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Grifols se desploma en Bolsa acusada de falsear cuentas por Gotham City

El valor cae un 25,91% en Bolsa. La firma estadounidense, la misma que hundió Gowex, apunta a que la farmacéutica ha manipulado sus datos de deuda con la reventa de dos empresas, aunque el laboratorio responde que siguió las normas contables apropiadas desde 2018

Evolución de Grifols en Bolsa desde 2023
Carlos Cortinas Cano

Gotham City, el misterioso fondo bajista que destapó el escándalo Gowex, ha vuelto a provocar este martes un terremoto en el mercado español, y de magnitud mucho mayor. En este caso su víctima es un peso pesado del Ibex, Grifols, que apunta a despedir el día con un desplome histórico en Bolsa. En la apertura la avalancha de órdenes de venta ha impedido que se cruzaran operaciones durante más de una hora. Las acciones de la compañía, dedicada al negocio del plasma sanguíneo, han cerrado con una caída del 25,91%. La firma estadounidense acusa a la catalana de manipular su ebitda y la deuda comunicada al mercado, que afirma es mucho mayor. Por ello arroja un valor de la compañía catalana “cercano a cero”. La compañía capitalizaba justo antes de publicarse el informe cerca de 8.000 millones de euros.

Unas dos horas después de la publicación del informe y ante el desplome en Bolsa, la compañía se ha dirigido a la CNMV con un hecho relevante. En él tilda el documento de Gotham City como “informaciones falsas y especulaciones” y que rechazan las acusaciones de manipulación contable o informaciones erróneas en sus cuentas. “Las transacciones con partes vinculadas y las divulgaciones informadas por Gotham City Research han sido completamente divulgadas y auditadas desde 2018 e informadas al regulador español”, sostiene.

El principal objeto del informe de Gotham City es destapar deficiencias en la información financiera publicada por la compañía catalana. En concreto, el análisis se detiene especialmente en dos cuestiones. La primera es cómo computa el resultado de unos negocios que, aunque la compañía no ostenta la propiedad, los auditores sí permiten integrarlas dentro del grupo consolidado, en lo que llaman “negocios categorizados como de no control. El otro aspecto son las operaciones realizadas entre Grifols y uno de sus accionistas, la sociedad Scranton Enterprises, que tiene el 8% del capital y es una de las sociedades patrimoniales de la familia Grífols. Esto, en opinión de Gotham, hincha artificialmente el ebitda y reduce la deuda.

El informe pone el foco del supuesto fraude contable sobre dos compañías de obtención de plasma, BPC (Biotest US Corporation) y Haema, que Grifols adquirió en 2018 por 286 millones y 220 millones, respectivamente. En ese mismo año, la empresa catalana vendió estos dos negocios a Scranton. Según los cálculos de Gotham, solo estas dos compañías suponen el 40,1% del negocio de Grifols, pese a que en puridad su dueño no es la compañía catalana —dice este fondo que tiene “el 0%” de cada una—, sino su accionista. Esto, en opinión de este fondo, eleva artificialmente el ebitda de la empresa, que considera inflado en al menos un 46%.

Grifols envió a la CNMV a inicio de la tarde un segundo hecho relevante en el que indican que según las normas contables internacionales, la compañía tenía la obligación de consolidar los resultados de BPC y Haema, ya que la cotizada en el Ibx 35 sustenta el poder sobre esas compañías. Concretamente, hace referencia al contrato de compraventa de BPC y de Haema a Scranton incluye una opción de compra que puede ser ejercida por Grifols en cualquier momento. Igualmente, el laboratorio compra todo el plasma proveniente de las firmas de Scranton a 30 años. “Consecuentemente, la venta de las entidades no da lugar a una pérdida de control”, se apunta en el documento del labortorio.

Y, además, añade que todas y cada una de estas transacciones desde 2018 han sido registradas en los libros de la compañía y en sus cuentas públicas, tanto presentadas al regulador español como en el modelo 20-F presentado ante la SEC en Estados Unidos, “por lo que no existe ninguna nueva información que se pueda considerar oculta”. Agrega, igualmente, que el tratamiento contable otorgado por la compañía “está totalmente refrendado por el auditor”, que en este caso es KPMG.

“La compañía no entiende la diferente interpretación hecha por Gotham City Research a no ser que lo único que pretenda, como fondo cortoplacista que es, sea que baje la cotización de la acción tal y como ellos mismos reflejan en la página 2 de su informe, para obtener beneficios”.

