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Renfe exigirá una a una todas las sanciones a Talgo ante la expectativa de la batalla judicial por los trenes Avril

Las penalizaciones por el lucro cesante y las incidencias en los primeros meses de operaciones irán detrás de la reclamación principal de 116 millones por la demora en las entregas

Una de las unidades Avril de Renfe en la estación de Ourense.
Una de las unidades Avril de Renfe en la estación de Ourense.FOTO: RENFE
Javier F. Magariño

La operadora pública Renfe no renuncia a un solo euro en la disputa con Talgo, originada por problemas con el pedido de los trenes de alta velocidad Avril. Además de los 116 millones de euros demandados por el incumplimiento del contrato, por casi dos años de retraso en la entrega de las 30 unidades encargadas entre 2016 y 2017, Renfe se reserva aún la reclamación de 50 millones de euros por el lucro cesante, que motivó no disponer de esta nueva flota, y las demandas por las continuas incidencias registradas el pasado verano en torno al estreno de este material rodante.

La batalla entre compañías está a un paso de los tribunales, después de que Renfe haya apremiado a Talgo a ingresarle los 116 millones y de que el fabricante haya advertido que presentará resistencia. La compañía dependiente del Ministerio de Transportes ha fragmentado sus reclamaciones para adaptarlas a cada momento procesal. Fuentes jurídicas explican que Renfe deberá probar en primer lugar el incumplimiento del contrato por parte de su proveedor, para pedir los 116 millones contemplados en el contrato como máximo por demoras en las entregas. Una vez demostrado el daño emergente, Renfe podría pasar a exigir el lucro cesante.

En cuanto a las reclamaciones por las averías de las primeras semanas de rodaje de los Avril (serie 106 de Renfe), el propio ministro de Transportes, Óscar Puente, aseveró que la pública actuaría en la doble vía de cubrir las indemnizaciones pagadas a los viajeros y el daño reputacional sufrido por la operadora.

La losa con que carga Talgo, por tanto, podría estar más cerca de los 200 millones que de los 116 millones exigidos ahora por el cliente. Estas cifras pesan sobre el proceso de búsqueda de inversores para Talgo. Tal y como informó Cinco Días, la vasca Sidenor no está dispuesta a pagar más de 4 euros por título en su intento de comprar el 29,9% en manos del fondo Trilantic. Una oferta que está un 20% por debajo de los cinco euros que puso sobre la mesa el consorcio húngaro Ganz Mavag en la opa por el 100% registrada en marzo ante la CNMV, y que el Gobierno tumbó en agosto en defensa de la seguridad nacional. Sobre Talgo se colgó el cartel de empresa estratégica para el país y se consideró como un alto riesgo que inversores cercanos a Rusia dispusieran de tecnología ferroviaria en vanguardia. Los accionistas se quedaron sin los 619 millones ofertados.

Una vez recibida la orden de ingreso de Renfe, Talgo ha refirmado en la “improcedencia de las penalizaciones” y ha aportado “nuevos argumentos y justificaciones que refuerzan la validez y suficiencia de las razones previamente presentadas”, señaló el martes ante la CNMV. La dirección del fabricante siempre ha sostenido que el retraso en la entrega de su último modelo para la alta velocidad se debió a causas de fuerza mayor, como el paso de la pandemia y el impacto de la invasión rusa de Ucrania en la cadena de suministros, además de sufrir sobrecostes por el encarecimiento de la energía y la inflación en materiales básicos para la construcción de trenes. “La Sociedad [por Talgo] desea reiterar su compromiso con la protección de los intereses de todos sus empleados, clientes, accionistas y demás grupos de interés y continuará adoptando todas las medidas legales necesarias para ello”, sentenció en el comunicado enviado al regulador bursátil.

La situación está lo suficientemente enquistada como para que Renfe haya decidido congelar los pagos de las facturas pendientes a Talgo por los Avril. El pasado 5 de diciembre estaba previsto un abono de seis millones de euros que quedó aparcado. El fabricante tiene ocho trenes aún por entregar, y a Renfe le quedan 120 millones para cumplir con sus pagos.

Débil en Bolsa

La cotización de Talgo no deja de desinflarse ante la ausencia de una nueva opa en efectivo, la intención de Sidenor de ahorrarse el esfuerzo, y las reclamaciones de Renfe. La acción cerró ayer en 3,52 euros, con una caída del 0,4% y un 18% por debajo de los 4,3 euros que marcaba a finales de agosto, cuando fue retirada la opa húngara.

Los 4 euros a los que está dispuesta a comprar Sidenor valoran el 29,9% de Talgo en manos de Trilantic en 148 millones de euros, por encima de los 129 millones de su tasación a precios de mercado.

Además, están de salida los dos accionistas que acompañan al fondo en la sociedad instrumental Pegaso: la familia Oriol con su 7% de Talgo y los Abelló, que cuentan con un 3% de la compañía. Entre los tres partícipes que integran el núcleo duro controlan el 40% de la firma industrial, y las dos participaciones minoritarias podrían acabar en manos públicas. Gobierno central y vasco tienen preparadas a la SEPI y Finkatuz, respectivamente, para secundar la inversión de Sidenor y garantizar la españolidad de Talgo, así como el refuerzo de su capacidad industrial.

El lucro cesante por dos años sin los trenes Avril y la petición de indemnizaciones por parte de Renfe por los problemas en los primeros meses de circulación son variables, explican fuentes cercanas a la operación de cambio de control de Talgo, que dan flexibilidad al Gobierno. Las pretensiones de la operadora pública podrían mantenerse para forzar una negociación de Pegaso con Sidenor, única opción en efectivo y con la bendición del Ejecutivo. Y siempre podrían ir a menos en caso de que entren nuevos partícipes comprometidos con el futuro de Talgo. Las fuentes consultadas opinan, eso sí, que los 116 millones demandados ahora sí son irrenunciables al estar contemplados en los acuerdos firmados por Renfe.


Sobre la firma

Javier F. Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.
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