar todo. Mientras esta semana El País informaba de la caída de 147.000 alumnos en educación primaria, el número de personas mayores de 55 años no para de crecer. Actualmente, supera el 33% de la población, y llegará casi al 40% en 2030, alcanzando los 18 millones de personas, 3 millones más que en la actualidad.
Pero no es solo un tema de número. El perfil sociodemográfico de las personas mayores, la experiencia vital de ser mayor, ha cambiado tanto en las últimas décadas que podemos decir que en muchos aspectos un sénior de 2022 tiene más en común con sus nietos (con quienes comparte muchos valores, cultura, tecnología, etc.) que con sus padres. Tanto empresas como instituciones se enfrentan, por tanto, a nuevos retos como consecuencia de esta mayor longevidad, lo que obliga a prepararse, planificar y actuar ya.
En la segunda edición del informe de tendencias Los sénior en España, recogemos las principales líneas y retos que definen lo que está por venir, y quisiera compartir unas paradojas que perduran, pero que poco a poco van cambiando y que merece la pena tener en cuenta.
Primera paradoja: siendo una sociedad más longeva, se produce el mayor rejuvenecimiento social y actitudinal de la historia de la humanidad, porque la edad ya no es necesariamente lo que nos define. Este es un aspecto muy importante a ser considerado por todas aquellas empresas e instituciones que quieran aproximarse a este colectivo. Fuera clichés.
Segunda paradoja: el edadismo. La publicidad y los medios de comunicación han contribuido a la imagen distorsionada que socialmente se tiene de la edad, especialmente cuando lo que más se valora es la juventud eterna. Sin embargo, cada vez se percibe una mayor presencia en medios de temas relacionados con las personas mayores que invitan a la reflexión, más allá del debate sobre la sostenibilidad de las pensiones o el impacto que el Covid tuvo entre los mayores.
Tercera paradoja: siendo el conocimiento y experiencia recursos escasos y caros, se desechan. La sociedad no puede permitirse desperdiciar el valor de la experiencia, el conocimiento y el talento adquirido. Cada vez se suman más iniciativas que destacan el talento sénior, desarrollando propuestas de valor para unos equipos que cada vez tendrán mayor edad media y a los que hay que comprometer y motivar.
Cuarta paradoja: queremos vivir la vida a toda velocidad y a la vez retrasar las etapas típicas del proceso vital. Al mismo tiempo, aumentan los testimonios e iniciativas que reivindican el paso natural del tiempo: mostrar arrugas y canas o hacer actividades que solo parecen posibles si eres joven. El único límite es lo que nuestro cuerpo nos permita hacer. E incluso en ese sentido están produciéndose unos avances increíbles.
Quinta paradoja: la irrupción de la silver economy en España. Durante este último año se han multiplicado las noticias e iniciativas sobre este nuevo sector, que recoge el valor que generan los sénior y que apoya el desarrollo de nuevas soluciones para el envejecimiento de la población. Se abren campos de innovación y crecimiento económico.
Ante esta demanda creciente y de calidad de productos y servicios por parte de los sénior, se plantean una serie de retos tanto para empresas como para instituciones.
Para las empresas, es clave hacer una reflexión sobre cómo desarrollar una propuesta de valor específica para este segmento que ya es tan importante (y más que lo va a ser). Y afecta a casi todos los sectores, pero especialmente a los de alimentación, salud, finanzas, seguros, tecnología, moda, movilidad, vivienda, cultura, ocio y viajes.
A modo de ejemplo, transformar el formato y tamaño de envases para adaptarse también a los hogares unipersonales; etiquetar los productos adecuándose a los sénior; facilitar servicios para empleados con padres mayores; desarrollar nuevos productos de seguros acordes con otras necesidades como caídas o dependencia; promover el diseño de la ropa de forma más acorde con la evolución del cuerpo; ofrecer nuevas fórmulas de vivienda, como el coliving o el cohousing, así como mejorar la accesibilidad física y cognitiva a los espacios culturales: son algunas de las principales conclusiones.
En el caso de las instituciones, si bien desde hace muchos años han ido desarrollando una excelente labor de atención y cuidado de las personas mayores dependientes, solo recientemente se ha empezado a pensar también en las personas mayores independientes y a poner el foco en la atención centrada en la persona. En este sentido, promover el envejecimiento activo y saludable, buscar alternativas para evitar o paliar la soledad no deseada y hacer las ciudades más amigables para las personas mayores son los grandes retos a los que se enfrentan las instituciones.
Podríamos concluir que el desarrollo de nuevos productos y servicios más adaptados, la atención y una propuesta de valor personalizadas son las principales demandas de los sénior para empresas e instituciones.
José de Juan Saboya es director general de Silver Economy Group y presidente de la Asociación Española de la Silver Economy