Grifols ha sido una de las compañías más activas del mercado español en compras otras empresas durante los últimos años. Tanto es así que la parte de las cuentas de la compañía referida a participaciones de control ha pasado de suponer el 0% de lo ingresos en 2017 a entorno al 100% en 2023. Sin embargo, ya hace meses que la empresa viró su estrategia, hacia a la venta de activos, presionada por su deuda, que debe empezar a refinanciar este año. Cerró 2023 con la venta del 20% de su negocio chino por 1.600 millones y afronta vencimientos por 2.000 millones en 2025. En el trasfondo, varios fondos de capital riesgo se han aproximado en los últimos meses a la compañía, presionándola para entrar en el capital a través de una ampliación de capital que le diese el dinero suficiente para sanear el balance.

Entre otras cuestiones irregulares, apunta además a que Grifols prestó 95 millones de dólares a Scranton vinculado a las transacciones de BPC y Haema. Es decir, Scranton pagó con dinero de Grifols el dinero de la compra de estas dos sociedades de las que estos no tienen la propiedad pero sí las computan a la hora de calcular sus resultados. Sobre este aspecto, Grifols respondió a través del documento a la CNMV que la entidad financiera que aportó los recursos (360 millones de dólares) a Scranton “impuso como condición” que Grífols otorgara, a su vez, otra financiación al comprador, en este caso de los citados 95 milones.

También pone el foco sobre que Scranton cuenta con su 8% en Grifols pignorado en un crédito de unos 350 millones con BNP Paribas —de los que ha repagado ya 150 millones y el montante es en la actualidad de 100 millones— y si el precio de la acción cae abruptamente los bancos pueden quedarse con su participación. También alerta de 59 millones en “pagos avanzados de Grifols” no explicados en las cuentas anuales. Ninguno de estos créditos aparece recogidos en el informe financiero de la farmacéutica.

Todo esto constituyen lo que el informe llama “transacciones de tunelización”. Es decir, transferir activos o beneficios de una empresa fuera de ella con el objetivo de beneficiar a sus accionistas . Reconoce que no es algo ilegal en todas las jurisdicciones, pero sí lo considera “poco ético” y que altera las cuentas que la compañía ofrece a sus accionistas y deudores. Es el núcleo de las acusaciones de Gotham de manipulación contable.

En opinión de Gotham City, Scranton Enterprises “juega un papel crítico para presentar a Grifols en mejor forma”. “El propósito de esas transacciones es presentar el endeudamiento de Grifols por debajo de las 6 veces, cuando en realidad está por encima de las 13 veces”, dice el informe, que calcula que la deuda alcanza en realidad al menos los 8.900 millones, lo que elevaría el coste del pasivo por encima del 10%. Apunta, además, a que el endeudamiento de Scranton está por encima de las 23 veces. Es decir, lo que sugiere Gotham es que los Grifols utilizan una sociedad de la propia familia para transferir a ella deuda y activos del grupo farmacéutico y así maquillar sus cuentas. En opinión de Gotham, esto dilapida el valor de Grifols, al que otorga una valoración de cero euros, puesto que tiene una deuda disparada y gana en realidad mucho menos dinero del que reconoce.

La consultora también apunta a algunas de las últimas operaciones corporativas de Grifols. En concreto, la toma de los centros de recolección de plasma Bio Products, que afirma no tiene sentido, puesto que suponen un precio de 14,8 dólares por centro, mientras que estiman un coste de 3 dólares. También afean 124 millones en pagos avanzados por la operación de Immutek, que afirma que no se explican en los informes financieros.

Otro de los puntos con los que consideran que Grifols infla su ebitda es en el cómputo de sinergias y ahorro de costes derivados de sus operaciones corporativas. Considera que estas sinergias no se han traducido en mejoras del ebitda ni tampoco en alzas de los márgenes, que se mantienen en declive en los últimos años.

La tensión en Grifols se ha visto reflejada en los últimos meses en continuos cambios en su cúpula. En diciembre, Víctor Grífols abandonó la compañía y fue sustituido como consejero por Albert Grífols Coma-Cros, director de innovación del laboratorio. Thomas Glanzmann es el presidente y consejero delegado, después de que Steve Meyer abandonase el cargo tras apenas unos meses.

Gotham City se muestra especialmente crítica con Glanzman. Apunta a que no es, como ha querido vender la compañía al mercado, un extraño a la familia, sino que lleva en la compañía desde 2006 y sus intereses están unidos a los de los Grífols. Señala que la familia catalana es inversora del fondo de venture capital de Glanzman.

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